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—Vamos, Jinyoung, ábreme, sé que está ahí, sólo quiero hablar con él. —

Mark golpeó en la puerta del apartamento de los dos JJ Gays, exigiendo entrar. Había pasado casi una semana desde su pelea con Jackson, y no le había visto desde entonces. Mark había ido a un bar cerca de la Universidad para tratar de ahogar sus penas en alcohol después de su confrontación, y cuando había regresado a su apartamento a primeras horas de la mañana, su compañero de cuarto se había mudado por completo. La televisión de pantalla plana no estaba, la ropa de Jackson había desaparecido, la cama estaba desnuda, e incluso los colgadores se habían ido del armario. Mark había recorrido el apartamento semivacío que había sido testigo de tantas sesiones de estudio, y fiestas, y abrazos de madrugada en su cama o en la de Jackson, y sintió como si fuera su corazón lo que Jackson hubiera limpiado y dejado vacío.

Había oído rumores de que Jackson había dejado sus cosas en un almacén, y se estaba quedando con los dos JJ Gays, pero no fue allí de inmediato. En cambio, había decidido dar un tiempo a Jackson para calmarse y regresar a casa por su cuenta, lo que seguramente haría cuando se diera cuenta de que todo había sido un estúpido malentendido.

No era como si Mark no se preocupara por él, o no quisiera estar con él. Y no era tampoco que los dos no pudieran volverse un poco locos cuando las luces se apagaran y no hubiera nadie cerca. Después de todo, ¿Qué daño podían hacer unas cuantas mamadas y pajas? Mark había decidido no darles importancia. Pero no puedes dejar que lo que hiciste a última hora de la noche, cuando todo estaba oscuro y silencioso, con unas cuantas cervezas de más, defina el resto de tu vida.

Sólo porque le gustaba el sabor de los labios de Jackson, o porque le gustaba sentir la mano o la boca de Jackson en su polla, eso no le convertía en gay.

Ni mucho menos. Sólo era que le gustaba sentir cerca a su compañero. Lo que no podía entender era por qué Jackson tenía que hacer un gran problema de todo ello. ¿Por qué no podían continuar como compañeros de cuarto y amigos, con unos pocos beneficios añadidos? ¿Por qué tenían que anunciarle a todo el mundo que les gustaba dormir en la misma cama, y de vez en cuando, chupársela el uno al otro?

Todos estos pensamientos habían estado dando vueltas en su cabeza durante toda la semana, haciéndole casi imposible poder pensar en nada más. Lo había hecho muy mal en la mayoría de sus pruebas, alegrándole el hecho de haber sido ya aceptado en la Escuela de Farmacia. Si no hubiera sido así, hubiera estado hundido en la mierda, considerando lo que sus exámenes finales le habían hecho a su nota media.

Pero ya se había cansado de pensar y de esperar que Jackson volviera en sí y regresara a casa. Era su última noche en el campus. Todas sus cosas estaban ya empaquetadas, etiquetadas y cargadas en un camión de mudanzas que mañana conduciría él mismo hasta Tallahassee. Mark no podía dejar de pensar que había suficiente espacio en la caja del camión para más cosas. Si él y Jackson no hubieran tenido esa pelea estúpida, las posesiones de su compañero de cuarto también podrían estar allí, esperando el viaje a su nuevo apartamento y a su nueva vida. Por supuesto, él no estaba muy seguro de cómo sería esa nueva vida, con Jackson insistiendo en que salieran fuera del armario y estuvieran orgullosos de ello, en lugar de mantener las cosas en secreto, pero estaba seguro de que podrían conseguirlo, de alguna manera. Pero ahora no estaban logrando nada. En lugar de eso, él iba a estar conduciendo solo, buscando un lugar por su cuenta en vez de compartir el apartamento que Jackson había elegido para ellos, dondequiera que estuviera. Se asentaría, iría a la Escuela de Farmacia, y probablemente se casaría con alguna chica que su madre aprobara, y nunca más volvería a ver a Jackson.

Sólo que Mark no estaba dispuesto a hacer eso. No, no sin ver a su antiguo compañero de cuarto y ex mejor amigo, al menos una vez más. Esta noche era la fiesta de final de temporada del equipo de fútbol, la última fiesta de final de temporada a la que él acudiría jamás, y no quería estar allí sin Jackson.

SB - MarksonKde žijí příběhy. Začni objevovat