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     — ¿Estás seguro, tío? Quiero decir, si quieres cambiar de opinión...—Mark seguía sintiendo como si su polla estuviera cerca de explotar, pero este era un gran paso. Si Jackson decidía que prefería hacerle una paja o sólo terminar la mamada para hacer que Mark se viniera, él lo entendería. Pero su mejor amigo estaba ya agitando su cabeza ante la sugerencia.

—De ninguna manera, Mark. Yo nunca me echo para atrás en una apuesta o reto. Tú ganaste justa y honradamente así, yo estoy deseando afrontar esto que viene a mí. O en mí− Él sonrió a Mark cuando hizo el chiste, pero sus palabras la recordaron a Mark algo.

—Yo, uh, yo no creo que tenga ningún condón. ¿Tienes tú? — Jackson frunció el ceño. —No, lo siento. Supongo que debí pensar en eso.

—Maldición —, Mark frunció el ceño− nosotros, uh, mejor no hacemos esto sin uno.

—Probablemente no— Jackson estuvo de acuerdo. Entonces suspiró y agitó su cabeza. —Yo no quiero hacer esto así de todas formas.

— ¿Qué?— Mark lo miró confuso —Pensaba que tú querías hacerlo. Acabas de decir que nunca te echas para atrás en una apuesta o reto—. Estaba sorprendido de cuan decepcionado se sentía. Había estado a punto de correr a la tienda, agarrar una caja de Troyanos y regresar derecho a cobrar su reto y ahora se veía como si Jackson se hubiese arrepentido. No es que Mark lo culpara, aunque, él acababa de decir que seguiría a por ello.

—No, no me entiendes —, Jackson se enderezó en la cama y pasó una mano a través de su pelo rubio oscuro. — No es que no quiera que me folles. Yo quiero... — miró a Mark con tal intensidad que casi daba miedo. —Yo quería sentirte dentro de mí hace mucho tiempo, Mark.

—Yo... ¿De verdad?— Mark no estaba seguro de cómo tomar esta admisión. ¿Jackson había pensado, honestamente, sobre esto? ¿sobre dejar que Mark lo follara, hacía tanto tiempo? ¿Más que los pocos días en que su amistad tomó, súbita e inexplicablemente, un giro sexual?

—De verdad. —Jackson asintió —Pero no así. No como una apuesta o reto o algo que hacemos al cerrar los bares, porque los dos estamos tan borrachos que no podemos ver a derechas. — Se volteó hacia Mark que estaba sentado en la cama también ahora. —Quiero que me folles porque tú lo quieras, Mark —, dijo suavemente — porque me ames.

Mark abrió la boca y la cerró otra vez. No tenía ninguna idea en absoluto de qué decir a esto. Ninguna idea.

— ¿Lo haces, Mark?— La cara de Jackson estaba pálida pero resuelta, como cuando él pensaba que tenía que saber la respuesta a la pregunta. — ¿Me amas?

—Yo...desde luego que te amo, hombre.− Mark rio con dificultad. — Quiero decir, tú eres mi mejor amigo

—No. — Jackson agitó su cabeza. —No así. No el tipo de amor que tienes por tu compañero de equipo o tu amigo. Estoy hablando de amor romántico, como el amor de pasar el resto de la vida juntos.

—Bien, ¿Qué quieres que te diga? ¿Qué quieres que haga?— Mark se puso a la defensiva — ¿Quieres qué empiece a enviarte una docena de rosas o una postal por San Valentín o algo así?

Jackson se rio — Diablos, no. ¿Qué haría yo con una docena de rosas? No, no necesito que empieces a tratarme como a una de esas animadoras con las que siempre te citas. —

— ¿Qué necesitas que haga, entonces? — Mark preguntó sintiéndose exasperado.

—Para empezar, múdate conmigo. —

— ¿Mudarme contigo? ¿De qué hablas? Ya somos compañeros de piso. — Ahora Mark sabía que su amigo estaba perdido.

—Aunque no por mucho tiempo—, Jackson señaló hacia afuera — Pero no estoy hablando de aquí. Estoy hablando de Tallahassee. Recuerdas que estaba diciéndote ¿cuán agradable sería si pudiéramos tener un cuarto juntos allí también? Bien, Yo tenía como un presentimiento de que tú estabas fuera de esto entonces, pero, actualmente, ya he alquilado allá un apartamento cerca del campus.

SB - MarksonWhere stories live. Discover now