Oh well, whatever, nevermind [+18] [Español]

23. KURT

Her eyes invite you to approach

And it seems as though those lumps in your throat

That you just swallowed, have got you going

KURT

Fue extraño recibir un mensaje de Coraline cuando casi era media noche, ¿me enojó que fuera cuando estaba por dormirme? No tengo idea de por qué no lo hizo, es más, quedé más despierto que nunca.

Lo que sí me provocó cierta sensación rara, fue que al principio todo lucía algo forzado, sus preguntas, la forma de hacerlas, hasta los stickers que utilizaba, pero ya después comenzó a fluir esa conexión con la que contamos, comenzaron a salir las bromas, además del flirteo, esto último llevó a una cosa y esa cosa llevó a otra y acabé invitándola a venir el día de hoy al garaje, esto como una simple juntada con los demás.

¿Eso me emociona? Pfff...

Sí.

En definitiva.

La idea se me ocurrió tras ella soltar un ''cansada de esta semana, pero bien'' tras decirme cómo está, lo que interpreté como ''fue una semana de mierda, pero fingiré que no y que todo está bien''. Conociéndola diría algo así.

—Por favor, Kurt, no lo hagan en el coche.

Volteo sobre mis pies para observar a Fish, este se limpia las manos luego de haberle modificado un no sé qué al auto de James, y no lo haría si no fuese porque la paga vaya a ser una deliciosa tarta de chocolate hecha por el pelinegro.

—¿Y por qué no lo haríamos?

—Porque es incómodo y... —Abre mucho los ojos antes de apuntarme con un dedo—. ¡Lo estás considerando!

—No dije nada, tú piensas cosas pecaminosas.

James llega hasta él y le extiende un platito con un pedazo de la famosa tarta, el pelirrojo esboza la mayor sonrisa al tomarlo, haciendo que sus mejillas tomen un pequeño tono rojizo.

—Mierda, te amo, hombre mío.

James frunce el ceño.

—No soy tu hombre.

Fish pasa un dedo por la tarta para tomar un poco del chocolate y chuparlo.

—No es lo que decías anoche.

—Oh, ¿me engañaste con él? —inquiero con voz aguda hacia el pelinegro—. No lo puedo creer, pudiste disfrutar de los dos y decidiste no invitar.

—¡Así es! —exclama Fish—. Mal ahí, amorcito.

Aprieto los labios en una sonrisa para no soltar una gran carcajada. James gira los ojos, da media vuelta y noto que niega con la cabeza mientras ríe un poco. Nos ama.