CAPÍTULO 35

16.7K 1.5K 350
                                    

Narra ____.

Entré a la casita tras despedirme de las chicas. Me dirigía al patio central pero comencé a oír gritos mucho antes de llegar.

-Dolores- LO ESTÁS HACIENDO MAL.

-Camilo- SERÍA MUCHO MÁS FÁCIL SI ME AYUDARAS EN LUGAR DE MIRAR Y DAR ÓRDENES.

-Dolores- ESTOY GUIÁNDOTE.

-Camilo- NO, NO ES CIERTO. SOLO ME ESTÁS GRITANDO.

-Dolores- ERES TU QUIEN ESTÁ GRITANDO.

-Camilo- ¿¡A LO MEJOR PORQUE NO ESTÁS AYUDANDO EN ABSOLUTO?!

-Dolores ¿AH, SI? ¡PUES HAZLO TU SOLO!

Llegué al patio para ver como Dolores se marchaba escaleras arriba enfadada y Camilo se giraba hacia ella envuelto en luces de navidad.

-Camilo- No Dolores, espera, espera, ya me callo. ¡DOLORES!

La joven se fue sin mediar palabra y su hermano trató de avanzar hacia ella tropezando con las luces en las que estaba enredado y cayendo al suelo haciendo un estruendo. Me acerqué al de ojos color aceituna que se mantenía tirado en el suelo con cara de fastidio. 

-Camilo- Genial...

-____- ¿Necesitas ayuda?

Rei un poco. Él pareció darse cuenta de mi presencia en ese momento. Me agaché junto a él mientras que me miraba algo sonrojado.

-Camilo- Me encantaría decir que lo tengo todo bajo control, pero me parece que no me creerías ¿no es así?

Negué con la cabeza sonriendo y el me sonrió de vuelta.

-Camilo- Entonces sería todo un detalle por tu parte.

-____- Encantada.

Lo ayudé a levantarse para comenzar a girar a su alrededor desenredando las luces con cuidado. Él intentaba ayudar pero solo tiraba de las luces empeorándolo todo.

-____- ¡Quédate quieto o volverás a caerte!

-Camilo- Estoy seguro de que puedo ayudar.

Cambié mi tono más autoritario haciendo que él riera y me mirara burlón.

-____- ¡Tan solo hazme caso, Camilo!

Colocó una de sus manos en su frente haciendo un saludo militar.

-Camilo- ¡A sus órdenes mi capitana!

No pude evitar reír un poco para seguir desenredándolo.

Tardé unos minutos hasta que pude sacarlo de entre las luces y me miró suspirando mientras colocaba sus brazos en jarra apoyando sus manos en su cadera.

-Camilo- No pensé que fuera tan agobiante ser apresado por adornos navideños.

-____- ¿Cómo le hiciste para enredarte hasta ese punto?

Me miró sonriente para encogerse de hombros.

-Camilo- En mi defensa diré que es culpa de Dolores.

-____- ¿Sabes que ella seguramente te haya oído?

-Camilo- No tengo problema con eso.

Miramos los montones de cables de luces esparcidos por el suelo y yo lo miré.

-____- ¿Son para todo el pueblo?

-Camilo- No, estas son solo para casita. Luisa, mis tíos y mi padre se encargaban de las del pueblo. Espero que el tío Agustín lo esté pasando mejor que yo para desenredar las luces o vamos a necesitar más arepas de la cuenta.

Un corazón helado. Camilo Madrigal y tu (Encanto)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora