CAPÍTULO 6

29.7K 2.5K 1.1K
                                    

Narra Camilo.

Ella rio y me siguió hasta la cocina donde se encontraba mi tía.

-Julieta- Camilo querido, no te ofendas pero tienes que practicar tu forma de andar si realmente quieres hacerte pasar por una mujer. No puedes andar normal.

-Camilo- ¿A que te refieres tía?

-Julieta- ¿Nunca te has fijado en la forma de andar de una mujer?

-Camilo- No mucho la verdad.

-Julieta- Intenta fijarte la próxima vez, las mujeres movemos más la cadera al andar y menos los hombros. Es por la compensación del peso así que debería salirte automáticamente.

-Camilo- Será la costumbre.

-Julieta- Puede ser.

Mi tía nos miró con curiosidad.

-Julieta- ¿Vais a dar un paseo?

-Camilo- ¿Qué?

-Julieta- Que ¿qué vais a hacer ahora?

-Camilo- La verdad no tenía nada pensado.

-____- Yo no tengo problema en marcharme ya. Ha sido un rato maravilloso. Muchísimas gracias por invitarme de verdad.

-Camilo- NO! No te vayas por favor.

-Julieta- Podéis ir al lago, hoy hace un buen día.

-Camilo- Una idea fantástica tía. ¿Qué me dices ____, me acompañas?

-____- De acuerdo, vamos.

Le tendí una mano que tomó con timidez y la conduje al exterior de la casita a la mayor velocidad posible sin que se viese raro. Aunque realmente no soy yo quien la invitó. ¿Está bien que la acapare así? Si supongo que si. La ley de el más rápido funciona desde siempre en familias grandes.

Solté su mano y caminé a su lado guiándola hasta el lago mientras que hablábamos y reíamos como niños. Jugábamos a hacernos preguntas triviales por turnos.

-____- Vale vale, me toca. ¿Tu color favorito?

-Camilo- Diría que amarillo. ¿El tuyo?

-____- ¿Azul? ¿Violeta? No lo tengo muy claro.

-Camilo- ¿Edad?

-____- 15, y medio.

-Camilo- Yo estoy a punto de cumplir 16 así que te gano.

Me echó la lengua y ambos reímos, antes de que pudiéramos darnos cuenta teníamos el lago frente nuestros ojos. ____ se acercó un poco más para sentarse a la orilla yo la imité para luego descalzarme y meter los pies en el agua. Me giré para mirarla y me di cuenta de que su expresión había cambiado completamente. Estaba abrazando sus piernas con la mirada perdida en las aguas del lago.

-Camilo- ¿Pasa algo?

-____- ¿Qué? No, no. Es un sitio muy hermoso.

-Camilo- Tengo una idea. Ven, vamos.

-____- ¿A dónde?

-Camilo- En esa zona apenas cubre, si nos descalzamos y sujetas tu vestido no nos mojaremos la ropa, el agua está buenísima y llevamos un buen camino andado. No querrás que te duelan los pies el resto del día.

-____- Yo no puedo.

-Camilo- ¿Qué? ¿Por qué no?

-____- No te lo puedo decir...

-Camilo- Bueno, vale. Nada de agua. ¿Al menos querrías bailar conmigo? Me parece que tenía que demostrarte que podía guiarte yo.

Le sonreí con picardía y ella que ya estaba de pie frente a mí se abrazó los brazos mientras que negaba con la cabeza mirando al suelo. Me preocupé un poco. ¿Había hecho algo que la hiciera sentir mal? Intenté acercarme un poco a ella para colocar una de mis manos en su hombro, pero ella dio un paso atrás evitando que la tocara.

-Camilo- Vale, ¿que pasa? ¿está todo bien?

-____- Si, es solo que no puedes tocarme.

-Camilo- ¿Qué? ¿Por qué?

-____- Es peligroso.

-Camilo-  Oh vamos. Si te he molestado en algún momento puedes decírmelo, pero no me digas eso.

-____- Es en serio.

Noté como se alteraba y se iba poniendo cada vez más nerviosa. Mientras que yo estaba ahí de pie sin terminar de entender nada de lo que me decía. Empecé a sentir cada vez más frío. Hasta que vi como empezaba a nevar ligeramente. 

-Camilo- Es nieve. ¿Aquí ? Mi madre nunca había creado nieve debe de encontrarse mal, deberíamos volver. Ven vamos.

Di un paso hacia el frente e intenté tomar una de sus manos, pero ella se apartó muy bruscamente tropezando y cayendo sentada en el suelo. Fue entonces cuando el suelo de al rededor de donde ella había caído se cubrió de hielo. Ambos nos miramos durante unos segundos que se me hicieron eternos, por mi parte, yo estaba en shock, _____, en cambio parecía aterrada. Sentí como el lago se congelaba a mis espaldas y agradecí haber sacado ya los pies del agua. Reaccioné tomando su mano y levantándola del suelo sin que ella pudiera evitarlo pero tuve que soltarla cuando comencé a sentir dolor debido al frío de sus manos. Era la misma sensación que cuando tocas un trozo de hielo por más de un par de segundos. Ella dio un paso atrás asustada y la nieve que caía comenzó a intensificarse.

-____- ¿Estás bien? ¿Te he hecho daño?

-Camilo- ¿Eres tu la que está haciendo esto?

-____- No es a propósito, lo prometo, no puedo controlarlo, lo siento.

-Camilo- Está bien. está bien.

Comencé a tiritar y me di cuenta de que no podíamos quedarnos ahí si esto seguía así. Ella pareció llegar a la misma conclusión. 

-____- Tienes que irte.

Intentó que su voz sonara firme pero se le rompió como si fuera a comenzar a llorar.

-Camilo- Tienes que venir conmigo. Mi familia puede ayudarte.

Mi cabeza iba a toda velocidad. ¿Ella tenía un don? ¿Un don del frío? ¿Del clima? No, no era como el de mi madre. Mi madre. Mi madre controla el clima según sus emociones. _____ está asustada. Todo esto empeora cuanto más nerviosa se pone. Vale, su don funcionaba de forma parecida al de mi madre. Solo tenía que conseguir que se calmara. Siguiente paso, como calmarla.

--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Empezamos con el drama a ver que os parece.



Un corazón helado. Camilo Madrigal y tu (Encanto)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora