CAPÍTULO 4

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Narra ____.

Me desperté esa mañana y mi cuarto todavía seguía cubierto de hielo, salí de la habitación dejé preparado el desayuno y la comida a mi madre para iniciar con la limpieza a fondo de la casa, se acercaba la hora de la comida cuando mi madre se despertó me despedí de ella y corrí camino a la casita de los Madrigal, pues no había forma de que supieran si contaban o no conmigo. Ya podía ver la casita cuando vi que Dolores estaba en el balcón. La saludé con la mano y ella correspondió el gesto y se fue imagino que a anunciar mi llegada.

Me acerqué a la puerta principal e intenté sin mucho éxito peinarme un poco y estirarme el vestido. Cuando Isabela me recibió en la puerta me sentí algo avergonzada pues ella se veía hermosa y yo apenas había podido peinarme.

-Isabela- Hola _____, mi nombre es Isabela. No nos han presentado pero Camilo se pasó la mañana entera hablando de ti y preparando todo. Es tierno verlo nervioso.

-____- Oh hola, encantada. Pues verás yo lamento mis pintas vine corriendo desde mi casa porque no quería llegar tarde y pues...

Hice un gesto señalándome al completo y ella solo rio un poco.

-Isabela- Tranquila pequeña, déjame ayudarte con tu pelo.

Isabela hizo aparecer unas pequeñas flores moradas que se entrelazaron con los mechones delanteros de mi pelo atándolos atrás dando lugar a un hermoso recogido con flores. No me molesté en ocultar mi asombro.

-____- Wau, muchísimas gracia, es increíble.

-Isabela- Me alegra que te guste. Pasa, está casi todo listo.

-____- Muchas gracias.

Isabela me guio hacia la sala donde se encontraba la mesa donde comeríamos .Félix y Agustín estaban colocando un mantel cuando se dieron cuenta de mi presencia y se acercaron a saludarme.

-Agustín- Me alegra conocerte por fin ____, soy Agustín el padre de Mirabel, Isabela y Luisa.

-____- Encantada.

-Félix- ¡____! Me alegra que hayas podido venir.

-____- Conseguí convencer a mi madre.

Les sonreí amablemente para luego centrar mi atención en unos gritos provenientes de la cocina.

-Dolores- CAMILO, _____ YA ESTÁ AQUÍ, DEJA DE HACER EL TONTO.

-Camilo- NO ESTOY HACIENDO EL TONTO, SI NADIE ME AYUDA NO ME QUEDA MÁS REMEDIO QUE LLEVAR YO MISMO TODOS LOS PLATOS.

  Camilo entró en el comedor de espaldas para poder gritarle a su hermana cargando con una montaña de platos que le impedía ver. Fue entonces cuando yo me giré pues todavía no me había apartado de la puerta haciendo que ambos chocáramos y los platos salieran volando. 

Empujé a Camilo con un golpe de mi cadera haciendo que se quitase del medio para tener espacio para ir cogiendo los platos y amontonándolos al vuelo. Todos se quedaron mirándome con la boca abierta, imagino que sorprendidos por mis reflejos.

-____- Listo, los tengo.

Sonreí aliviada, pero cuando me dirigía a la mesa tropecé con un tenedor que estaba tirado en el suelo haciéndome resbalar hacia atrás. Me aferré a los platos como pude para que al menos no se rompiese ninguno y esperé el golpe contra el suelo, pero este nunca llegó pues Camilo logró atraparme en el aire cargándome como princesa mientras que yo me aferraba a los platos.

Todos en la sala nos quedamos en silencio, para luego oír un sonoro wau proveniente del pequeño Antonio, que había entrado detrás de su hermano portando tenedores y cuchillos.

-Antonio- Wau, eso fue alucinante. 

-Félix- El pequeño tiene razón, vaya equipo.

Félix y Agustín se acercaron a nosotros y me quitaron los platos para que Camilo pudiera bajarme. Solté un pequeño suspiro cuando mis pies tocaron el suelo. Me quedé mirando hacia el joven de pelo rizo que me miraba sorprendido. Le sonreí tímidamente para después saludarle nerviosa. 

-____- Hola.

-Camilo- No sé si decir gracias o de nada.

-____- Entonces estamos en la misma situación.

Soltó una pequeña risa para quedárseme mirando fijamente a los ojos. Mirabel pasó por nuestro lado con platos con comida dándole un codazo a Camilo.

-Mirabel- Primito si te la vas a comer con la mirada al menos espera al postre, o quítate de la puerta. ____ no va a poder atrapar todos los platos que vayas tirando.

El joven frente a mí sacudió la cabeza para gritarle a su prima.

-Camilo- Oye!

-Agustín- Mirabel, se buena con tu primo.

Reí un poco para después prestar atención a Mirabel que llamaba a todos a sentarse. Todos llevaron los platos que faltaban vi que Camilo iba a decirme algo cuando Antonio se dirigió a mí interrumpiéndolo.

-Antonio- ____, puedes sentarte a mi lado si quieres.

-____- Claro.

Vi como Camilo miraba desconcertado a su hermano que me tomó de la mano para sentarme en un sitio concreto de la mesa. Algunos ponían caras de fastidio mientras que otros sonreían de forma incómoda. La familia al completo se sentó a la mesa y pude conocer a Luisa que estaba sentada a mi otro lado y a Julieta. Camilo estaba sentado entre sus dos hermanos  con su rostro apoyado sobre su puño, parecía molesto o al menos hasta que Luisa le pidió cambiarle el sitio para comentar algo con Dolores. Su rostro se iluminó en un instante y tras hacer una pequeña broma mutando en Luisa se sentó a mi lado.

La comida transcurrió con calma, todos me hacían preguntas y fueron muy amables.

-Pepa- ¿Dónde aprendiste a bailar así ____?

-____- Pues, paso mucho tiempo sola y me encanta la música.

-Antonio- Fue maravilloso veros a Camilo y a ti bailar, al igual que ahora al impedir que se cayesen los platos. Es como cuando papá y mamá bailan juntos y se compensan el uno al otro.

-Félix- Eso mismo dije yo !

-Camilo- Paaa!

Reímos un poco con la queja de Camilo y después crucé mirada con él se veía algo avergonzado pero le sonreí indicando que todo estaba bien y el me devolvió rápidamente la sonrisa con un pequeño guiño que me hizo sonrojar. Sé que solo me estaba advirtiendo que se disponía a realizar una de sus bromas.

-Camilo- Cualquiera diría Antonio, que estás celoso de que tu hermano mayor haya podido bailar con una chica tan guapa y tu no.

Camilo se transformó en su hermano pequeño y me abrazó rodeando mi cuello y aplastando su mejilla contra la mía. Todos reímos pero el pequeño nos interrumpió.

-Antonio- Di lo que quieras pero tu te acabas de transformar en mí para atreverte a darle un abrazo.

Todos nos quedamos callados hasta que algunos rompieron a reír y otros se mantuvieron en silencio compadeciéndose del pobre Camilo quien se separó de mí para volver a ser él mismo

-Camilo- Puedo abrazar a quien quiera cuando quiera.

-Antonio- Demuéstralo.

-Camilo- No voy a hacerlo ahora.

-Antonio- Porque no te atreves.

Camilo se levantó dando un pequeño golpe en la mesa enfadado mientras que el pequeño seguía burlándose. Entonces un trueno se oyó en la casa y Pepa alzó la voz.

-Pepa- Ya basta!

Se hizo el silencio y al rato la comida transcurrió con total normalidad.

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Se acabó por hoy, espero que les haya gustado.





Un corazón helado. Camilo Madrigal y tu (Encanto)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora