❁ 𝐀𝐧𝐬𝐢𝐞𝐝𝐚𝐝 ❁

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Instantes llenos de calma, emociones y sentimientos estables, respiras y estás bien, suspiras y todo es bueno, correcto. No obstante, las situaciones pueden ser muy efímeras, más de lo que deberían, en mi opinión, no debería ser así, sin embargo, así son.

He descifrado mis esporádicas situaciones, mis indeseables pero no por eso inexistentes, ataques de energía, me suceden por temporadas, hasta hace poco nunca había conocido lo que era uno, ojalá no hubiese vivido ninguno.

Y es que para mí son momentos, comienzan de paso a paso, avanzan con rapidez, segundo a segundo...

Primer momento; en mí está la calma y estoy bien, bien y en paz conmigo misma. Y luego, luego ya no, hay algo que comienza a inquietarme y me hace perder el control. Pierdo la calma y después todo está lleno de ira, inconformidad, culpabilidad, dolor. Sí, puedo asegurar que lo que se atraviesa en un ataque de ansiedad es un asco, un completo asco.

Segundo momento; miedo, estrés, pánico, movimientos involuntarios, lágrimas y un sinfín de pensamientos que me atormentan y que se repiten en mi mente, mostrándome así lo que no puedo lograr, lo que me detiene de alcanzar mi objetivo, dejándome claro mi fracaso, son minutos de absoluto descontrol sobre mi cuerpo, minutos en los que no tengo la libertad de ser yo misma, en los que llorar y temblar es todo lo que puedo hacer.

Tercer momento; disminuyen los pensamientos negativos, los temblores y las manos sudorosas, todo lo malo es casi inexistente, pasan segundos o quizás varios minutos y después ya puedo ser yo misma, tengo control, respiro hondo, sonrío — o hago el intento — y pienso qué, por esta vez ya todo pasó, que no fue tan malo, que pudo ser peor.

Intento ser positiva porque de no serlo me derrumbaría por completo y no puedo hacerlo, no puedo permitirlo, no puedo.

Respiro buscando calma y paz, me digo a mi misma, como una especie de mantra: "después de la tormenta, sale el sol y con él un lindo arcoiris que le da más vida al hermoso cielo". A veces repetir la frase ayuda, otras no tanto, en mí — y estoy casi segura que en todos — un ataque de ansiedad es más que complejo.

Sobrepensar las situaciones es el detonante, frustrarte por no conseguir lo que deseas es lo que te detiene de cumplir con tu objetivo, decir que en el futuro no lo harás es mentirte a ti mismo, son conductas humanas que no pueden evitarse, sobrellevarlas quizás, pero no evitarlas o ignorarlas.

Entiendo mejor que nadie lo que es sentir la impotencia, pensar que no eres importante o que eres inservible por el simple hecho de no cumplir con cierta expectativa, lo sé, puedo entenderlo, no obstante, de no hacer algo vamos a hundirnos más y más.

Quiero ser libre de los ataques de energía que me agobian, estoy librando pequeñas batallas, pero yo quiero ganar la guerra, deseo hacerlo aunque no sé cómo.

Necesito ayuda porque yo sola no podré hacerlo. Necesito ayuda, sólo que no se como pedirla.

Mi mundo piensa que miento, no creen en mis palabras, minimizan mis sentimientos, destruyen mis pensamientos, ignoran las señales, afirman que sólo es una etapa, un capricho adolescente, no lo es, puedo asegurar que no lo es.

Soy un mariposa que se encuentra envuelta en una red de pensamientos que agobian todo lo que soy, no veo la luz al final del túnel y no puedo irme de aquí, lo he intentando varias veces y no he tenido éxito, deseo que alguien venga a ayudarme, necesito que me ayuden a salvarme.

A veces pienso que soy un caso perdido, pienso mucho en ello y mi humor decae, lloro por ser como soy y no poder evitar pensar lo peor de mí, por cegarme y no poder ver lo maravillosa que soy. En ocasiones soy bastante tonta pues sucumbo a mis pensamientos, y a los malos estímulos que las personas que deberían apoyarme me dan, pero respiro profundo, repito las cosas buenas que veo de mi misma y un destello de alegría me llena.

El caos que en mí habita es difícil de controlar, hago lo mejor que puedo, pero puede que pronto ya no sea suficiente.

~By Flor Suárez.

Pensamientos de una adolescenteWhere stories live. Discover now