Capítulo 33

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-¡Marchaos! Estaremos bien- les grito.

-Además, estamos juntos- añade Aang, el más calmado que yo.

Lo último que oigo son unos pasos alejándose, hasta que oigo a Hiro hablando por lo bajo.

-Yo solo podría con todos- dice con molestia.

Sentimos como nos bajan de las alturas y alguien nos pone en su hombro. Tiene que ser fuerte para poder con tremendo peso.

-Bueno entonces...¿Sabes jugar a palabras encadenadas?

-¿Qué?- me pregunta confundido si apartarse de la rendija de la jaula.

-¿Vamos a esperar a que vengan o vamos a actuar?- pregunto yo entonces.

-Van a venir a ayudarnos.

-Pues entonces esperaremos, por eso. ¿Te sabes algún juego? Podemos jugar también a las cachetadas. ¿Sabes como es?- pregunto poniendo una sonrisa traviesa.

-¿No?- contesta dudando.

-¿Quieres probar?- pero justo antes de que me conteste escuchamos las voz de una niña. Más bien, la voz de la bandida ciega.

-Vaya, eso fue rápido- dice el mientra yo intento asomarme por las rendijas también.

-¡Soltadlos! Os he vencido antes y volveré a hacerlo.

-A la roca no le gusta ese comentario.

-La roca debería de dejar de hablar en tercera persona- oigo que dice Hiro.

Seguido sentimos con el hombre que nos cargaba nos tira con fuerza al suelo, haciendo que Aang y yo nos chequeamos entre nosotros, quedando el encima mío, sin posibilidad de movernos al estar ahora en horizontal en vez de vertical.

-Lo siento- susurra, mientras aparta su cara de la mia, haciendo más grande el pequeño espacio de dos centímetros que las separaban. De alguna manera el gesto me hace daño.

-Puedes apoyar tu peso en mi, ¿sabes? No me vas a aplastar.

Después de decir eso pongo el oído en la conversación externa.

-...Son mios- oigo que dice Toph, para después sentir como el suelo tiembla, y oír los gritos de los toscos luchadores al caer al suelo impulsados por la tierra que la chica ha movido.

Todo se queda en silencio por unos instantes.

Enseguida mis hermanos y Hiro están donde nosotros, dándole con piedras a la caja metálica mientras la maestra tierra acaba con los luchadores que aún siguen en pie.

-¡Dale más fuerte!- le reclama Aang a el mayor.

-¡Eso intento!- le réplica.

Todavía se sienten temblores de vez en cuando, pero para cuando hemos conseguido salir de nuestro encarcelamiento la pelea esta a punto de acabar.

Sonrío ante la vista que tengo en frente.
Dos hombres bien grandes muestras sus músculos intentando intimidar a una pequeña niña ciega, la cual les patea el culo en dos segundos. Oh, que cruel es la vida, ¿no?

Con un simple movimiento acaba con ellos, y un atisbo de sonrisa no tarda en instalarse también en su rostro.

Ella es increíble. Miro a mi alrededor, todos están alucinando también, incluido el pobre padre, que no para de temblar del miedo que ha debido de pasar al ver a su hija luchar de tal manera contra tales contrincantes.

-Papá- comienza ella- se que probablemente sea difícil para ti verme así, pero no soy la niña ciega, obediente, pequeña en indefensa que crees- continúa con la cabeza gacha. Toso los demás estamos sentados detrás de ella en el espacioso salón de la mansion perteneciente a la familia, simplemente observando.

¿Somos Dos?- Avatar La Leyenda De Aang/ AangxOcKde žijí příběhy. Začni objevovat