Capítulo 18

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Harry no quiso ni oír hablar de dejarlo bajar solo. Se vistió con rapidez y lo acompañó, sin hacer ni una pregunta. Louis no tuvo corazón para decirle nada, pero Liam no dejó de lanzarle miraditas nerviosas que ignoró con habilidad.

“Espérame fuera” susurró al llegar a la puerta. Harry negó con la cabeza.

“No vas solo” dijo son sencillez. Louis meneó la cabeza.

“Lo vas a poner más nervioso, eres un…”

“No vas solo”

“Es Zayn” susurró. “Es omega. No podría hacerme nada, ni aunque quisiera”

Él negó con la cabeza. No se había atado el pelo, y los rizos se agitaron a los lados de su cara como una cascada.

“No confío”

“Harry.” miró a Liam, que parecía tener serios problemas para mantenerse callado. “Por favor. Por favor. Te quedas al otro lado de la puerta, te prometo que…”

Él le rodeó el rostro con las manos, serio, haciéndolo enmudecer.

“No te quiero solo con él” dijo en voz baja, despacio, y Louis suspiró. Se puso de puntillas y lo besó, lento y profundo, y sonrió contra su boca cuando las manos del alfa se crisparon en puños agarrando su camiseta por la espalda. Harry pareció tener serios problemas para soltarlo, pero lo consiguió, despacio y a regañadientes. Sus ojos estaban brillantes, de un verde botella vivo y oscuro, y lo miraban casi con adoración. Louis sonrió, sabiendo que había ganado.

“Voy a estar bien” dijo, acariciando ligeramente los rizos de su nuca “no pasa nada, Harry. Estás aquí fuera, conmigo. No tengo miedo”

Él frunció el ceño; todavía no había recuperado el aliento del todo.

“Yo sí” dijo, lastimero “Mi padre está en todas partes.”

“Revisaré la habitación” ofreció Liam en voz alta. Los dos se sobresaltaron al oírlo; Louis ni siquiera recordaba que estuviera ahí, y Harry refunfuñó casi imperceptiblemente, apretando más las manos en su espalda. Louis suspiró.

“Vale” dijo con facilidad, y Harry emitió un gruñido suave por toda respuesta.

La habitación era pequeña y sencilla; un armario de madera clara, una mesita cubierta de libros y dos pequeñas camas gemelas, cubiertas con dos mantas beige claro. Zayn estaba sentado sobre la cama, de espaldas a él, con el rostro hundido entre las manos. Ni siquiera se giró para mirarlo.

“Zayn” llamó con suavidad, y el omega saltó como movido por un resorte.

“Cierra la puerta” urgió “cierra, cierra”

Obedeció, confuso, y se quedó paralizado al lado de la puerta. Todavía podía dar marcha atrás, aún podía gritar y que Harry entrase, fuera para lo que fuera…

Pero Zayn estaba pálido, y las profundas ojeras que le marcaban la piel bajo los ojos no daban una imagen demasiado amenazante. Sus dedos le rozaron la mandíbula, y Louis enrojeció al darse cuenta de que estaría mirando la marca que Harry le había dejado. Había olvidado que estaba allí.

Lo apartó con timidez, bajando la mirada, pero no le dio tiempo a decir nada; los ojos de Zayn se estaban llenando de lágrimas.

“¿Q-Qué pasa? ¿Estás bien…?”

“No” sonaba al borde de las lágrimas. Louis alzó una mano hacia sus hombros y lo notó temblar con violencia; se debatió entre abrazarlo o salir corriendo, pero se decidió por lo primero.

Братва (Bratva)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora