45_Pregúntame

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Capítulo 45

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Capítulo 45

~❁ ❁ ✦ ❁ ❁~

Nikolai aferró mi hombro con fuerza, provocando que se me dificultara respirar. Dijo algo que no escuché, solo podía ver a Mia, con los ojos hinchados y expresión desconcertada.

—Te dije que no me buscaras —murmuré, aterrado.

—Parece que tu novia no es tan inteligente como creías.

—Ella se va —supliqué.

—Yo no...

—Claro que mi nuera no se va —interrumpió como si fuera una falta de hospitalidad.

—Dijiste que...

—Dije que te daba la oportunidad de alejarla —aclaró antes de sacar la pistola para demostrar quién estaba a cargo—. Si no cayó en el teatro de ruptura y sus pies la trajeron aquí, se queda con nosotros.

Sonrió.

>>Al final es parte de la familia, ¿o no?

Nos miró, alternativamente, y supe lo que pensaba: a cuál de los dos amenazar. Terminó por apuntar a mi sien, logrando que Amaia diera un paso hacia nosotros para protegerme. Le advertí con la mirada que no lo hiciera, era lo que él buscaba.

—Es hora de entrar a casa, ¿no te parece? —Tembló ante su voz—. Hora de una bonita cena familiar.

Se hizo a un lado para dejarla pasar y no pudo.

—Atardece, niña —advirtió.

Cerré los ojos para no verla cruzar el umbral de la muerte. Mi padre cerró la puerta, asegurándose de mantenernos encerrados como hasta el momento.

—Camina —ordenó a Mia que apenas podía moverse del miedo—. Al comedor.

Todo estaba perdido. No podría salvar a nadie, ni tan siquiera a ella. Él había ganado y, en el fondo, siempre supe que ganaría.

En lo que nos sentábamos a la mesa, hablaba y seguía regodeándose, yo solo podía sentirme más pequeño e incapaz. Alzar la vista no era una opción y los insultos a mi madre y hermano me llenaba de rabia, una que el miedo no me dejaba exteriorizar.

Mi visión se nublaba a momentos y me sentía débil. No sabía si podría resistir, controlar mi respiración y el agitado ritmo de mi corazón. Iba a derrumbarme en cualquier momento.

La mención de mi nombre completo hizo que despertara del transe.

—Es mejor escuchar la versión real de tu boca y no seguir escuchando las mentiras —dijo mi padre y supe que se refería a Emma.

Al fondo de mi cabeza había seguido la conversación.

—Por favor, Ni...

—¡Cállate! —espetó cuando mi madre quiso intervenir—. No quiero escucharte lloriquear, Anette. Créeme que no es algo que extrañara en el último año.

No te enamores de Mia © [LIBRO 2]Where stories live. Discover now