Capitulo 8

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Kyungsoo tenía migraña, y conocía el motivo... la tensión. No obstante, el conocer la causa no facilitaba soportar la visión borrosa o las palpitaciones que sentía en la cabeza. Por enésima vez, se levantó de la silla y caminó por la habitación del hospital. —KyunSoo, siéntate, por favor —gimió Kris.

—No puedo —no dejó de caminar—. Estoy muy preocupado—sintió ganas de vomitar y corrió hacia el baño, adjunto a la habitación privada de JongIn. Al regresar, se sentó. Tenía el rostro pálido, pero se sentía un poco mejor.

—Hablas en serio, ¿no es así? —preguntó Kris—. ¿Puedo traerte algo?

—No, nada. Yo... ya me siento mejor —sonrió un poco.

—Creo que no debí pedirte que me acompañaras aquí hoy —comentó Kris—.
No es justo para ti, dadas las circunstancias.

—¿Dadas las circunstancias?

Kris le dirigió una mirada de afecto.

—¿Piensas que yo también estoy ciego, jovencito? Sé que estás enamorado de JongIn, y sé que ese tonto te trata como si fueras una niño —Kris se sentó en el borde de la cama vacía, tomó la mano de Kyungsoo y le dio golpecitos—. No te preocupes, ya no pensará más que eres una niño.

La actividad que se escuchó en el corredor, hizo que Kyungsoo y Kris se pusieran de pie. Un hombre uniformado de azul empujaba una camilla con ruedas, acompañado de una enfermera. JongIn, con los ojos vendados, iba acostado en la camilla, muy quieto y con el rostro cenizo, bajo una montaña de mantas.

—¿Por qué le pusieron todas esas mantas? —preguntó Kyungsoo a Kris con voz preocupada.

La enfermera escuchó y respondió, mientras ayudaba al enfermero a colocar a JongIn en la cama.

—Volvió en sí temblando en la sala de recuperación. Algunas personas reaccionan de esa manera a la anestesia. La temperatura del cuerpo desciende.

Kyungsoo se meció sobre sus pies y Kris lo detuvo.

—¿Eso es peligroso? —preguntó Kris. Sentó a Kyungsoo en la silla.

—Por lo general, no —respondió la enfermera y sonrió—. Por supuesto, no los dejamos así, por eso usamos las mantas. Como pueden ver, una vez que se sintió confortable, volvió a dormir. Gracias, Inho—le dijo al hombre que se alejaba con la camilla.

—¿La operación salió bien? —preguntó Kyungsoo, cuando encontró la voz para hablar.

—Sí, hasta donde yo sé —murmuró la enfermera, mientras tomaba la presión a JongIn.

—¿Cuándo podemos hablar con el médico? —quiso saber Kris.

—Estará en el quirófano unas horas más —informó la enfermera—. Tal vez no lo vean hasta que venga esta tarde, para quitarle las vendas.

—¿Tan pronto? —preguntó Kyungsoo sorprendido.

—Oh, sí. En este tipo de operación, la recuperación de la vista es instantánea. Una vez que reemplazaron el líquido dañado con la solución sintética, el paciente debe poder ver.

Kyungsoo pensó que la palabra crucial era "debe", y se puso nervioso.

La enfermera anotó algo en el expediente de JongIn, al pie de la cama, y levantó la mirada antes de añadir:

—Tengo que irme. Pueden quedarse todo el tiempo que quieran. Si necesitan una enfermera, toquen el timbre —levantó las almohadas de JongIn para mostrarles el timbre. Fue hacia la puerta. Se volvió un poco antes de salir—. Dejé un recipiente en la mesita de noche, en caso de que el señor JongIn no se sienta bien al despertar. Si necesitan ayuda, llamen.

Amante Renuente KAISOO (COMPLETA) Where stories live. Discover now