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Miguel estaba preparándose para ir a su entrenamiento, el campeonato estaba cerca y su sensei los entrenaba con crueldad, cada vez era más y más duro con ellos, al punto de llegar con un ojo morado a casa una vez que otra, estaba muy cansado y no podía dar más de sí, sabía poco del Miyagi-Do pero sabía que era mucho menos agresivo aunque sus técnicas podían sonar bastante tontas.
Nunca pensó antes irse de su primer Dojo el cuál le convirtió en lo que es ahora, y tampoco quería traicionar a su primer sensei, ya que la enemistad de Daniel y Johnny no era ningún secreto.
Miguel decidió ir a hablar primero con Johnny para tomar su decisión de abandonar o de quedarse, apenas había hablado con Johnny desde el accidente, es verdad que Johnny le ayudó a mejorar y gracias a él prácticamente puede volver a andar, pero Johnny tomó la decisión de no volver a ser sensei nunca más, algo que Miguel deseaba poder cambiar y lo iba a seguir intentando.
Llamó tres veces a la puerta y Johnny no contestaba, probablemente estuviera con resaca, a la cuarta vez Johnny abrió. Tenía una pinta horrible, muchas ojeras, la camiseta sucia y la cara con muchos moratones, ya había visto a su sensei así bastantes veces pero siempre le impactaba.
- Hola sensei, digo Johnny -. Miguel estaba tan acostumbrado a llamarle sensei que se le olvidaba a veces.
- Hola Miguel, ¿Qué coño haces aquí tan temprano? -. A Johnny le había sorprendido la visita repentina de Miguel, pero no le disgustaba.
- Necesito su ayuda, tengo que tomar una decisión importante para mí, ¿puedo pasar?-. Miguel nunca tuvo una figura paterna en la cuál tomar ejemplo, así que Johnny era lo más cercano a un padre para él.
Johnny asintió y se echó a un lado para que pudiera pasar, la casa estaba desastrosa, trastos por todos lados e incluso la cama sin hacer.
Johnny tomó asiento y le hizo una seña a Miguel para que le contará lo que le pasaba.
- Verás, últimamente en el Dojo no me va muy bien, y pronto es el torneo cosa que me preocupa bastante, el sensei Kreese cada día está más loco, nos enseña mucha violencia y no nos viene bien a ninguno, pero al parecer el único que se da cuenta soy yo -. A Miguel le gustaría que Johnny y Daniel pudieran trabajar juntos.
- ¿Qué me estás queriendo decir con esto? te advertí que Kreese no era bueno para ti, incluso lo intenté con tu amigo del labio, con la chica no lo hice era imposible -. Johnny sonaba enfadado, Miguel sabía que seguir en cobra Kai no era buena idea pero no podía dejar tirado a sus amigos.
- Lo sé, pero ¿Qué quería que hiciera? fue el primero que tiró la toalla diciendo que no sería sensei nunca más, era eso o irme al Miyagi-do y esa opción últimamente no se ve tan mal-. Miguel no pensaba soltarlo de esa forma pero no podía contenerse, la cara de Johnny pasó de enfado a sorpresa en menos de segundos.
- ¿Lo dices enserio? si vas al Miyagi-do si que estás perdido-. Johnny no podía creer que Miguel su alumno estrella, estuviera considerando irse a la competencia.
