11. Amanecer con vos (I)

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Yeimy.

Un fuerte rayo de luz golpeó mi rostro haciendo que comience a despertar después de una noche muy pesada. Comencé a abrir mis ojos, poco a poco con delicadeza.
Sentí una pesadez horrible en mi cabeza, sentía que todo estaba dando vueltas.

Aún desorientada, comencé a mirar hacia mi alrededor. Cuando lo veo a él. Charly durmiendo como un bebé al otro lado de la cama, y... ¿Sin camisa? ¿Acaso...?

Mierda.

Aterrorizada de solo pensar en esa idea, me eché un vistazo. Llevaba mi top de encaje que me había puesto ayer y, estaba en panties.

Oh, no.

—Agh. —lo escucho quejarse desde el otro lado de la cama.

Hice mi mayor esfuerzo para recordar algo de la noche anterior. Carentes recuerdos comenzaron a llegar.

Yo llegando al cub nocturno.

Charly en el bar con una rubia.

Yo tomando como si no hubiera un mañana.

Yo bailando con quién sabe quién.

¿Yo besándome con Charly? Iugh

Pero de todos modos, no recordaba nada de lo que sea que hubiera pasado aquí. Aunque el último recuerdo lo puede explicar.

— Princesa. —habló entre dientes, aún adormecido.

— Charly.

— Buenos días.

— ¿Qué mierda pasó anoche? —me limite a preguntar.

— La pregunta es; ¿Qué no pasó? —oh, mierda. Conozco ese tono de voz.

— ¿Vos y yo...? —No me atreví a terminar la pregunta.

— ¿Que si vos y yo tuvimos sexo? —terminó por mí. Yo solo asentí con la cabeza, aterrada a cual sea la respuesta. — ¿No lo recordás?

— Si lo recordará no te estaría preguntando.

— Es que me sorprende que no lo recodés. Yo recuerdo todo, cada gemido, cada besito, cada posición. ¿Tampoco recordás cuando me decías; Charly, no parés. Sí, seguí así. Ahh. —dijo jocoso tratando de imitar lo que parecía un gemido. Claramente yo no gimo así.

Sos peor.

Mentira.

Habíamos tenido sexo. Me quede sin palabras y roja de lo avergonzada que estaba. No vuelvo a tomar nunca más en mi vida. Mi cara de horrorizada era demasiado notoria.

— Ve, Charly. No recuerdo un culo de lo qué pasó anoche. Pero esa no era yo, ¿okey? Yo estaba tomada. Todo eso solo fue parte de un error. — un error del cual desearía acordarme mínimo.

— Hey, princesa. Todo bien, sólo bromeaba. Anoche no pasó nada. Es divertido ponerte nerviosa. —dijo entre risas. ¿Acaso cree que me puede poner nerviosa?

Vaya que puede.

Por más que quisiera creerle que no había pasado nada, este escenario en el que estábamos, no decía lo mismo.

— Bueno y, ¿por qué amanecimos juntos y en estas fachas?

— ¿De verdad querés saber?

— Por algo te estoy preguntando, ¿no?

— Bueno, yo te prepare un café para que dejaras la borrachera —claramente no funciono. —Y vos me tiraste el café por los cielos. Me saqué la ropa porque me estaba quemando y ya. —se dio media vuelta y recogió su camisa que estaba en el suelo, con una enorme mancha de café al rededor de esta.

Odio que no te odio.  (Charleimy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora