Capítulo 12

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Newt
Quise llevar a Alya a algún hospital en Paris, pero todos se pusieron de acuerdo que era muy peligroso porque no conocíamos a nadie, así que tuve que vendarle su quemadura junto al señor Flamel.

- Yo creo que esto le disminuirá el dolor —me dijo cuando me entregó una crema cuando estábamos yéndonos y yo no podría estar más agradecido. No me gusta ver las muecas de dolor que hace Alya.

Al menos ahora está durmiendo en mis brazos y aunque admito que se ve hermosa cuando duerme, nada podrá superar su sonrisa o el hecho de que sus ojos se achinan cuando se ríe.  En serio el sol debe sentirse chico a su lado.

- Newt —me llamo Theseus cuando llegamos a la entrada de Hogwarts y vimos a Dumbledore acercarse.

- Dime —dije, mirándolo y él miró a Alya.

- Creo que deberías hablar con él... —dijo, apuntando con su cabeza a nuestro ex profesor y yo asentí—... a solas —completo la frase, mirando a Alya y yo asentí.

- Claro, toma —dije pasándosela con cuidado y la vi arrugar su nariz, haciendo que Theseus se ría.

- Nunca le ha gustado la colonia que uso —dijo divertido y Leta asintió al lado suyo.

- Solo... cuídala, por favor, y que no se te caiga —dije, acomodando un mechón de su pelo que había caído en sus ojos.

- Solo ve, Newt —dijo Leta divertida y yo asentí, y empecé a caminar hacia Dumbledore.

- ¿Es cierto... lo de Alya? —preguntó Dumbledore, mirando por sobre mi hombro con preocupación a Alya.

- Si, pero se mejorará ¿verdad? —pregunté.

- Estoy seguro que Poppy podrá ayudarla —dijo mirándome con un poco de esperanzas en sus ojos y yo asentí mientras le mostraba el objeto que encontró mi escarbato.

- Es un pacto de sangre ¿o no? —pregunte, mirándolo a los ojos y él frunció el ceño al verlo—. Juraron no pelear entre ustedes —continúe, ya que él se quedó en silencio y él asintió.

- Por Merlin ¿cómo la conseguiste? —me pregunto mientras tomaba el pacto entre sus manos y yo saqué a mi escarbato de mi abrigo. Cosa que le dio gracia.

- Grindelwald no entiende la naturaleza de las cosas que considera simples —le dije y él me sonrió mientras levantaba ambos brazos, para que le quitaran las esposas—. ¿Puede destruirlo? —pregunte, mirando el objeto que se encuentra flotando.

- Tal vez —dijo pensativo—. Tal vez —volvió a repetir mientras tomaba el objeto entre sus manos de nuevo—. ¿Él querrá una taza de té? —preguntó, refiriéndose a mi escarbato y le sonreí.

- Lo toma con leche y esconda las cucharas finas —dije y él comenzó a caminar hacia el castillo, pero se detuvo al ver que no lo seguía.

- ¿Qué sucede? —preguntó.

- No podremos tomar el té tranquilos sin saber qué Alya se encuentra bien —dije, encogiéndome de hombros, y él sonrió divertido.

- La señorita Black junto con su hermano y cuñada ya fueron llevados a la enfermería —dijo y abrí los ojos divertidos mientras miraba por sobre mi hombro, y efectivamente, ya no se encuentran ahí.

- ¿Cómo? ¿Qué? —pregunte confundido y él soltó una carcajada.

- Tengo mis trucos, señor Scamander —dijo y retomo su camino hacia el colegio, y esta vez si lo seguí.

Después de un té con Dumbledore, en el que estuve todo el rato pensando en Alya y a causa de esto, tuve que perseguir a mi escarbato cinco veces por el despacho de Dumbledore y dos a los escarbatos bebés.

Por eso ahora que estoy en la puerta de la enfermería, observándola sentada en una camilla, con la luz del sol iluminándola y sus ojos grises en todo su resplandor, puedo respirar tranquilo.

Y más aún que ella me está mirando, a la vez que me está dedicando una sonrisa tan bonita y brillante, solo como ella tiene.

- Newt —escuche atrás mío y me di vuelta para ver a Leta—. ¿Podemos hablar? —me pregunto y mire a Alya de reojo, quien dejó de sonreír.

- ¿Ahora? —pregunte y ella asintió.

- Es un poco urgente —dijo encogiéndose de hombros y yo asentí, mordiéndome la lengua.

- Claro —dije, siguiéndola, pero dando una última mirada a Alya, que ahora ni siquiera me está mirando—. Dime —le dije cuando llegamos a una sala vacía.

- ¿Te gusta Alya? —preguntó de golpe y creo que parezco tomate.

- ¿Qué? —fue lo único que fui capaz de decir y ella empezó a gritar emocionada.

- ¡Oh por Merlin! —gritó antes de abrazarme y no estoy entendiendo nada—. Son demasiado tiernos ustedes dos y Alya... —dijo y su nombre lo dijo con tanto cariño que me sorprendí—... Alya es perfecta, Newt.  Te juro que los dos harían una pareja estupenda —dijo emocionada y una pequeña sonrisa se me formó en el rostro.

- ¿Tú crees? —le pregunté y ella volvió a gritar.

- ¡Claro que lo creo! Es decir, tienen tanto en común y después de todo por lo que ella ha pasado creo que se harían súper bien mutuamente. Eso si, si la haces sufrir, Scamander, no te voy a perdonar —dijo y me miró extrañada—. ¿Por qué tan serio?

- Es que... dijiste que después de todo por lo que ella ha pasado y yo... yo no sé a qué te refieres —dije y ella abrió la boca sorprendida.

- Espera. Me estás diciendo que no han hablado de eso... ¿nada de su pasado? —me pregunto y yo negué—. Oh por Merlin —dijo, pero ya no sonó tan animada como antes.

- O sea... sé que la sacaron del árbol familiar —dije y ella sigue pálida.

- ¿Y no te dio curiosidad eso? ¿No se te ocurrió preguntarle? —dijo y yo me encogí de hombros.

- Bueno, si me dio curiosidad, pero no quería ser muy entrometido —dije y ella se golpeó la frente.

- Esta bien, te entiendo, pero... creo que necesitarían conocerse aún más antes de que... bueno, quieran ver qué pasa entre ustedes —dijo con un puchero y se me fue todo el animo.

- ¿Cómo la conociste? —pregunté y ella sonrió con cariño.

- Theseus me la presento —dijo, tomando asiento en una silla de la sala—. Fue en nuestra tercera cita,  Theseus ya había salido del colegio y me pidió que nos reuniéramos en Las Tres Escobas —dijo sonrojada y me acabo de dar cuenta que no estoy sintiendo esa presión en el pecho como cuando me contaron de su relación.

- ¿La conociste ahí?

- Bueno, más o menos —dijo divertida—. Me acuerdo que Theseus había llegado con nuestras cervezas de mantequillas cuando escuchamos un alboroto afuera del lugar y tuvimos que ir —dijo con una sonrisa nostálgica—. Fue la primera vez que la vi.  Estaba hechizando a un chico de su generación que estaba molestando a alguien de primero porque sus padres eran muggles —dijo divertida y con un toque de orgullo en su voz.

- ¿Y Theseus te la presento? —pregunté y ella asintió.

- Me la presento después de que tuviera que intervenir porque si Alya le llegaba a hacer algo más grave a ese chico pues se hubiese metido en muchos problemas —dijo y me encuentro sonriendo al imaginarme a una mini Alya con sus mejillas infladas al estar aguantándose las ganas de golpear a alguien—. Aunque admito que primero me dio celos —dijo y la miré sorprendida.

- ¿Por qué? —pregunté interesado.

- Porque no estaba acostumbrada a que una chica saltara a los brazos de Theseus en cuanto lo viera, así que pensé que... tenían alguna historia, pero resultó lo contrario. Theseus como el protector que era siempre estuvo evitando que ella se metiera en problemas y bueno... ella solo lo molestaba, y terminamos siendo mejores amigas.

- Dijiste que ella había desaparecido —dije un poco más serio y ella suspiró.

- Creo que ahora es turno de que hables con ella.

The One -Newt ScamanderWhere stories live. Discover now