Capítulo 1

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Newt
Estoy seguro que no es normal ver una mano flotante en las calles, pero bueno, uno se acostumbra.

- Profesor Dumbledore, ¿las azoteas más discretas estaban ocupadas? —pregunte divertido, pero me sonrojé al ver a una chica presente con el profesor.

Chica de cabello castaño con mirada tan penetrante que me hace sentirme tan pequeño, que tuve que evitar su mirada.

- Me gusta la vista —dijo Dumbledore mientras de su varita salía niebla para taparnos—. Señor Scamander —dijo tan cortes como siempre—. Le presento a mi mejor estudiante —dijo y ella lo miro mal.

- Ya no soy su estudiante —dijo entre dientes y ceño fruncido.

- Cierto —dijo Dumbledore con una sonrisa de disculpas—. Ella es la señorita Black —dijo y me sorprendí al escuchar eso apellido. La verdad nunca he tenido una buena relación con esa familia.

- Mucho gusto —dijo ella ofreciéndome la mano para estrecharla y no estoy seguro en si debo estrecharla o no. Sin embargo, antes de que ella la retirara con cierta incomodidad alcance a darle la mano.

- Un gusto —dije nervioso y una pequeña sonrisa se me formó al verla mirar nuestras manos sorprendida como si en verdad no esperaba que se la estrechara, y una pequeña sonrisa formándose en su rostro. Me alegro tanto de haberlo hecho.

Pero no solo eso, sino que su mirada se suavizó, su entrecejo fruncido desapareció y sus ojos están brillantes. Nunca había visto un cambio tan hermoso en una persona. Conste que me refiero a una persona porque en animales claro que lo he visto.

- La señorita Black, acá presente fue retirada del árbol genealógico de su familia —dijo Dumbledore y ella se sonrojó al escucharlo.

- Creo que no era necesario decirle eso —dijo cohibida y yo tengo mucha curiosidad, nunca había oído de eso.

- No te preocupes, soy Newt Scamander —dije y ella me dio una pequeña sonrisa antes de ponerse al lado de Dumbledore.

- ¿Nos dejas un rato solos? —preguntó Dumbledore y pude ver el conflicto interno que ella tiene entre aceptar y negarse, pero terminó suspirando resignada.

- Pero no hable de mi —dijo y él soltó una risa mientras ella se alejaba.

- Es una chica muy especial —dijo Dumbledore cuando nos dejó solos—, le encantan los animales, al igual que tú —dijo y de reojo vi la figura que está sentada en la orilla del techo y sus pies colgando—. No te preocupes, es lo suficientemente buena en magia cómo caerse y no sufrir ningún daño —dijo y me di cuenta que había empezado a acercarme a ella.

- Claro —dije alejándome un poco, pero sin dejar de verla. ¿Por qué estoy tan preocupado?

- Entonces, a ella le gustan los animales —dijo y lo mire con una ceja alzada ¿por qué lo repitió?—. Pero eso no es lo que importa ahora ¿cómo te fue? —preguntó y antes de aparecernos la vi despidiéndose con la mano.

- Aún creen que usted me envió a Nueva York —respondí mientras caminábamos.

- ¿Y ya les dijiste que no? —preguntó caminando al lado mío.

- Si, aunque usted sí me envío —dije y él levantó una ceja—. Usted me dijo dónde se encontraría el ave de trueno que traficaban y sabía que la llevaría devuelta a su hogar, y qué pasaría por un puerto muggle —explique y él sonrió divertido.

- Siempre he tenido afinidad por las grandes aves mágicas —dijo y no entiendo—. Incluso hay una historia en mi familia de que un fénix llegara a cualquier Dumbledore que lo necesite. Dicen que mi bisabuelo tenía uno, pero se fue volando cuando murió y no volvió —sigo sin entender.

- Con todo respeto, profesor. No creo que me haya dicho lo del ave del trueno por eso —respondí cuando dejamos de caminar y después me tomo del brazo para aparecernos.

Empezamos a caminar un poco por la ciudad hasta que llegamos a un sector con varios buses y autos.

- Credence está en Paris, Newt —dijo y lo mire sorprendido—. Está tratando de encontrar a su familia de verdad. ¿Y habrás oído rumores de quién es en realidad? —me pregunto y yo negué.

- No —alcance a decir antes de que Dumbledore se subiera a un bus.

- Los sangre puras creen que es el último descendiente de una importante familia francesa. Un bebé que todos dieron por perdido.

- ¿El hermano de Leta? —pregunte deseando que no sea así, pero mis esperanzas se murieron al verlo asentir.

- Eso dicen los rumores. Pero sangre pura o no, yo solo sé esto... un obscurus crece en la ausencia de amor como un gemelo oscuro y único amigo —dijo y asentí pensativo—. Entonces, si Credence tuviera un hermano o hermana que pudiera tomar su lugar, él podría tener salvación —dijo y yo volví a asentir estando de acuerdo—.

>> Pero ahora, donde sea que esté Credence en Paris... o está en peligro o es un peligro, así que tenemos que encontrarlo. Y esperaba que tú fueras la persona que lo encontrara —dijo viéndome con súplica y mi mirada se dirigió a una tarjeta que me tendió.

- ¿Qué es eso? —pregunte curioso.

- La dirección de un viejo conocido. Es un refugio que se encuentra en Paris, reforzado con encantamientos —dijo y lo mire entrando en pánico.

- ¿Un refugio? ¿Para qué necesito un refugio en Paris? —pregunte y que no sea lo que estoy pensando.

- Espero que no lo necesites, pero si en algún momento algo saliera mal es bueno tener dónde ir ¿no? A tomar té —explicó rápidamente para después salir del bus.

- No, no, no, por supuesto que no —dije para después aparecerme junto a él en otra parte—. Dumbledore, tengo prohibido hacer viajes internacionales, si salgo del país me meterán en Azkaban y van a perder la llave.

- ¿Sabes porqué te admiro, Newt? —me preguntó de la nada y estoy confundido.

- ¿Qué?

- Quizás más que a cualquiera que conozca —dijo pensativo—, bueno, junto a la señorita Black —agregó y me acorde que la dejamos en la azotea de un techo—. Te admiro porque no buscas el poder o la popularidad, Newt. Solo preguntas si algo es correcto en esencia y si lo es, lo haces sin importar nada.

- Si, me alegro, Dumbledore, pero tengo una pregunta ¿por qué no va usted? —y él dejó de caminar.

- No puedo actuar contra Grindelwald —dijo y vi una capa de tristeza cruzar su mirada—, tienes que ser tú —dijo y nos mantuvimos la mirada un rato hasta que él suspiró resignado—. Bien, no te culpo, en tu lugar también diría que no —dijo tomando la tarjeta de mi mano—. Buenas noches, Newt —dijo antes de desaparecer e hice un sonido de frustración.

The One -Newt ScamanderWhere stories live. Discover now