De entre las figuras oscuras, Aro emergió, con esa sonrisa inquietante que nunca llegaba a sus ojos.
—Palabras justas, Carlisle —respondió con tono teatral—, pero un tanto fuera de lugar, considerando el batallón que has reunido contra nosotros. —Alzó ligeramente la cabeza, su mirada fija en mí como si pudiera atravesarme—. Y agreguemos, además, que nos ocultas a nuestra querida princesa.
El aire se espesó. Carlisle apretó los labios antes de responder con solemnidad.
—Te doy mi palabra, Aro... esa nunca fue mi intención. Ninguna ley se ha roto aquí.
Fue entonces cuando Caius, incapaz de contener su furia, dio un paso hacia adelante, sus ojos brillando de rabia.
—¡Estamos viendo a la niña! —rugió—. No te burles de nosotros con palabras vacías.
Carlisle alzó la voz, con una pasión que pocas veces le había escuchado.
—¡No es una niña inmortal! —exclamó, y su grito reverberó en el claro. Yo misma me estremecí ante la fuerza de sus palabras—. Todos ellos pueden dar testimonio. ¡Mírala tú mismo! Observa el color de la sangre en sus mejillas.
—¡Artificios! —bramó Caius, cegado por su odio.
Aro levantó una mano elegante, buscando imponer orden.
—Yo descubriré la verdad en cada faceta —dijo con calma peligrosa, y sus ojos se posaron en Edward—. Quizás de alguien más central en esta historia. Edward, viendo a la niña sostenida por tu nueva compañera, asumo que estás involucrado.
Edward dirigió una mirada fugaz a Bella y Ness, y sin decir nada comenzó a caminar hacia Aro. Cada paso parecía pesar toneladas, como si supiera que se acercaba al mismo centro de una trampa. Cuando tomó la mano de Aro, dejó que este indagara en sus recuerdos, revelándole todo lo necesario sobre Renesmee.
El líder de los Vulturis sonrió satisfecho.
—Quisiera conocerla —dijo finalmente, soltando la mano de Edward.
Bella se adelantó, con Ness tomada de la mano y cubierta por la imponente figura del lobo de Jacob y la presencia firme de Emmett. Era un cuadro de fuerza y ternura.
—Ah, la encantadora Bella —murmuró Aro con delectación—. La inmortalidad te sienta de maravilla. —Una risa tétrica escapó de sus labios, y su mirada se posó en Ness—. Y escucho su extraño corazón...
Ness, con inocencia pero también valentía, extendió su mano hasta la mejilla de Aro y compartió con él sus primeros recuerdos de Bella.
—¡Magnífico! —exclamó, fascinado—. Mitad mortal, mitad inmortal... concebida y llevada por esta neófita cuando aún era humana.
—¡Imposible! —rugió Caius, incapaz de aceptar lo evidente.
—¿Acaso crees que me han engañado, hermano? —replicó Aro, alzando las cejas con ironía.
El momento fue roto por la llegada de Irina, arrastrada hacia el frente. Caius no tardó en señalarla.
—Traigan a la informante. Dime, ¿es esa la niña que viste?
Irina vaciló, sus ojos llenos de angustia.
—No estoy segura... —murmuró con la voz quebrada.
—Jane —ordenó Caius.
La joven vampira observó con frialdad a Ness y negó.
—Ha cambiado. Esta niña es más grande.
Caius chasqueó la lengua, furioso.
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Bad Vibes - Carlisle Cullen
RomanceCharlotte Gilmore Swan, una joven de 17 años que había pasado la mayor parte de su vida en la bulliciosa y gris Londres, estaba convencida de que su destino no era distinto al de cualquier otra chica de su edad: terminar el colegio, hacer planes par...
꧁ LXIV ꧂
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