Capítulo 18: Un beso

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Narra Emma

Necesitaba estar sola, necesitaba organizarme, organizar mis pensamientos y las cosas que me pasaban.

Yo fui la que recogió los papelitos del pozo de los deseos y, cuando pasé por al lado de Dylan, me dió demasiada incomodidad teniendo en cuenta la última conversación que había tenido con él. Además de que me daba curiosidad cual era su deseo.

Así que, estaba en el parque caminando cuando ví que un perro venía corriendo en mi dirección.

Me asusté, no soy fan de los animales que son tan escandalosos como este que se me venía encima.

Me quedé parada en el lugar tratando de no mover ni un músculo. Cuando el perro terminó de acercarse de esa manera tan bruta, simplemente, paró y me miró para que lo acariciara.

Tenía que admitir que era un perro muy adorable. Tenía pelo gris oscuro, ojitos marrones y grandes orejas.

-Hola...- empecé y me agaché un poco para acariciarle la cabeza. Busqué su collar-... Boy- completé- Hola, Boy- repetí sonriendo.

Escuché pasos rápidos que se acercaban y, al levantar un poco la cabeza, noté que era Dylan que venía corriendo hacia mí.

-¡No vuelvas a hacer eso!- le dijo al perro en tono molesto mientras recuperaba el aire. Él solo lo miró con inocencia- Si, ajá, no me muestres esa cara.

-Se supone que tienes que ponerle una correa- le dije.

-Si usa correa, se pone violento y no para de correr... como ahora- me contestó- No se lleva bien con los extraños, ¿sabes? Y... no suele hacer esto.

Me encogí de hombros.

-Es muy lindo- comenté y Dylan sonrió. Como su dueño. NO, EMMA, NO ACABASTE DE PENSAR ESO- ¿Así es como atraes a las chicas?- pregunté divertida mientras empezaba a caminar.

-Depende... ¿Funciona?- respondió haciendo lo mismo y quedando a mi lado y con Boy en medio.

Volví a encogerme de hombros para evitar decir que se veía tierno con un perro tan lindo.

Seguimos caminando sin decir nada y eso me ponía muy nerviosa e incómoda. Así que, tuve que romperlo.

-¿Qué pusiste en el pozo de los deseos?- Pero no con esa pregunta, estúpida.

-¿No se supone que nadie tiene que saber?- respondió.

-Eso no aplica a la futura reina de graduación.

-Así que, ¿estás segura que vas a ganar?

-Mi competencia es Rachel- contesté con ironía- Por favor, me ofendes.

-Deseé algo de crecimiento personal.

-¿Tiene que ver con la parte del cuerpo en la que estoy pensando?- bromié.

-Ja, ja- respondió sarcástico- ¿Piensas en esa parte de mi cuerpo?- agregó con una sonrisa que no quería encontrar sexy.

-¡¿Qué?! No...

-Primero quieres besarme y ahora piensas en mi...

-¡Dime que diablos pusiste!- lo interrumpí casi gritando y él soltó una risa- Dios, nunca paras de ser un fastidio para la sociedad, ¿verdad?- seguí enojada.

-Ok, ok, tranquila- aún se reía por lo bajo- Deseé dejar de meter la pata con la chica que me gusta- respondió finalmente.

-¿Sam?

-No.

¿Yo?

-¿Quién, entonces?- pregunté nerviosa.

-No es de tu incumbencia- contestó con un tono parecido al que usé con él en detención.

Sentí que Boy me tocaba la pierna y parecía que quería decirme algo.

-¿Un consejo para tu chica?- empecé y él asintió algo dudoso- Demuéstrale que te gusta, que en serio, en serio te gusta. Olvidará que metiste la pata.

-Ya lo olvidó- contestó.

-¿Qué...- empecé confundida.

-El punto es...- me interrupió- ... que quiero arreglar las cosas y no tengo mucho tiempo.

-No necesitas tiempo- contesté- Necesitas algo que la haga sentir especial. Hay cosas que generan eso en un segundo.

-¿Como un beso?- paró de caminar y me miró.

Yo hice lo mismo y quedamos cara a cara.

-Si... si como un beso.

Deseos desafortunados ✨ (Dylan O'Brien)Where stories live. Discover now