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Alemania no pudo evitarlo, tembló como una hoja en el viento ante las palabras sensuales de Russia.

Las manos del ruso subian y bajaban por sus costados y ocasionalmente se aventuraron más abajo, burlándose de él. Cada vez que posaban sobre su trasero, daban ligeros apretones haciendo que el alemán se sacudiera hacia adelante, volviéndole loco a él y al ruso con éxito con la deliciosa fricción que creaba de esa manera.

Las palabras del mayor se repitieron una y otra vez en su cabeza y sintió que su cuerpo se calentaba en respuesta, aunque su mente le dijo que debería morir de vergüenza.

-Te gustaría eso, ¿no? -Russia se rió entre dientes y se inclinó aún más para besarlo. Fue lento, pero en vez de ser un beso dulce, fue exigente, sucio e hizo que todo el cuerpo del alemán se estremeciera. Agarró los hombros de Russia con fuerza y gimió cuando su contrario se separó del beso.

-Una pequeña cosita tan codiciosa -comentó y le dio un apretón firme a las mejillas del alemán.

-No soy pequeño -protestó Alemania sin aliento y gimió cuando Russia inesperadamente metió la mano ehtre sus piernas y aplicó presión.

-No, no lo eres -concluyó con una sonrisa y Alemania estaba seguro de que esta vez se incendiaría. ¿Por qué Russia tenía que ser tan audaz? Como si encontrará algún tipo se placer en avergonzarlo una y otra vez.

A pesar de su descubrimiento aparentemente satisfactorio, Russia no lo soltó y en su lugar comenzó a masajear la virilidad del alemán a través de la tela de sus pantalones.

-¡Russia! ¡E-espera! -Alemania se ahogó, pero apretó con más fuerza los hombros anchos del ruso, temiendo soltarse si no conseguía más de eso. Las sensaciones calientes y pesadas se acumularon en la parte inferior de su estómago mientras Russia seguía burlándose de su endurecida longitud con golpes terriblemente lentoa y el ocasional giro de su mano.

Lujuria.

Fue la lujuria pura lo que hizo que Alemania se saliera de control de esa manera. Por un momento se sorprendió porque ambos eran hombres y siempre había habido parejas heterosexuales en sus libros, sin embargo, el penaamiento rápidamente salió volando de su mente cuando Russia besó y chupó su cuello, sin duda creando miles de chupones más.

-Por favor -exhaló Alemania y dejó caer la cabeza hacia adelante, ya que ya no tenía la fuerza para sostenerla él mismo.

-Dime lo que quieres, vamos, dímelo -lo instó Russia y ralentizó los movimientos de su mano. Alemania siguió adelante, pero el ruso le negó más placer.

-Dílo.

-Quiero..-Alemania se humedeció los labios secos y se estremeció ante la perspectiva de expresar sus necesidades corporales en voz alta- Quiero que lo hagas..

-¿Qué debo hacerte? -Russia murmuró contra el cuello de Alemania y lamió la piel sensible cuando el alemán dejó de hablar.

-Necesito más, por favor -susurró Alemania avergonzado y volteo a ver a otro lado para que su contrario no le viera la cara.

-Buen chico -Elogió y levantó a Alemania para que pudiera llevarlo a la sala de estar mientras seguía dejando besos de mariposa en su hombro y cuello. Lo dejó suavemente en el sofá y Alemania se retorció nerviosamente bajo la mirada ardiente del ruso.

-Relájate-ordenó Russia y esperó a que Alemania asintiera antea de deslizar cuidadosamente la mano por debajo del dobladillo de su camisa. Alemania jadeó cuando los dedos fríos recorrieron la piel caliente de su estómago. Se aventuraron más arriba y él cerro loa ojoa con fuerza cuando rodearon uno de sus pezones rosados. Russia pellizcó la sensible protuberancia y el alemán siseó con fuerza y arañó la tela del sofá, buscando algo a lo que pueda agarrarse mientras se perdía en las sensaciones alucinantes.

Sacudidas de electricidad al rojo vivo se dispararon por todo su cuerpo con cada nuevo toque, cada parche de piel no descubierto. El placer fue cegador, lo hizo morderse el labio hasta que Russia pasó un dedo por la carne maltratada y probó la sangre cobriza en su lengua, lo hizo sacudirse y arquearse incontrolablemente, pidiendo más.

Cada vez que abría los ojos veía a Russia sobre él y su mente se desmayaba de nuevo ante la deliciosa vista. El ruso era tan poderoso. No había duda sobre el equilibrio de poder entre ellos y, aunque Alemania era tan vulnerable y expuesto, el lo tocaba con sumo cuidado y prestaba atención a cada una de sus reacciones.

Alemania no supo cuándo ni cómo sucedió, pero había aire frío en su ingle y Russia se frotaba sobre él.

-Russia..-dijo Alemania con voz ronca, su cuerpo temblaba. No era exactamente miedo, pero no hubo señales de alarma que se apagan en su mente y sabía que si él tomó esta medida sería irreversible poder cambiarlo.

-Mírame, Alemania -exigió el ruso gentilmente, tomando el rostro del alemán con sus dos grandes manos. Parecía como si entendiera la confusión que se estaba produciendo dentro de él.

El alemán parpadeó y abrió los ojos y miró directamente a los únicos ojos amarillos de Russia. La sensación de náuses en su estomago se calmó tan pronto como vio el color de sus ojos.

-Daremos un paso a la vez.

Alemania asintió sin decir ninguna palabra y acarició la palma de la mano del mayor con un tímido ronroneo.

Russia envolvió su mano alrededor del miembro del alemán y le dio un golpe experimental después de confirmar que Alemania todavía estaba cómodo con su ritmo. El alemán miró al ruso con ojos entrecerrados y tuvo que admitir que la vista era intrigante, incluso seductora.

Una gota de líquido preseminal brillaba en la punta de au miembro y Russia pasó su pulgar sobre ella para lubricar su piel, después de lo cual los abdominales del alemán se tensaron. Se sintió tan jodidamente bien.

Ola tras ola de lujuria lo ahogaba y gemidos y suspiroa burbujeaban en su garganta. Russia siguió acariciándolo, ganando velocidad gradualmente. Alemania sintió un cosquilleo en la base de su columna vertebral y su respiración se convirtió en bocanadas rápidas e irregulares sobre sus labios entreabiertos.

-Mírame -gruñó Russia y Alemania se obligó a abrir los ojos, una tarea bastante imposible mientras alguien frotaba su miembro en carne viva.

Su liberación estaba ahí, solo un poco más. Los ojos feroces del ruso lo movieron más allás y quería besarlo o tocarlo o hacer lo mismo con él-

Echó la cabeza hacia atrás cuando el orgasmo lo atravesó, saliendo de su raja en gruesa cintas blancas. Russia lo acaricio a través de todo hasta que todo se sintió demasiado sensible y se estremeció exhausto.

Russia lo besó nuevamente siendo correspondido al instante.

-Vuelvo enseguida -prometió el ruso y pasó el pulgar por la mejilla del alemán antes de levantarse del sofá y desaparecer entre los pasillos.

Alemania cerró los ojos y disfrutó de la pesadez saciada en sus huesos y la forma en que el placer aún latía silenciosamente en su sangre. Lentamente, su respiración volvió a la normalidad.

Russia regresó con una toalla humeda para limpiarlo y el alemán le sonrió con cansanció. Una siesta sonaba bien ahora mismo.

-Descansa -dijo Russia después de extender una manta sobre Alemania y deslizarse debajo de ella detrás de él.

Alemania ronroneó ante la cálida sensación y se acurrucó más cerca de su alfa. No pudo evitar sonreir tontamente. Su alfa.

𝐌𝐈 𝐃𝐄𝐒𝐓𝐈𝐍𝐀𝐃𝐎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora