Capítulo 8

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Tres días más tarde, Bakugo estaba en una cafetería del centro. Estaba bastante concurrida y estaba empezando a hacer frío en la calle. Izuku le había llamado y le había dicho que en dos horas se verían en la azotea de la torre ThinkPark. También le dijo que había algo que quería comentarle y quería saber más acerca de Izuku y Bakugo. Eso le había interesado bastante. Cuando Shoto le dijo que iba a hacerse la prueba de ADN, pensó que le ayudaría a recordar muchas más cosas. Ahora sabía que no sería tan fácil. Acabó el café y pagó.

Al salir por la puerta, vio que estaba empezando a nevar. "¿Nieve en Tokyo? Esto si que es raro." pensó. Caminó por la transitada calle y caminó en dirección a la torre ThinkPark. Durante los días anteriores, se había dedicado por completo a su trabajo de héroe. Al no haber visto a Izuku por ningún lado, supuso que estaría en su escondite esperando el resultado de las pruebas. La nieve empezaba a caer con más fuerza y estaba empezando a convertirse en una ventisca. Su móvil sonó, indicándole que tenía una nueva notificación. Era Izuku. "Cambio de planes. En quince minutos en la obra de la estación Akihabara." Bakugo supuso que se debía a la nevada que iba a caer, pues la nieve estaba empezando a acumularse y no llevaba ni diez minutos nevando. Cambió de dirección y entró en el primer tren que lo dejara cerca de la estación Akihabara.

Durante el trayecto, Shoto le llamó.

-¿Dónde estás Bakugo?-le dijo Shoto. Parecía algo molesto.-Tenemos una reunión importante en dos horas con el inspector al cargo del caso Shigaraki.

-Tendrá que esperar. Estoy en una misión de infiltración.-le dijo Bakugo.

-Cuando te refieres a infiltración, te refieres a Dark Phoenix, ¿Verdad?

-Si. Cuando acabe te aviso.-colgó y esperó a que el tren se detuviera para bajarse del tren.

En cuanto llegó a la estación más cercana, Bakugo se bajó y caminó hasta la estación que le había dicho Izuku. Pensó en lo raro que estaba Shoto últimamente. Desde que había encontrado a Izuku, Shoto había empezado a asumir mucho más trabajo y estaba empezando a someterse a mucho estrés. Además, le llamaba en cualquier momento para saber lo que estaba haciendo. Él creía que tenían que detener a Izuku cuanto antes mientras que Bakugo quería primero intentar hacer que recordara todo. Si no fuera porque Shoto está casado, pensaría que estaba celoso. Lo más probable era que estuviera molesto porque estaba descuidando sus deberes como el héroe número uno de Japón.

Al llegar a la estación, vio una enorme verja cerrando la entrada. Miró a su alrededor para asegurarse de que nadie le veía y valiéndose de su quirk saltó la valla. Entró por la apertura del metro y bajó las escaleras que en ese momento estaban picadas por los obreros para su reforma. Al ser casi las nueve de la noche, no había nadie trabajando en ese lugar. Caminó por los túneles con todos los azulejos arrancados y llegó a la estación, que estaba muy bien iluminada por varios focos que debían haber dejado encendidos los obreros.

-Has tardado bastante.-le dijo Izuku al salir de detrás de una columna.-Ya pensé que te habías perdido.

-Estaba un poco lejos. Casi había llegado a la torre ThinkPark.

-Al menos llegaste.-le dijo mientras se sentaba en el borde de la estación y bajaba a las vías del tren.-Vamos por aquí. Tenemos cosas de las que hablar.

Bakugo bajó a las vías y siguió a Izuku hasta una puerta de mantenimiento. Izuku abrió la puerta y entró. Bakugo no estaba del todo seguro de si debía seguirlo.

-¿Vienes o te quedas a que venga el tren?-le dijo mientras a lo lejos se escuchaba un tren acercarse. A pesar de que la estación estaba en obras, los trenes seguían circulando por las vías.

Bakugo entró en la sala y pocos segundos después, el metro pasaba a gran velocidad por delante del cuarto de mantenimiento. Al fijarse mejor en la estancia, vio que estaba abandonada. Todos los aparatos estaban medio desmontados y había una gruesa capa de polvo cubriéndolos. Por lo demás, la estancia estaba llena de todo tipo de libros. También había un sofá y una televisión con una consola. Además, había un caballete con un cuadro a medio pintar que Bakugo no pudo identificar.

-Vengo aquí de vez en cuando.-le dijo Izuku.-Cuando necesito estar solo, voy a la torre ThinkPark o a este lugar. Nadie; a excepción de ti ahora; sabe que este sitio existe. Los del metro lo abandonaron hace unos años y yo lo ocupé.

Izuku se sentó en el sofá y sacó un par de cervezas de una nevera que estaba al lado. Le lanzó una a Bakugo y le indico que se sentara.

-La razón por la que quería hablar es porque me intriga mucho lo que me contaste acerca de tus amigos.-le dijo mientras le daba un sorbo.-Me gustaría saber un poco más.

Bakugo notó algo raro en la voz de Izuku, como si tuviera miedo de algo.

-Lo que te puedo contar no es mucho.-le dijo Bakugo.-Éramos solo unos críos de cuatro años. De lo que me acuerdo es que una vez, Bakugo e Izuku fueron conmigo a una casa muy vieja que daba mucho miedo. La casa era un anciano que llevaba mucho tiempo sin vivir en ella y estaba empezando a caerse.-Bakugo sonrió al recordar lo que había pasado después.-Yo había ido con ellos también y entramos en el jardín delantero de la casa. La hierba nos llegaba hasta la cintura y apenas nos dejaba caminar. Al llegar al porche, la puerta estaba abierta y entramos en la casa. Dentro todo estaba cubierto de polvo y telarañas e Izuku vio una araña. Dio un grito que casi hace que nos cayéramos todos al piso. Bakugo se puso delante de Izuku y le dijo mientras levantaba el puño: "Yo te protegeré de esa araña malvada, Izuku."-dijo imitando la misma postura que había hecho ese día.-Fue unos días antes de que se llevaran a Izuku.

-¿No han encontrado ninguna pista todavía sobre él?-le dijo Izuku.

-No, pero yo siempre llevo una foto de ellos que les saqué con mi cámara.-dijo mientras sacaba una copia de la foto que había encontrado en el relicario.-La saqué antes de que todo cambiara. Después de esta foto, la madre de Izuku nos sacó una a los tres. A veces me decían que Bakugo y yo podríamos pasar por hermanos. La verdad es que si.

Izuku agarró la foto y se puso pálido. Al principio no le dijo nada, pero luego le dijo que si se la podía devolver. Izuku se la dio. Estaba pálido como la leche.

-¿Te encuentras bien?-le dijo Bakugo.-No tienes buen aspecto.

Izuku recobró la compostura y le dijo que estaba bien.

-¿Sabes una cosa Yuki?-le dijo mientras le daba un sorbo a la cerveza.-Creo que nos habríamos llevado bien todos. Si tan siquiera mi padre me hubiera dejado asistir a la escuela, tal vez habríamos coincidido.

-Seguro que si.-le dijo Bakugo. Entonces se le ocurrió una idea.-Mañana deberíamos ir a algún lugar fuera de la ciudad. Conozco una escuela abandonada que conserva todo. Podríamos hacer locuras allí.

-Me parece bien. Así podré practicar mis nuevos ataques y te enseñaré algunas cosas.-le dijo Izuku.

Al dar las doce, se fueron cada uno a su casa y quedaron a las doce a las afueras de Tokio. Era un avance para poder hacer que recordara todo su pasado. Salió de la estación y fue directo hasta su casa.

Izuku salió de la estación más convencido que nunca que su "padre" no era quien decía ser. La foto que tenía ese chico era la misma que él tenía en el relicario que había perdido. Estaba convencido de que lo que le contaba como si fuera otro amigo era mentira. Durante la anécdota que le había contado, había recordado ese momento y no había nadie más con ellos. Todo lo que estaba contando era sobre ellos dos. Estaba seguro de que Yuki era en realidad Bakugo. Aunque no le estaba contando toda la verdad, entendía que no le dijera que era el héroe número uno de Japón. Lo que Bakugo estaba intentando era que recordara todo su pasado y estaba funcionando. Las pruebas de ADN que se había hecho en secreto habían demostrado que no era hijo de All for One. Voló hasta la torre de Tokio y se puso a pensar.

-¿Quién soy en realidad?-dijo en voz alta.-Necesito recordar más cosas. Aprovecharé mañana para sacar algo más de información de mi pasado. Tengo que saber quién era mi madre.

Se marchó de allí y fue hacia la estación donde tendría que aguantar un poco más hasta saber toda la verdad, aunque eso significara tener que seguir llamando papá al hombre que fingía serlo. Pronto se enfrentaría a él para que se lo contara todo.

Dark Phoenix, el Izuku Alado (una historia de BNHA)Where stories live. Discover now