Capítulo 5

179 15 0
                                    

All for One estaba en su despacho, pensando en todo lo que podría hacer ahora que All Might estaba muerto. A pesar de que le había preguntado varias veces a Izuku que si le había robado el One for All, este se lo había negado. Le había dado a Izuku un don único: robaba los dones y los convertía en cualquier objeto que si lo consumía se pasaba a él su poder. Lo había probado con un par de dones y le había funcionado perfectamente. Cuando le robó a aquel tipo el poder se sus alas negras, Izuku lo convirtió en un colgante que siempre llevaba con él. Mientras lleve el collar, sus alas negras nunca desaparecerán. Las alas de Fénix se las había dado él mismo, por lo que si perdía sus alas negras, seguiría teniendo las de Fénix. El otro era la regeneración rápida. Podía regenerar cualquier herida o pluma en apenas un par de minutos sin agotarse. Había creado a su sucesor perfecto. La puerta de su despacho se abrió y entró Izuku.

-Pensé que te había enseñado a llamar antes de entrar, Isamu.-le dijo.

-Lo siento, papá.-le dijo mientras se sentaba en una silla cercana a la puerta.-Quiero que me hables de un tal Izuku.

All for One casi se atraganta al escuchar esas palabras. Pensaba que no recordaba nada de su vida pasada, por lo que no pensó que llegaría el día que tendría que mentirle.

-Según recuerdo, fue un chico de cuatro años que desapareció hace unos quince o diecisiete años.-le dijo sin darle demasiada importancia.

-Fue hace veinte.-le dijo. Su mirada parecía desafiarle.-Lo que quiero saber es si yo tengo relación alguna con él.

-Por supuesto que no. Tu eres mi hijo.-le dijo.

-De acuerdo.-le dijo y se marchó sin decir nada más.

-Dabi; como le dijeras algo; te arrepentirás de haber nacido.

Bakugo regresó a su apartamento y se fue a dar una ducha. El entierro de sus padres y el encuentro con Izuku le habían dejado destrozado y había ido al gimnasio a desahogarse un poco a pesar de que llevaba un traje. Al terminar, se fue a la cocina y se preparó algo para comer. Desde la muerte de sus padres, apenas había probado bocado y empezaba a encontrarse mal.

Mientras preparaba algo, pensó en su extraño encuentro con Izuku. No parecía ser el mismo que admiraba tanto a All Might y que quería ser un héroe tan bueno como él. Tampoco se parecía al Izuku que siempre lo seguía a todas partes y le decía que quería conseguir pronto su quirk. Era como si todos los recuerdos de la infancia que habían tenido se hubieran desvanecido. Lo bueno de toda esa situación, era que no sabía que él era el héroe número uno de Japón. Podría acercarse a él y averiguar más sobre lo que le había pasado.

-¿Bakugo, estás ahí?-dijo alguien al otro lado de la puerta. Parecía ser Iida, pero no estaba seguro.

Fue hacia la puerta y miró por la rendija. Tal y como pensaba, era Iida. Bakugo le abrió la puerta e Iida entró dentro sin preguntar primero.

-Pensé que estabas en Kyushu de misión.

-Lo estaba hasta que me enteré de lo de tus padres. ¿Estás bien?

-Si, lo estoy.-le dijo Bakugo mientras se sentaba a comer algo de lo que había preparado.

-Pues me veo en la obligación de decirte que no lo parece.-le dice Iida, regañándole.-Tienes unas enormes ojeras y has adelgazado. No tienes buen aspecto.

-Por favor, ¿puedes dejar de hablar como si siguieras siendo el presidente de la clase?-le dijo Bakugo.-Me da repelús.

Iida se sentó delante de Bakugo y lo empezó a observar a través de sus gafas. A Bakugo no le gustaba nada que le miraran mientras comía y le estaba empezando a dar miedo.

-Te ha pasado algo más.-concluyó Iida mientras se sentaba correctamente y cruzaba los brazos.-No hay duda de ello.

Bakugo casi se atraganta con un trozo de tostada al oír decir a Iida esas palabras. Desde siempre, Iida había sabido descubrir todo lo que pasaba a la gente que lo rodeaba. Incluso cuando conoció a esa chica de Alaska de intercambio que ahora es su esposa y con la que está a punto de ser padre.

-Iida, deja de decir tonterías. No me pasa nada más.-le dijo Bakugo.

-Mentira.-le dijo señalando.-Todo esto tiene que ver con Dark Phoenix e Izuku Midoriya.

Bakugo soltó un largo suspiro. Seguramente Kirisima o Denki se lo habían contado. Iida siempre había sido listo, pero no era un adivino.

-¿Denki o Kirisima?

-Kirisima me lo contó.-le confesó Iida.-Me dijo que lo estabas pasando fatal y que Dark Phoenix e Izuku Midoriya estaban relacionas con algunos casos de asesinato que investigáis.

-Pues ahora tengo la certeza de que son la misma persona.-le dijo Bakugo mientras metía en la boca un trozo de tostada empapado de café.

-¡¿Así que ya has hablado con él y no lo has detenido?!-le regañó Iida.-Nuestra principal misión en detener a los villanos antes de cometa algún crimen. Te juro que como relacionen algún próximo crimen con él, vamos a tener una pequeña charla.

-Iida deja de comportarte como el hermano mayor, me da cringe.-le dijo Bakugo con cara de pocos amigos.

Iida se despidió y se marchó. La verdad era que él e Iida no se habían llevado muy bien nunca. Su relación de amistad no llegaba a la de amigos siquiera. Cuando Bakugo terminó, se puso su traje de héroe y se fue a su sede. Llegó en apenas un par de minutos impulsándose con sus explosiones y al llegar le dijo a su ayudante; una chica capaz de controlar los sentimientos; que le pasara los casos que tengan relación con Dark Phoenix. Después, se encerró en su despacho.

-Izuku, voy a hacer que cambies de opinión. Volverás a ser tu aunque sea lo último que haga.

Izuku mientras tanto, estaba en su dormitorio con su guitarra eléctrica tocando una canción de Guns N'Roses. Desde pequeño, siempre había escuchado rock de todo tipo, pero su favorito era Guns N'Roses. Lo escuchaba casi todo el tiempo y se sabía la letra de muchas de sus canciones. A Mr. Compress siempre le molestaba, así que Izuku siempre tocaba la guitarra cuando él estaba en la guarida.

-¿Quieres dejar ese maldito trasto?-le dijo Mr. Compress.-Me duele la cabeza de tanto escucharte.

-Cierra el pico y lárgate.-le dijo Izuku mientras le cerraba la puerta en las narices.

Desde que había vuelto, no había dejado de darle vueltas a la cabeza intentando recordar por que pensaba que conocía a ese tipo. Mientras pensaba, le llegó un mensaje al móvil. Era de un desconocido que quería reunirse con él en lo alto del Skytree. Izuku dejó la guitarra y se marchó sin decir nada a nadie.

Cuando le llamaba algún desconocido, era para hacer encargos de sicario. Normalmente eran para dar algún susto o robar algo, pero alguna vez había sido para encargar un asesinato. Con el dinero que ganaba haciendo esos trabajos, compraba todo tipo de cosas para mejorar su traje hasta convertirlo en el que él quería que fuera. Voló hasta la zona en la que había quedado con el tipo y esperó mirando por la ventana. Durante varios minutos, nadie apareció.

-Así que tu eres del que todos hablan.-le dijo una voz que conocía bastante bien.-Es un placer conocer a otro pájaro.

-¿Qué trabajo quieres que haga para ti, Hawks?-le dijo mientras miraba a la cara a Hawks, el héroe que ahora era el número treinta y ocho en la lista.

Dark Phoenix, el Izuku Alado (una historia de BNHA)Kde žijí příběhy. Začni objevovat