- No me importa si piensas que aún no tengo la edad suficiente, ¿Podrías amarme de una vez? - sonreíste maliciosamente montándote encima del pelinegro - Quiero hacer estallar tu dulce corazón de chicle...
• Inspirada en la canción de MARINA - BUBBL...
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Capítulo 2 ¡Cabello de anciana!
. . .
2 de junio 1996 - Dojo Sano's 17:58 pm
Después de unas semanas, empezaste a frecuentar más la casa de los sano, ya que pasabas tus clases de karate allí. También veías seguido a shinichiro, y la mayoría de la veces, manjiro, keisuke y tú le seguían a todos lados, mientras shinichiro les hablaba de su pandilla y lo que conllevaba pertenecer a una.
Aún así cada que terminaban las clases del dojo, corrías a buscar al pelinegro, antes que manjiro o keisuke te ganasen.
— ¡Shin! ¡¿Qué haces?! — exclamaste entrando dentro del la recámara del pelinegro de manera abrupta.
Este te miro asustado, ya que se encontraba en una "llamada" con una chica pero del susto colgó.
— Ah, perdón ¿estabas ocupado? — caminaste hacia el — Bueno no importa, ¿vamos al parque? — le sonreíste
Shinichiro suspiro, ya tendría tiempo más tarde para continuar su llamada. — ¿Ya terminaron sus clases?
— Ah, si. Manjiro casi se rompe el brazo por andar de engreído, keisuke se peleó con un perro y el sensei me dijo que cada día mejoró en el karate.
Shinichiro escuchaba atento mientras se ponía gel en la cabeza, haciéndose su típico peinado de chico malo.
— Ese peinado no te asienta — hablaste mirándole.
— ¿No?, a mi me parece genial — musitó mirándose
— Si tú lo dices — tomaste su mano y lo jalaste — Aunque preferiría tu cabello casual.
Minutos después corrías y saltabas por la calle sin alejarte de shinichiro mientras caminaban hacia el parque. Una vez llegaron, se detuvieron al ver a un par de adolescentes por la zona, al parecer compañeros de shinichiro que de casualidad pasaban por allí.
— Si quieres puedes jugar mientras converso — te sugirió, temía que te sintieras intimidada por ellos.
— Quiero conocer a tu amigos, tal vez nos llevemos bien — sonreíste. — aunque todo dependerá de ellos — enchinaste la mirada.
— No sabía que estabas de niñera shinichiro.— interrumpió un albino con una piruleta en los labios.
Rápidamente interceptaste — No es mi niñera, porque no necesito que me cuiden, sé hacerlo por mi cuenta. — frunciste los ceños y sonreíste — cabello de anciana...