Esos eran los días normales que vivía junto a su menor, sin embargo, también existían los extremos, en donde no podía hacer la mayoría de cosas, pero trabajaba el doble en su oficina y llegaba a media noche al departamento. Normalmente evitaba hacer eso para no dejar a su pareja sola toda la tarde. Lo que no se esperaba era sufrir tal desgaste físico y mental. Su salud se deterioró gravemente debido a las horas de esfuerzo diario y a sus constantes desvelos. Sin darse cuenta, terminó haciéndose mucho daño, al grado de que no podía más.

Se recargó contra la pared del pasillo y frunció el ceño. Sus piernas no respondían y su cabeza daba vueltas. Le costaba enfocar todo a su alrededor, pero tenía que estar bien. Necesitaba ir a recoger a su osito a la universidad después del trabajo.

--- TaeHyung--- murmuró con pesar. Deseaba verlo en esos momentos y tenerlo a su lado. Apreciar su hermoso y delicado rostro, con aquellas facciones tan varoniles y maduras. Todo en él era tan perfecto que no podía creer que fuera real. Era un equilibrio inigualable y natural el que poseía. Todo en él parecía tallado a mano de manera armoniosa, como si fuera una obra de arte antigua en una época moderna.

Escuchó una voz distorsionada que interrumpió sus pensamientos, pero realmente no entendió en absoluto lo que quería decirle. Se sentía ido, todo su cuerpo pesaba en demasía y no podía mover ni un solo músculo. Quizás fue por ello que terminó arrodillado en el suelo, jadeando y resistiéndose a caer por completo. No aguantaría mucho. Estaba exhausto.

"Pálido". Fue lo único que entendió de la joven a su lado. Seguido de una pregunta que realmente ya no pudo responder, puesto que terminó desvaneciéndose entre varios de los cuerpos que intentaron sostenerlo. Y es que se entendía la preocupación de todos a la perfección. Después de todo era el jefe. Jeon JungKook, el presidente de Dal: Luxury Coffee.

 Jeon JungKook, el presidente de Dal: Luxury Coffee

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Se sentía tan perdido. Quería abrir los ojos, pero creía que le era imposible. Sinceramente le era difícil, pues le pesaban mucho los párpados.

Alguien estaba revisándolo y moviéndolo como un títere. Incluso sintió un pinchazo en su mano izquierda, aunque un llanto desconsolado provocó que esa clase de acciones cesaran.

--- ¡No lo lastime!--- escuchó una dulce voz reclamar, algo distorsionada incluso. Quizás por aquellos sollozos que escapaban del fondo de su garganta sin permiso alguno.

Un ruido metálico golpeó sus oídos, seguidamente de un quejido extraño.

--- Kim TaeHyung, no porque seas amigo de mi hijo significa que me agrades--- aclaró la mujer con voz dura, provocando que el otro dejara de llorar de inmediato--- te dejé quedarte aquí porque JiMin me aclaró la situación, me prometieron que no iban a ser una interferencia innecesaria, pero aquí estás siendo ruidoso. ¿Sabes lo grave que es esto? Necesita descansar.

Alguien sorbió su nariz y hubo silencio por un largo rato. De hecho, el hombre decumbente creyó que ya se habían ido, pero realmente no era así, puesto que escuchó más sonidos no muy claros junto a un murmuro intentendible.

Sugar, but not your baby (KookTae)Onde histórias criam vida. Descubra agora