"They look like boyfriends"

6.1K 659 243
                                    

Lunes

En algún punto, dejó de ser algo sutil la relación entre Katsuki y Shōto. Al menos, ya no era solo Midoriya quien pensaba que había algo.

Cuando Todoroki apareció en el aula a primera hora de clases, lo primero que hizo fue ignorar olímpicamente el saludo de su amigo e ir a abrazar al de pelo rubio como si fuese algo natural. Esto, aparte de dejar sin aliento al rubio por la fuerza ejercida sin querer por el contrario, hizo que Midoriya casi se desmaye, siendo salvado por Uraraka quien lo sostuvo mirando la escena en shock.

—Si si, yo también te extrañé, helado de fresa, ahora suéltame— y por muy increíble que pareciese, Katsuki le estaba devolviendo el abrazo.

—Perdón, ¿te molesté?— el bicolor apretó los labios por la preocupación, junto a sus ojos brillosos, parecía adorable. ¿Por qué actúa así con él?

Y, para terminar la escena, Katsuki solo gruñó para finalmente separarse y sentarse en su sitio.

—Cállate, Shōto, voy a matarte— fue lo único que Midoriya escuchó mientras Kacchan se escondía con ayuda de sus brazos, protegiéndose de la vergüenza según parecía.

El menor Todoroki sin embargo, se acercó al rubio aún visiblemente preocupado por haberle hecho algo (aunque ni él sabe que le pudo haber hecho). Ya cerca, pudo notar que las orejas de Bakugō estaban rojas, contrastaban mucho con su piel lechosa. No se veían mal, para el de ojos heterocromáticos, se veía más lindo así. Incluso algo dentro suyo pensaba en que le gustaría hacerlo verse así de lindo siempre.

Hasta que Present Mic no abrió estrepitosamente la puerta para dar inicio a clase, Midoriya miraba lo curioso que era un Todoroki agachado y con una mueca similar a un cachorro regañado a la altura de un Bakugō que solo decía palabras inaudibles seguido de pequeñas explosiones que salían de forma involuntaria.

Martes

—¿Qué es esta vez?

—Calla y come, igual te gusta todo lo que hago, imbécil.

Ya no era un secreto (más que nada por el volumen de voz que manejaba el rubio) que Katsuki le hacía el almuerzo al bicolor. Siempre cocinaba para Todoroki, una costumbre que aún era raro incluso para su grupo de amigos.

Es decir, ellos tenían que rogar para que el rubio les hiciese palomitas (Kirishima no cuenta). Y Shōto con solo hacer brillar sus ojos ya tenía a Katsuki gruñendo pero haciendo lo que le pide.

—Kats, escuché que hay un restaurante que vende comida picante por aquí cerca— comentó Todoroki mientras comía felizmente el soba preparado—. A ti te gusta las cosas picantes, ¿no?

—¿En serio? No sabía que había uno, ¿es nuevo?— el bicolor asintió.

—Lo encontré ayer cuando salí con Midoriya y los demás a un arcade. Ahí justo te encontramos junto a... Kirishima jugando videojuegos.

—Oh— Eijirō, quien estaba escuchando la conversación mientras los demás se peleaban con un juego cooperativo de celular, parece recordarlo—. ¡Es verdad! Había escuchado que iban a abrir uno nuevo está semana, no esperaba que fuese ese.

—Con que eso era. Me gustaría ir, me dió hambre de solo pensarlo— Katsuki se sinceró.

Todoroki deja los palillos a un lado, mirando su plato casi terminado.

—La verdad es que... Pensaba en que podríamos ir...

—¿Tú invitas?

—Por supuesto. Es lo mínimo que puedo hacer en agradecimiento— Katsuki siente sus mejillas arder.

Father and sonWhere stories live. Discover now