Deku, shut up

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El fin de semana resultó bastante agradable. Su madre Inko siempre lo recibía con una sonrisa cálida y montón de comida para elegir. Jamás la cambiaría por nada.

Escucharla hablar de cómo le fue en su semana, hablando de la casual conversación entre ella y su amiga, Mitsuki, le hizo recordar qué tanto había pasado sin que él se diese cuenta. Tantas cosas habían pasado en tan poco tiempo que Abril llegó de forma silenciosa.

Ah. Le hizo recordar a Kacchan.

Usualmente lo vería, es decir, eran vecinos. De una u otra forma esa cabellera rubia escandalosa se haría notar, anunciando su llegada... Al menos antes.

Midoriya se había dado cuenta de que Kacchan había cambiado. No sabía decir si ese silencio era bueno o malo, pero existía, y no era común en su aún amigo. Incluso con su reciente descubrimiento en el que de alguna forma, Endeavor y Kacchan se relacionaban, le parecía raro. Kacchan estaba actuando raro.

A veces creía que las veces en las que el rubio le gritaba acosador a todo pulmón era bien merecido. Incluso tenía una libreta llena de la información que había recopilado con el tiempo del rubio. Dios, había eliminado ese cuaderno, enterrándolo junto a la vergüenza que sintió por ello. Y aún así, esa habilidad nata de analizar al otro no se iría ni aunque lo intentase. Y era por eso que podía decir firmemente que, aún con esa máscara de enojo, Kacchan no estaba siendo Kacchan.

Incluso siendo Abril, no estaba actuando a como siempre lo hacía.

De hecho, si recordaba bien, ese cambio inició desde aquella pelea que tuvieron después de su secuestro. Nunca le dió la mayor importancia, después de todo, Katsuki le dejó en claro que iba a esforzarse en superarlo, como un rival. Esa era su única perspectiva.

Sin embargo, estos últimos días ese cambio dejó de ser gradual y solo floreció de golpe. Ya no era imperceptible, sino que hasta Mineta había mencionado en lo raro que era un Bakugō tan calmado. El enano morado lo atribuyó a su cercanía del que era su amigo bicolor, es decir, Todoroki significó un antes y después en la conducta de Katsuki. Y aún así, Midoriya no lo veía como lo único.

Supo la respuesta gracias a un comentario de su madre. Fue inocente, ella creyendo que el rubio se lo habría comentado desde que le mencionó que volvieron a ser cercanos (era por el One for All, claro, pero no dió ese detalle por obvias razones), mas para él fue la primera vez que lo oía.

No le sorprendió que Katsuki ocultase tal cosa al resto, apostaba que ninguno de sus amigos lo sabía. Conocía el orgullo del rubio, incluso cuando trabajaba en ello seguía siendo persistente. No sabía si calificarlo como una virtud, ya que gracias a ello es que llegó tan lejos, o un problema en el que trabajar.

Su comportamiento había cambiado por tantas cosas que ocurrieron delante de sus narices. Y aún así no lo notó hasta que el cambio se hizo dolorosamente obvio. Le alegraba, de cierta forma, pero a su vez le deprimía. Es decir, esa brecha que el propio Kacchan creó se volvía cada vez más grande pese a estar juntos de nuevo. Alejados y a la vez no. Fingió que lo que le dijo su madre ya lo conocía y el tema murió ahí.

Regresó a los dormitorios ya en la tarde. El resto lo hizo mientras más avanzaban las manijas del reloj. La clase A siempre parecía llena de energía antes del inicio de la nueva semana, bromeando y charlando como si fuesen estudiantes de una preparatoria normal. Aunque no había tanto bullicio como era habitual en otros domingos. El grupo del rubio, a diferencia de siempre, estaban anotando algunas cosas; parecían organizarse con algo. Si los interrumpías simplemente era como hablar con una pared, estaban muy inmersos en lo suyo. Curiosamente, no hubo rastros ni de Kacchan ni de Todoroki.

Father and sonNơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ