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{Penúltimo Capítulo}

Cada aliento lo sentía como el último, su cuerpo se desplomaría en cualquier segundo y estaba totalmente consciente de ello, pero a pesar de todos los contra estaba dispuesta a correr y llegar a su destino. Se deshizo de la tiara y toda la indumentaria que llevaba en la cabeza y dejó que sus perfectos rizos se ondearan al mismo vaivén que su vestido. Se detuvo finalmente y obtuvo una mirada igual a las otras que había recibido de todo el que la había visto correr desesperada con aquel largo vestido blanco y los tacones en mano.

-¿Cuando sale el próximo avión a Londres?

-15 minutos más- La mujer la vio de pies a cabeza.

-Necesito un pasaje- Sacó la tarjeta de crédito del escote del vestido.

-No puedo vender pasajes con menos de media hora de anticipación.

-Por favor.

-Lo siento, no tengo permitido hacerlo.

-Se lo ruego- Empezó a llorar.

-Le preguntaré a mi jefe si puedo.

-Gracias- Dijo con un hilo de voz.

Volteó encontrándose con un millón de personas observándole y preguntándose si a ella la habían dejado plantado o ella había sido quien había huido. Segundos más tarde llegó el gerente y _______________ tuvo que suplicar y soltar varias lágrimas para que casi a regañadientes el hombre aceptara infringir la política del aeropuerto, pero eso sí, tuvo que pagar un costo adicional por comprar el boleto atrasado. Metió el boleto en su escote junto a la tarjeta y su teléfono y volvió a correr para llegar al avió a tiempo. Tenía siete minutos para recorrer todas las tiendas de recuerdos y llegar a la parte abordaje. Intentaba correr lo más rápido posible pero debía llevar los zapatos en una mano y con la otra sostenerse el vestido para no dejar que sus senos salieran a tomar aire, sin sus brazos de aliados no podía coger mucha velocidad. Llegó a tiempo, siendo la última en subir pero alcanzó minutos antes que quitaran la manga. Caminó por el pasillo del avión sintiendo los ojos sobre ella, incluso estaba segura de que sintió un par de flashes rebotar contra ella. Se sentó en su asiento, junto a una mujer y una niña de unos seis años.

-¿Eres una princesa?

-No- río.

-¿Por qué llevas un vestido? ¿Te vas a casar?

-Disculpa- Se excusó la madre de la niña- No te molestará más.

La paciencia nunca había sido una de sus cualidades, por lo que mantenerse quieto y escuchar la lenta explicación de Sandy lo desesperaba. Con un vaso de vino logró relajar su cuerpo y oír los porqué que tanto deseaba oír.

-¿Entonces... Londres?

-Sí, lo lamento pero no me dijo nada más.

-Está bien- Bebió hasta la última gota de la copa.

-¿Qué ocurre?- Sus cuatro amigos ya estaban a su lado.

-Nos vamos a Londres.

-¿Ah?

-¿Por qué?

-Debo ir por mi novia.

-No estoy...

-Simplemente necesito que me compren un pasaje a Londres, ahora, las explicaciones pueden venir después.

Electrick shock (2 temp)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora