∞•Tempestad•∞ [•BNHA•] {Tomura X Oc X Aizawa X LOV}

•∆ 5 - Memorias ∆•

—Estoy bien, pero no lo entiendo, ¿que no tu kosei era más telequinesis?

—Bueno... Tengo varias habilidades dentro de lo que consiste mi quirk...

—Ya veo, no es lo que yo creía.

—¿Eso es malo?

—No, no, es solo que, no lo esperaba.

—Bien... Creo que deberías descansar un poco, ahora seguro no estás muy cómodo.

—Bueno, eso me mareo un poco a decir verdad.

—Perdón por no avisar lo que iba a pasar, tenía que prepararte... Ven, te ayudo a llegar a tu cama.

Y tomándolo y pasando su brazo por mi hombro lo ayude a llegar a su cama, se recostó y cerro los ojos, parece que el mareo no era tan pequeño como lo hacía parecer.

—¿Seguro que estás bien? Debería de mejor ir por agua.

—No hace falta —exclamo tomándome de la mano para detenerme —. No es para tanto.

—Ya hombre —renegué dejando de ser dosil con él —.Te voy a traer agua, y te la vas a tomar, luego vas a dormir y todos tranquilos, ¿oíste?

—...

—Eh, aquí, no me ignores.

—...¿Te vas a quedar hasta que me duerma?

—B-bueno yo, no me refería a eso... —exclamé con sorpresa ya que no me esperaba esa pregunta —. Aunque, si quieres puedo hacerlo, de todos modos Tomura ya me espanto el sueño que tenía.

—Si no te molesta.

—Claro que no, ahora vengo, voy por el agua

—Sabes, con mi kosei podría-

—No, tú quédate quieto no estás bien, ya vuelvo.

—Ok...

Y en un pizpaz ya tenía el agua en mis manos, llegando de vuelta a la habitación de Kurogiri ví que me había hecho caso, estaba tal y como lo dejé.

—Bien, ¿sigues despierto? —dije suavemente mientras entraba.

—Si, ya volviste, que rápido.

—Bueno, tampoco tardaría tanto por un poco agua, ten, siéntate.

—Gracias —dijo para luego tomar el vaso con agua hasta el fondo.

—No hay de que, ¿mejor?

—Un poco —y dejo el vaso vacío sobre la mesita de noche.

—Ahora recuéstate, seguro no estabas acostumbrado, que bruta fuí —me dije mientras posaba mi mano en su frente.

—No digas eso, después de todo me quieres ayudar ¿no?

—...pues claro.

—Entonces todo está bien.

—No entiendo cómo te tomas todo tan bien —dije sentándome a su lado.

—No entiendo porque debería de tomármelo mal.

—Ja... Nube de azúcar.

 —¿Disculpa?

—Así le decía mi madre a la gente que nunca se enojaba.

—Es un apodo algo... ¿Acertado?

—De hecho yo les llamaba niños de oro como papá, para mí ese apodo tenía más sentido, personas con alma de niño, y que su comportamiento es tan valioso como el oro.