Satori Azura, alias "Brynn" o mejor conocida en el bajo mundo como Tempestad. Es una mujer que desde que tiene memoria hasta su pre-adolescencia, fue utilizada como conejillo de indias en experimentos de potenciadores de quirks, experimento que fall...
El ruido de mi estómago me despertó, debe ser porque ya habían pasado más de doce horas sin comer algo... ví el reloj y en efecto, ya era la una de la tarde, ¿cómo nadie me despertó? me lo esperaría ya que no es normal simplemente dormir en "horas de trabajo".
Cuando me levanté y abrí la puerta de la habitación algo me esperaba a mis pies, una bandeja y una nota.
"No conozco tu horario de sueño ni comida, pero al ver que no bajaste a desayunar y llegó la hora del almuerzo te traje algo, Kurogiri"
—Que amable —dije en voz alta tomando aquella bandeja.
Podría bajar y agradecerle pero eso sería una vez termine, y me haya duchado...
Entré de nuevo ahora con mi comida, y sentada sobre mi cama la abrí, aunque creí que ya llevaba tiempo fuera de mi puerta el vapor que salía me daba señal de que se había conservado bien la temperatura.
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Echandole un vistazo mi boca se volvió agua, aunque era el típico desayuno japones, nunca alguien me había hecho algo así desde hace años, y me daba buenos recuerdos... además de que hacía el hecho de estar aquí más agradable.
Cuando terminé de comer me cambié ya que me había ensuciado un poco y me quitaba profesionalismo, bajé las escaleras y con cuidado abrí la puerta del bar, por si acaso había alguien, que para sorpresa de nadie, estaba vacío.
—No entiendo porqué limpia kurogiri tanto esos vasos si nadie viene...
—Ya es una maña que tengo —contesto desde mi espalda, cosa que me hizo dar un brinco.
—De verdad no me acostumbro a no sentir tu presencia.
—Lo siento si te asusté, pero cuentame como estás, ayer no te encontrabas muy bien.
—Vaya, ¿eres medico ahora Kurogiri? —mecioné dejada de preocupación.
—No, pero si dormiste medio dia seguido seguro estabas cansada —respondió tranquilo.
—Bueno... no acostumbro dormir tanto, quizas fué porque traté de curar a Shigaraki.
—Entonces no hay problema, pero deberías estar lista por si algo sucede, y no creo que te pases todo el día en pijama.
—Bien pero —exclamé acercandome un poco ya que el eco del lugar no me agradaba mucho por la mañana —. ¿Me puedes decir donde me puedo duchar?
—Oh, es verdad, no concoces bien este lugar, te daré un tour —me contestó dejando un trapo sobre la barra y saliendo del piso de bar, hacia el pasillo de las escaleras.
—Eh! no me dejes! —grité tratando de seguirle el paso, que por sus largas piernas era más rápido de lo que pensé.
El tour fue corto pero consiso, habia una cocina, bastante decente, el almacen del bar, el pasillo oscuro que ya conocí, el piso de las habitaciones, avisandome que la tercera es la de Shigaraki y la primera la suya, el único problema para mí es que había solo una ducha en todo el piso de habitaciones, y el único otro baño estaba al fondo del bar, ¿Quién pone una ducha en un bar?