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Al salir de la tediosa reunión se aflojó un poco el nudo de la corbata tratando de contener el gruñido que atravesaba su garganta

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Al salir de la tediosa reunión se aflojó un poco el nudo de la corbata tratando de contener el gruñido que atravesaba su garganta. Agradecía enormemente que Naruto haya despejado su agenda por el resto de la tarde y no tuviera que atender otros asuntos más que dar el visto bueno al próximo evento. Después de eso sería libre.

Observó su reloj, eran las tres de la tarde. Tomando el tiempo en que ocuparía almorzando y analizando... quizás unas dos horas máximo. A las cinco sería libre del trabajo y podría darse un merecido descanso, por fin.

Se preguntó vagamente qué estaría haciendo Sakura en estos momentos ¿considerando su proposición de trabajar para él? Quiso creer que sí, no le dio una fecha exacta para recibir respuesta, pero implícitamente no debía ser demasiados días. Con este sería el segundo día que no sabía nada, por alguna razón no se hallaba impaciente, más bien ansioso a que su celular sonara y fuera ella quién hablara.

—Tenemos una reservación en tu restaurante favorito —dijo Naruto a su lado sacándolo de su ensoñación.

¿Su restaurante favorito? Eso quedaba del otro lado del complejo, le llevaría tanto tiempo...

—... Mejor pediré que traigan la comida a la oficina —se adelantó su secretario llevando una mano a su oreja dónde tenía el articular.

No le sorprendió que descubriera sus pensamientos. Naruto lo conocía mejor que nadie y notaba los pequeños cambios en su semblante. Esbozó media sonrisa, divertido por su actitud. Ciertamente quería aminorar su tiempo y largarse de la oficina cuanto antes. Por él fuera se llevaría el trabajo a casa y se encerraría ahí durante toda la semana, pero eso sería anunciar abiertamente que huía de los problemas.

Por eso, mientras menos tiempo pasara en la oficina mejor. Así disminuía las posibilidades de encontrarse pronto con su...

—Sasuke —llamó alguien a sus espaldas.

Hablando del rey de roma, pensó Sasuke deteniéndose en seco. Cerró un momento los ojos, dando disimuladamente una bocanada de aire, se giró por completo topándose con su padre, de pie frente al elevador. Las puertas de este se cerraron detrás de ellos y el silencio gobernó por unos segundos.

—Padre —saludó sin emitir ninguna emoción. Y ahí estaba el presidente de la compañía: Uchiha Fugaku con su habitual porte frío e indiferente que competía dignamente con el suyo.

Fugaku se acercó un poco junto a su secretario, un chico de cabellos blancos portador de unos lentes redondos que se acomodaba cada dos por tres y cuya sonrisa causaba desconfianza a quién supiera ver detrás de la amabilidad fingida. En una ocasión Naruto describió a Kabuto como "lame botas" y sí, él no podría estar más de acuerdo a esa descripción.

Y justamente ese "lame botas" le dedicó una mirada despectiva, no le pudo importar menos. Como habitualmente lo hacía lo ignoró.

—Comamos juntos. —Fugaku le indicó que lo siguiera con un ademán.

Llámame amor [SasuSaku]Where stories live. Discover now