MUDDY GREEN WATERS ✧ draco malfoy |Traducción [✓]

𝟐 - 𝐋𝐚 𝐛𝐢𝐞𝐧𝐯𝐞𝐧𝐢𝐝𝐚 𝐚 𝐒𝐥𝐲𝐭𝐡𝐞𝐫𝐢𝐧

Me dirigí temblorosamente hacia la mesa de Slytherin, con el corazón latiendo muy fuerte en mi pecho. Había murmullos a mi alrededor y sentí que cientos de ojos me seguían mientras caminaba hacia mi destino.

"¡Pero si es nacida de muggles!"

"¡¿Qué hay de su sangre?!"

"¡No creo que esto haya sucedido antes!"

Cuando llegué a los Slytherins, mi cara estaba al rojo vivo y se calentó aún más cuando mi intento de sonrisa fue recibido con miradas. De repente, quise darme la vuelta y correr, salir corriendo de esta sala, del castillo y hasta mi casa. Me costó todo sentarme en una silla vacía, asegurándome de que estuviera lo más lejos posible del resto de los Slytherins sentados.

Sin embargo, pronto se me uniría el resto de los Slytherins de primer año, sean quienes sean.

Observé con el corazón encogido cómo Hermione y luego Neville eran clasificados y recibidos con vítores en Gryffindor. Cómo los envidiaba. Me tragué un enorme nudo en la garganta, tratando de ignorar el cosquilleo en el fondo de los ojos, y volví a centrar mi atención en la clasificación.

—¡Malfoy, Draco!

Un chico rubio con una cara pálida y puntiaguda se acercó al taburete. El sombrero apenas había tocado su cabeza cuando gritó "¡SLYTHERIN!"

Caminó con suficiencia hacia nuestra mesa y se sentó directamente, un poco más allá de mí, entre dos chicos grandes de primer año que lo saludaron con vítores y una palmada en la espalda. Dios mío, parecía satisfecho de sí mismo. Realmente parecía que su sitio estaba en esta mesa.

No como yo.

La siguiente emoción fue cuando llamaron a Harry Potter. Todo el mundo susurraba y agachaba el cuello para ver dónde acababa.

Oí a Draco Malfoy resoplar cuando los Gryffindors gritaron emocionados: "¡Tenemos a Potter! Tenemos a Potter!".

Cuando terminó la clasificación, la comida apareció mágicamente en las mesas. Tenía muchas ganas de comer, pero no creía que fuera capaz de retener nada en el estómago, pues seguía recibiendo las miradas de mis compañeros.

La chica que estaba a mi izquierda se volvió de repente hacia mí y me espetó: —¿Es verdad?

Levanté la vista hacia su cara de pug malvado y le pregunté nerviosamente: —¿Qué es verdad?

—Se rumorea que eres muggle. Por favor, dime que no es cierto.

Tragué saliva, bajando la mirada a las manos que retorcía nerviosamente sobre mi regazo. Podía sentir su mirada sobre mí, esperando una respuesta.

—Mis padres no son magos, si a eso te refieres. Pero yo-yo recibí la carta. Soy un-una b-bruja. —me maldije interiormente mientras tartamudeaba.

—¡Soy un-una b-bruja! — imitó Pansy con un estridente tono de burla. Los demás a nuestro alrededor se rieron; todos habían dejado de hablar para escuchar este humillante intercambio.

—El sombrero de mierda debe haber cometido un error. — siseó. —Slytherin no permite que los de tu clase entren en nuestra casa. Perteneces a Hufflepuff, patética excusa de ser.

Y con eso, volvió a centrar su atención en la chica de su otro lado, mientras yo me sentaba, intentando no romper a llorar.

—¿Una asquerosa sangre sucia?

Levanté la vista para ver quién había murmurado esa extraña y fea palabra y mis ojos se encontraron con un par de fríos ojos grises. Una mirada de asco.

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D r a c o

¡Esto es indignante! ¡Espera a que mi padre se entere de esto!

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