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🔹1 año Después🔹

Muchas cosas habían cambiado en la vida de los Soyama, ahora no eran cuatro integrantes en la familia, sino seis. Hakuji y Koyuki se convirtieron en padres de una preciosa niña, a quien nombraron Yuki.

La pequeña tenía rasgos de cada uno, sus pupilas eran de forma de una flor como las de su madre pero con sus ojos azules como los de su papá, tenía el cabello del mismo color que el de T/N y además, siempre mantenía una carismática sonrisa como las de su abuelo Keizou.
En cuanto a Niebla... Bueno, luego de muchos destrozos y rosas arruinadas, fue considerado como un miembro más de la familia. Ahora ya no era cachorro sino un enorme perro qué, cuando se posaba en dos de sus patas era incluso más alto qué Koyuki.

Eran una pequeña pero feliz familia.

Un bostezo de aburrimiento salió de los labios de la T/C, dejó a un lado su celular y salio de su habitación bajando las escaleras con lentitud.

-¡T/N, ven! -grito del otro lado de la habitación, Hakuji.

-¡Ya voy! -salto los últimos escalones y corrió hacia la sala de estar.

Cuando llegó se dejó caer en el sillón, dónde se encontraba Keizou con la bebé en brazos cantándole y haciéndole cariños.

-Esos piecitos tan lindos -le dió varios besos en la planta de sus pies, haciendo que la menor riera- ¡Mira que belleza eres!

T/N sonrió divertida, era demasiado risueña para tener tan solo 4 meses de edad. Una idea cruzó por su cabeza, sonrió maliciosa mirando a su hermano y le llamo.

-¡Hakuji! - levanto su pie hasta la altura del rostro del pelinegro, para que esté también la besará.

-Quítame tu estúpido pie de la cara, idiota. -frunció el entrecejo y le dió un manotazo- Como sea... Quería decirles algo importante.

-¿Otra vez voy a hacer abuelo?-pregunto el mayor sonriendo emocionado.

-No sensei, pero es otra buena noticia... ¡Iremos de viaje!

-¡¿De verdad?! -la pelinegra dio un saltito de la emoción- ¡Ay Dios mío! ¡Son las primeras vacaciones de Yuki!

-¿A dónde iremos? -intervino la de orbes T/O.

-Viajaremos a Mürren.

Abrió los ojos de un golpe, sonrió emocionada y se levantó empezando a dar saltos junto a Koyuki por toda la habitación.

Se sentía muy entusiasmada, jamás se imagino que volvería al lugar en donde conoció la nieve y además, después de todo un año sin comunicación, tenía la esperanza de volver a ver a Sabito...

-¡Vamos a viajar Koyuki! -se lanzo a ella y la abrazo riendo de la emoción.

-¡Esto es fantástico! ¡¿Que cosas divertidas haremos?! ¡¿Cómo nos vestiremos?! ¡Que emoción T/N!

Los dos pelinegros cruzaron miradas con rareza, hace menos de un minuto ambas estaban tranquilas y ahora gritaban saltando de un lado a otro.

-Ay, las mujeres y sus cosas -se levantó y le entrego a la bebé- iré a empacar, ¡Nos vemos luego!

Hakuji lo siguió con la mirada hasta que salió de la habitación. Suspiro negando con la cabeza, ser la única persona madura en la familia no era para nada fácil.

-¡Hermanito! -corrio hacia el, abrazándolo por el cuello- ¡Te quiero mucho! -finalizo llenando su cara de besos.

La bebé jalo uno de sus mechones haciendo que soltará un grito de dolor, era bastante celosa cuando se trataba de su papá.

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