•『 ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 19 』•

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Y es que, aun cuando él no era el típico Omega común que poseía una fragilidad que difícilmente podía ser cambiada, especialmente porque estaba en su naturaleza, un Omega que necesitaba constantemente ser protegido por los demás, aun cuando en múltiples ocasiones él se había encargado de defender a capa y espada a Hyunjin, lo cierto era que, había mantenido guardado el que, en realidad él no era el que protegía a Hyunjin, sino todo lo contrario; Hyunjin siempre se había encargado de protegerlo y él ni siquiera se daba cuenta de ello, aquel Alfa que colocaba su mundo de cabeza se había encargado de demostrarle que él no estaba mal solamente por no ser como los demás Omegas, Hyunjin se había encargado de brindarle todo el amor, cariño y apoyo que siempre había necesitado inconscientemente.

Él no había salvado a Hyunjin, Hyunjin lo había salvado a él.

Y es que, con cada paso que daba hacia la habitación de Hyunjin, los recuerdos que había pasado junto al Alfa se estaban haciendo presente en su cabeza, desde el primer instante en el que sus miradas se habían encontrado cuando ellos tan solamente eran unos pequeños niños, cuando ni siquiera sabían que serían, donde ingenuamente pensaban que ambos serían unos Omegas, donde, incluso sin ser conscientes, ellos sabían que eran almas gemelas, que eran la otra mitad del otro, donde no importaba nada más si ellos estaban juntos. Hasta, finalmente llegar a aquel día, donde él había descubierto que... Él estaba irremediablemente enamorado de Hwang Hyunjin y para su desgracia, sabía que sus sentimientos no cambiarían en mucho tiempo, talvez incluso para siempre.

Porque había descubierto que probablemente él había estado enamorado de Hyunjin desde el primer instante en el que se conocieron, él se había enamorado de aquel chico tan perdidamente y había enmascarado aquel amor con una amistad que con el tiempo iría creciendo. Se había prometido a sí mismo el cuidar de Hyunjin, protegerlo de todos aquellos que solamente buscaban lastimarlo, se había prometido estar siempre al lado de aquel chico, de abrazarlo fuertemente siempre que lo necesitara y de recordarle lo increíblemente hermoso y especial que era, tanto por dentro como por fuera.

Él estaba perdidamente enamorado de Hyunjin.

Y ya no habría ninguna razón para negarlo.

Y admitirlo luego de tanto tiempo realmente se sentía muy liberador, tanto que deseaba gritarlo a los cuatro vientos, que todos se diesen cuenta de lo increíblemente perdido que estaba por aquel hermoso Alfa, quería decir lo mucho que lo amaba y lo desesperado que estaba por finalmente fundirse en sus brazos, de besarlo incansablemente y recordarle constantemente lo perfectamente hermoso que era.

Sus pasos se detuvieron una vez se encontró frente a la puerta de la habitación de Hyunjin, la que únicamente le separaba del Alfa en aquellos momentos. Su omega se encontraba completamente desesperado, inquieto, gritándole fuertemente porque entrase rápidamente a aquella habitación, sin embargo, su conciencia le detenía de entrar, sabiendo que una vez que entrase a aquella habitación, ya sería demasiado tarde para arrepentirse, que ya no habría vuelta atrás y que, finalmente habría tomado una decisión que cambiaría su futuro. Sin embargo, sabía que, de hacerlo, finalmente haría lo que siempre había anhelado hacer; Seguir su felicidad y dejar de sobrepensarlo todo, dejar de atormentarse por las futuras consecuencias que tendrían sus actos. Quería finalmente seguir sus instintos y saber como se sentía aquello, como se sentía estar al lado de quien verdaderamente amaba.

Su omega le gritaba que abriese aquella puerta, que entrara rápidamente para finalmente fundirse y deleitarse aún más con aquel agradable aroma.

Y fue lo que hizo.

Giró la perilla de aquella puerta y finalmente la abrió, sintiendo como el fuerte, agradable y exquisito aroma a Chocolate amargo, menta y malvaviscos le recibía completamente gustoso, volviéndose incluso más intenso que antes. Inhaló con fuerza, embriagándose de aquel aroma y sintiendo como todo su interior —Especialmente su omega— se volvía un caos, un perfecto caos que llevaba el nombre de Hwang Hyunjin. Sabía que no era correcto, que probablemente después se arrepentiría de ello, sin embargo, no le importaba en aquellos momentos, por lo que, ignoró lo que su conciencia trataba de decirle y se embriagó dulcemente de todo lo que podría darle el Alfa.

Without You |Hyunin Omegaverse|Where stories live. Discover now