Nat estaba atrás de ella y se acercó a mí para jalar de mi brazo y acercarme a ellas. Dhara se inmutó. Y la entendía lo que menos quería que viera era como presentaba a Nat como mi novia a mi madre.

—Tu madre es tan linda que ya aceptado saludar a Dhara.  —Sonrió a mi.

—Bueno es que hay que admitir que quien no quisiera salir a este angelito —Sonrió de mejillas que casi mató de sonrojo a Dhara.

Dios mi madre era demasiado empalagosa.

Dhara sonrió cortante apretando fuertemente las mangas de su suéter rojizo. Estaba incomoda y no sabía por qué mi madre aún no lo notaba.

Parpadee varias veces para reacomodarme de nuevo a la situación.

—Buenos días madre. — la salude cortante no quería sacar más de la cuenta.

—Buenos días hijo  —repitió dudosa con el ceño fruncido.

—Creo que Adriel nos ayudado mucho por hoy así que nosotras tenemos que irnos con nuestro amigo —Señaló con cejas el sillón donde un Félix despeinado, despertaba.

—A mi me ha encantado conocerte querida espero verte pronto por aquí.

Era como darle palanca a que viniera todos los días.

—Así será si su hijo está dispuesto a traerme todos los días.

Sabía...

Rieron un poco mientras se despedían hasta llegar a Dhara, que admito yo tenía incredulidad de saber que le diría mi madre.

—Espero verte pronto Dhara fue lindo conocerte a una chica tan linda como tú.

Sonrió apenada.

—Un gusto conocerla señora.

—Ay pero no me digas señora, dime Bere como de amigas  —Río dándole palmaditas a su hombro. — Y si mi hijo no te lo da dicho, ese suéter te queda hermoso.

Por eso era mi madre...

—Gracias seño —se detuvo — Bere  —aclaró.

Asintió para dirigirse a donde Félix.

—Iré a dejarlas  —murmulle a mi madre. Ya estaba apuntó de coger las llaves del carro cuando ella me detuvo en una mano en el hombro.

—Nat a pedido un taxi para no molestarte y lo agradezco por que necesito hablar contigo sobre esa niña, Nat.

Mañana arruinada, ¡genial!

Lo admito no lo vi venir.

Félix con una mano se despido de mi madre, estaba tan mal que ni articular palabras podía.

Ellas sosteniendo a Félix de los brazos se adentraron al taxi, daba pena ajena por el taxista pero supongo que es algo normal en su trabajo. Espere que estuvieran ya lo suficientemente lejos de la casa para cerrar de la puerta y dirigirme a mi madre que ya estaba con los brazos cruzados recargada a la pared.

Mi madre era hermosa y claro tiene menos edad que todas las mamás del instituto de André pero aún así ella ya había dominado el instinto de madre.

—Antes que nada, perdón por no avisar fue sin previo aviso y como pensé que vendrías tarde por andar con tu novio...  —Formule con cierta inocencia.

—Así que decidiste hacer lo que se viniera en gana solo por que yo no estoy —Cuestionó con molestia.

Deje mis hombros caer cansado de hacer otra pelea como la costumbre que habíamos hechos desde hace unos días.

Amor Por Error ©Where stories live. Discover now