Consejo 8. Planea junto a ellos

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BaekHyun amaba demasiado a ChanYeol. En verdad lo hacía.

Cuando lo conoció no imaginó que sería de esa manera, suponía que era normal, ya que más allá de que realmente le parecía atractivo creía que para lograr tener una relación con alguien se necesitaban muchos requisitos que no estaba seguro que el alto cumpliera. Sonaba extraño, quizás, pero al final era lo qué pasó por su mente, y lo que terminó no importando porque en definitiva Chanyeol era mucho más que el montón de ideas basura que el mayor pudiera tener.

No por eso hacía todo más sencillo, peleaban mucho en ocasiones, aunque no le gustaba admitirlo. BaekHyun siempre diría que Yeol exageraba las cosas y que él tenía la razón, pero dentro de si sabía que sus personalidades eran tan diferentes que muchas veces resultaba contraproducente. No por eso lo amaba menos, el alto siempre sabía como solucionar las cosas y Baek lo adoraba tanto que estaba dispuesto a doblegar su testaruda personalidad solo por él. Era su todo, ciertamente, y Minhyun era la mejor prueba de ello porque era su hijo, de ambos, y BaekHyun no le daría hijos a nadie más, ni siquiera al mismísimo rey de Inglaterra si se lo pidiera.

Por ello es que se estaba esforzando tanto esa tarde, queriendo regalarle un poco de felicidad  por más difícil que pudiera resultarle.

Chanyeol amaba demasiado la noche de Halloween, era su festividad favorita desde que tenía memoria. Tenía muchas fotos de cuando era pequeño con un montón de disfraces diferentes; de calabaza, abeja, perrito, príncipe, sapo, e incluso una vestido de hurón, que era la favorita de BaekHyun aunque el alto la odiaba. En verdad disfrutaba esa noche, y cuando creció solo lo hizo un poquito más. Pues Yeol a veces era tan competitivo que incluso algo tan simple como un disfraz lo tomaba como un reto, negándose a la idea de no ser el mejor, por lo que le invertía horas y mucho dinero a cada una de sus creaciones, lo cual tampoco era necesario porque sus amigos ni siquiera se tomaban las cosas enserio y era evidente que el alto siempre sería el mejor vestido en sus fiestas apresuradas.

No cambiaba, tanto que de a poco todo se volvió como una especie de tradición.

Era muy divertido, BaekHyun alguna vez lo escuchó decir que poder ser lo que quisiera durante una noche era lo más genial de la festividad, pero sinceramente él no le encontraba lo sorprendente, aunque lo dejaba ser.

Sus amigos tampoco parecían entenderlo, pero aceptaban lo que dijera y armaban increíbles fiestas en las cuales no buscaban más que ahogarse en alcohol. Eran universitarios, demasiado calientes como para pensar con seriedad, y Chanyeol tampoco podía quejarse de ello porque vaya que la terminaba pasando bien, en especial cuando conoció a BaekHyun y terminaban haciéndolo en cualquier espacio que encontraran, por más incómodo que fuera porque Baek vestido de gatito era demasiado sexy y no había forma en la que alguien pudiera resistirse a ello.

Pero ahora siendo padres las cosas eran más complicadas para ambos. No tenían las mismas libertades, ni el tiempo necesario para armar fiestas tan increíbles como en el pasado. Su pequeñito bebé los necesitaba todo el tiempo, sus atenciones, sus cariñitos, y bueno, en general la vida de adultos significó de alguna forma tener que dejar todo aquello de lado, fue divertido en su momento, pero ya no podía ser más.

Durante el primer año con su bebito lo intentaron. Nada tan extravagante como antes, Minhyun apenas tenía cuatro meses de nacido para entonces, pero de todas formas ChanYeol se negaba a dejar pasar la fecha, había pensado en un disfraz para su pequeña familia por semanas, y en definitiva se sintió derretir de amor cuando vio a su pequeñito hijo vestido de conejito.

—Es el mejor disfraz que he planeado, en verdad —aseguraba con orgullo, tomando un montón de fotografías de su bebito dormido en los brazos de Baek, quien no se encontraba demasiado feliz vestido de la reina de corazones, porque hubiera preferido otra cosa, pero lo dejaba pasar porque le gustaba como se veían juntos, y tenía que aceptar que Chanyeol lucía demasiado guapo del sombrerero loco.

Manual de supervivencia paternal Where stories live. Discover now