Consejo 2. No escondas tu cariño

1.7K 214 118
                                    

ChanYeol muchas veces escuchó cientos de historias acerca del amor de un padre hacía su hijo. Decían que era lo más hermoso, un amor imposible de igualar, que tu mundo ya no importaba y todo se centraba en ese nuevo y pequeñito ser que se robaría todo tu corazón y tu atención.

Su madre se lo repetía mucho, desde pequeño la escuchaba hablar acerca de lo muy feliz que la hacía y como era lo más hermoso de su vida. Era increíblemente amorosa, llenándolo de besos todo el tiempo, haciéndole cariñitos, vistiéndolo con atuendos adorables y tomando montón de fotografías de cada momento.

Así creció, en un ambiente repleto de calidez que a la fecha solo lograba que su corazón se sintiera lleno. Podía creerlo, cada historia que escuchaba solo por ella, porque en verdad veía ese brillo tan especial en su rostro cada que lo tenía a su lado, sin importar la edad o las circunstancias, ella era muy feliz con el simple hecho de poder abrazarlo, y juraba que eso jamás podría cambiar sin importar los años.

Con BaekHyun llegaron a hablarlo en cierto momento, muchos amigos de ambos comenzaban a formar su propia familia y era imposible que no se cuestionaran muchísimas cosas, sobre todo porque se amaban con locura, tanta que les parecía increíble la sola idea de amar a alguien aún más. Les hacía ilusión, demasiada, pero estando ambos juntos creían que era suficiente, no necesitaban nada más.

No obstante, cuando ChanYeol vio por primera vez a Minhyun pudo entender cada una de las historias escuchadas.

Era demasiado pequeño recostado entre sus brazos, con sus ojos cerraditos y sus manitas apretadas en puñitos pero siendo el ser más precioso que ChanYeol alguna vez había sido capaz de ver.

Supo lo que era el amor cuando cargó a su bebé, no podía explicarlo, se sentía ahogado en la sensación que crecía con fuerza dentro de su pecho. Su piel era tan blanca, suave y tenía un lunar encima de sus labios al igual que su esposo. Lo miró, por minutos interminables antes de llenarlo de cortos besos entre lágrimas que le fue imposible controlar, porque lo amaba, lo adoraba y en ese instante se prometió ser la mejor persona solo para Minhyun.

Era increíble, estaba encantado con cada rasgo que descubría en él. Eran tan parecidos, con ojos grandes, redondos y esas peculiares orejas tan características de su persona. Podía durar horas a su lado, no haciendo nada más que mirar el subir y bajar de su pequeña barriguita llena de leche, escuchando su suave respiración o esos cortos balbuceos que lo hacían sonreír como un demente.

Le gustaba cantarle, todo el tiempo y cualquier cosa, al principio BaekHyun decía que no servía de nada pero lo dejaba ser ya que se veía adorable caminando con su bebé en brazos mientras lo arrullaba al ritmo de la canción, no obstante a Minhyun en verdad le gustaba eso, tanto que era la única forma de poder calmarlo y lograrlo dormir.

—No puedo creer que nuestro hijo necesite escuchar canciones de Britney Spears para quedarse dormido— decía BaekHyun bastante incrédulo, mirando a su pequeño descansando tranquilamente en su cuna.

—Será un hombre de buenos gustos —aseguró ChanYeol, besando la mejilla de sus dos grandes tesoros con amor.

Vestirlo de muchas maneras se volvió también su nueva obsesión, cada cosa que le ponían lo hacía ver hermoso y adorable, con sus piernas gorditas y esas mejillas enormes se ganaba miradas de todo mundo y Minhyun siendo tan risueño como su padre era feliz recibiendo tanta atención.

Era inquieto, apenas comenzó a caminar corría por todos lados por lo que ChanYeol tenía que estar detrás de él, no le quitaba la mirada ni un solo segundo, pues la primera vez que lo hizo MinHyun terminó en el baño, casi tomando agua del retrete al llevar sus pequeños puñitos mojados a su boca.

Manual de supervivencia paternal Onde histórias criam vida. Descubra agora