Capítulo 1

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HyukJae aprieta la mandíbula en presencia del Consejo de Sabios, diez lobos que rozan los noventa años, pero lucen como unos de cincuenta, que le tocan las pelotas y se esfuerza por fingir que respeta, conforme dictan las reglas de la manada, en tanto no lo saquen de sus casillas más allá de lo que puede soportar.

Y ese, no es un buen momento.

Porque quiere lanzarse sobre ellos y arrancarles las cabezas, cuando comienzan a hablar al mismo tiempo, luciendo como un grupo de viejos chismosos e histéricos, mientras cuestionan lo poco efectivo que es con sus alfas para atrapar al intruso que lleva una semana en el bosque, cazando las presas de la manada.

Llamarlos viejos es un término que no encaja con ellos, debido al lento envejecimiento de los hombres lobo.

Gruñe alto y de forma gutural, mostrando sus colmillos, un sonido más animal que humano, para que ese grupito de hombres mayores, pretenciosos y poco ortodoxos cierren la boca, mirándolos con ojos filosos, sentado a la cabecera de una mesa rectangular dentro de un bar. El consejo se calla, con el ceño fruncido por la poca delicadeza que tiene hacia ellos, pues consideran que merecen mayor respeto de su parte.

HyukJae quiere bufar, pero se contiene, manteniendo su rostro inexpresivo. Para él, el respeto se gana. Se los aguanta, porque su existencia es una tradición entre las manadas de lobos. Los considera personas traicioneras, ya que para nadie es un secreto que HyukJae los soporta por mera formalidad y que ellos lo aceptan como Líder Alfa, porque se ganó el derecho.

La manada Akela no debía ser liderada por HyukJae, sino por su hermano mayor LeeTeuk. Por cinco años, después de la muerte de su padre, así fue. Sin embargo, eso cambió cuando el mayor conoció a su pareja destinada, un vampiro llamado HeeChul. LeeTeuk lo aceptó sin dudar, fiel a su lobo, pero al Concejo no le agradó la decisión y lo destituyeron con la excusa que nunca le daría a la manada cachorros que heredaran su liderazgo.

HyukJae y LeeTeuk tenían el derecho de mantener el liderazgo de la manada entre ellos por ser hijos del anterior líder, así que el menor asumió la posición, pero de forma inmediata fue retado por JaeSang, el anciano sentado frente a él, al otro lado de la mesa, que lo mira con una ceja elevada y una sonrisa prepotente que quiere borrar con un puñetazo.

La batalla de hace diez años fue difícil, el anciano creyó que por su experiencia le ganaría a HyukJae que tenía veinticinco, quien, aunque le costó, lo venció. En esa época, creyó que el desacuerdo terminaría allí, pero una semana después de ganar el desafío, el Consejo, influenciado por JaeSang, decretó la expulsión de LeeTeuk, pues no aceptaban al vampiro dentro de la manada.

Un ser nocturno, opuesto a los lobos, que para alimentarse tenía que beber la vida de otros.

HyukJae tuvo que jugarse una vez más su puesto como Líder Alfa y la permanencia de LeeTeuk y HeeChul dentro de la manada. En esa ocasión se enfrentó al hijo mayor de JaeSang, SuJae. La pelea fue más difícil que la primera y, aunque salió victorioso, dejó secuelas en su cuerpo. Un arañazo quedó grabado sobre su ceja y mejilla derecha, junto a tres zarpazos en su espalda.

—Atrapáremos al merodeador —sentencia.

—En un mes será el Festival de Luna Llena. Nuestros aliados vendrán al pueblo. ¿Crees que se sentirán seguros si se esparce el rumor que Akela no ha podido con un pequeño intruso en sus territorios? —preguntó JaeSang con acidez—. Porque es eso, un simple lobo omega vagando de un lado a otro por nuestro bosque.

HyukJae aprieta más la mandíbula y detesta lo bien informado que está el viejo.

—Lo atrapáremos. Será cuestión de tiempo. El Festival se realizará como cada año. Sin ningún contratiempo —decreta—. Si no hay más temas que discutir, me retiro —Se levanta de la silla—. Tengo asuntos más importantes que atender.

War of HeartsWhere stories live. Discover now