XVI

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El sol había decorado el cielo desde muy temprano. Las personas y los estudiantes comenzaban su día a día con animo, un nuevo inicio de semana se tomaba de las piernas con alegría para no ser devorado en el ajetreo de un tortuoso miércoles.

Todo era color de rosas, menos para un rubio que parecía salido de un manicomio.

Denki había despertado primero y llevaba viendo fijamente a Katsumi alrededor de cuarenta y cinco minutos. Si alguien lo viera diría que era un psicópata depravado, y no podían estar más equivocados. Kaminari tenía un hambre voraz hasta el punto en el que podía convertirse en una especie de Mukbanger extremo y volverse más gordo que Nikocado avocado.

Lo conocía por esos vídeos de "La persona que vió lo peor de internet" y no se equivocaban. Cuando vió hasta el punto en el que aquél hombre había llegado quiso arrancar sus ojos y comerlos con mermelada de mango.

Sí, era muy extremista.

Hubiera bajado a comer desde hace rato, pero no estaba en su casa.

Y ya había hecho un desastre en el baño, usado la ropa de Bakugou y una fiesta depresiva con anime. Quería amigar con la Kimura, no parecer un tonto sin educación que pensaba con las entrañas y se movía con el chisme.

Katsumi, que soñaba con Katsuki, tenía una sonrisa en el rostro y eso causó una mueca de disgusto en el rubio. Claro, ella durmiendo de lo más feliz haciendo quién sabe qué, y él devorando su propio estómago en la soledad de un lunes por la mañana.

Nop, eso no se iba a quedar así porque se llamaba Denki Kaminari.

Con malicia se acercó y cautelosamente le estampó una cachetada con rapidez para luego envolverse en su futón mientras se aguantaba la risa y fingía que recién despertaba por lo mismo.

La chica se levantó buscando al culpable. Sus ojos parecían los de un demonio y ahí comprendió porque le gustaba a Bakugou. — ¿QUÉ CARAJOS? — gritó.

Denki siguió su plan maestro, ahora debía sacar sus dotes de actor si no quería morir. — ¿A TI TAMBIÉN TE PEGARON?

Se quedaron como idiotas por un largo tiempo, no fue hasta que sonó la quinta alarma que reaccionaron. El de quirk eléctrico estaba feliz, ahora podía desayunar pero lo único malo es que llegarían tarde.

— Oye Tsumi, creo que perdimos el autobús...

Ella negó. — Nah, esa es la quinta para levantarme. El bus pasa en una hora.

Se levantaron y se peinaron de forma decente. Las risas contra sus cabellos no se hicieron esperar, una parecía un trapeador y el otro una mezcla rara de la melena de un león con la ardilla pro de La era del hielo.

— Kami, ¿quieres ver algo interesante?

— Sabes que sí, Tsumi. Sabes que sí.

 Sabes que sí

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━━ 𝘚𝘵𝘦𝘢𝘭 𝘮𝘺 𝘨𝘪𝘳𝘭 ❧ 𝘉𝘢𝘬𝘶𝘨𝘰 𝘒𝘢𝘵𝘴𝘶𝘬𝘪Where stories live. Discover now