Y así, sumido en extraño e intemporal sopor fui emergiendo lentamente desde estas profundidades hacia una completa oscuridad que me envuelve y atrapa, es como un grueso manto devorando toda salida, ¡trato de escapar! pero... ¡no puedo!, y a pesar de mis repetidos intentos solo siento como se hace más fuerte, entonces el temor aún desconocido en mí crece volviéndose real e intenso, en un violento impulso para luchar y forcejear con gran desesperación una y otra vez ¡cada vez más!, ¡sin rendirme!, hasta que por fin... aparece una ligera esperanza.
— «¿Son pequeños fulgores?»
Como aleteos abriéndose camino en la oscuridad, al principio dispersos pero van creciendo hasta molestar entonces se despliegan para finalmente convertirse en deslumbrante luz y a fin de contener tanto brillo con gran dificultad levanto mi brazo, no puedo ver bien pero aún así lo lejano parece estar a mi alcance, y motivado por innata causa, extiendo mi mano
— «¿Pero? no, no hay nada»
Luego observando con más claridad se revela arriba una enorme expansión de un hermoso claro azul y hacia el centro, como un adorno de magnifica intensidad, una esfera.
— «Es la fuente de toda esta luz. ¡alumbra todo el lugar!»
Lentamente siento como un intenso calor me abrasa, quiero levantarme, pero
— «¡No puedo!...» —no importa cuantas veces lo intente.
Dejado a la intemperie no tengo ninguna protección y a medida que la espera se alarga el calor se hace insoportable pero a mi lado se observa una sombra, muy cerca, casi rozándome.
— «Es de ese árbol y se aleja», —en débil estado pero con decisión— «tengo que ir hacia allá»
VOUS LISEZ
Adán en Pánico
Fiction généraleDe: La Saga de Adán. Pero Dios observó la fragilidad del hombre y en su amoroso deseo de proteger y cuidar a su criatura, de la angustia de su propio destino, decide crear un jardín para cuidarlo, como toda madre o padre con su creación. El jardín...