Esta es la historia de una chica que es buscada por Alice Cullen, para ayudarla a que no lastimen a su familia. Alma Smith una chica hibrida que al llegar a Forks no solo encontrará un lugar donde quedarse sino también a 8 personas para amar. Pero...
Ellos me miraron aun más nervioso y preocupados, me acomode como pude en el asiento y los mire con seriedad. Esto me dolería más a mi que a ellos.
Alma: se viene algo grande y peligroso... y les quiero decir que... ~me interrumpieron~ Leah: ¿nos dejaras? En el sentido de morir.. ~dijo con la voz algo rasposa~
Mire al suelo intentando buscar las palabras correctas y no cagarla en grande... esto seria más difícil de lo que creía.
Alma: no lo se... Paul: que quieres decir, "no lo se" ~dijo haciendo comillas al final y con voz algo molesta~ Alma: lo que eso significa Paul, no lo se... El libro te muestra, lo que quiere que veas... no lo que tu quieres ver... Seth: ¿entonces que te mostró? Alma: en estos momentos, no es importante. Solo deben saber que dentro de poco se vendrá algo muy peligroso... Jacob: Alma... ~lo ignore igual segui hablando~ Alma: y quiero que sepan, que si me llega a pasar algo... quiero que sepan que jamás deje de amarlos ~dije lo último un tanto avergonzada~
Ellos me miraba con cariño y mucho amor y yo con algo de vergüenza y amor... pero todavía me dolía todo lo que paso...
Alma: y por esa razón, necesito que todos ustedes se vallan ~dije seria levantando me como pude del sillón~
A conjunto de sus reclamos y quejas salí de la casa, para encontrarme a el resto de los presentes, con caras de molestia y algo de confusión...
Agustín: dime, tu estas pendeja o que? Tu cres que te voy a dejar sola? ~me dijo encarando me frente a frente~ Alma: no, pero yo no pienso ponerlos en riesgo ~dije copiando su acción~ Agustín: y yo no pienso dejarte sola con ese psicópata ~dijo como respuesta furiosa~ Alma: y te vuelo a repetir, que yo no pienso poner la vida de millones de personas en riesgo ~dije perdiendo la paciencia~ Agustín: Alma, somos menos de 40 personas ~me dijo algo confundido~ Alma: que acaso no lo entiendes todavía? El no va a parar hacta sacarme todo! ~dije ya cansada y frustrada~
A este puento estábamos cara a cara, con el ceño fruncido a más no poder, y evitando levantar la voz. Mientras que el resto nos veía atentos, y sin decir 1 sola palabra al respecto, dejando que nos "matemos" solos.
Alma: si no se van por las buenas, lo tendré que hacer por las malas ~dije de forma seria y algo fria~ Agustín: estas demasiado débil para usar magia Alma...
Lo mire incrédula, y sin decir nada me metí a la casa, baje a mi biblioteca, busque mi barita que la tenia arriba de mi mesa y volví a subir, y todo eso de forma rápida y con dolor en todo el cuerpo...
Una vez afuera (el libro y las llaves estaban en el salón) levante mi barita y el me miro incrédulo.
Agustín: no lo harías ~me dijo con un hilo de voz~ Alma: por salvar sus vidas, soy capaz de muchas cosas Agus ~dije mientras dejaba derramar algunas lágrimas rebeldes~ Agustín: incluso, el hechizo del sueño? Alma: me quieres probar? ~dije algo retadora, pero con la voz tomada por el dolor~
El me miró seriamente, mientras que yo lo miraba a dolida y todavía muy débil, y bajaba lentamente mi barita... era capaz de cualquier cosa por protegerlos de el...
Agustín: por favor... Alma: quiero que Todos, se vallan de Forks... y si no les llego a mandar un mensaje para que vuelvan... no quiero que vuelvan nunca más ~dije seriamente apuntando con mi barita a Agustín nuevamente~ Emilio: hija... Alma: Todos!
Todos me miraban algo asombrados, confundidos y preocupados...
Agustín: tus venas... están creciendo aun más... y tienes una grieta en la frente ~dijo intentando acercarse a mi~ Alma: Agus, te diré algo que no te dije en mis 159 años de vida... pero debo hacerlo, por si llego a morir.
El me miró atento, mientras que me preparaba mentalmente para decirle algo que me arrepentiría, pero debía hacerlo...
Alma: Camila, no murió de cáncer... o bueno, no exactamente de eso~el relajo su cuerpo y me miro confundido~ el la mato... y no pude hacer nada para detenerlo.
Mi primo miro el suelo y después a mi... sin que se diera cuenta tire un pequeño hechizo para que lograra derramar lagrimas... pero no me esperaba que las dejara salir como cataratas.
Agustín: porque nunca me contaste? Alma: Agus... eso ahora no impor-... ~me interrumpio exaltado y dolido~ Agustín: PORUQE NUNCA ME CONTASTE?! Alma: hacta hace unos meses atrás volví a recordarlo... El me había sacado el recuerdo...
Mire el reloj de mi muñeca con nervios... El tiempo pasaba y en verdad necesitaba comenzar mi "plan".
Mire a todo por última vez... y simplemente me dedique a susurro un doloroso "lo siento".
En un abrir y cerrar de ojos, todos habían desaparecido, la entrada de mi casa estaba totalmente bacía... a excepción de mi, claramente.
Mire todo a mi alrededor, y pude en marcha mi plan, que consistía aprender la mayor cantidad de hechizos que pudiera... para así lograr pelear barita contra barita...
Solo esperaba lograrlo, y lo que vi... no se hiciera verdad.
Narra Agustín: De un momento a otro aparecimos en una cabaña muy conocida para mi... y al parecer Alice y Jasper, también la reconocieron.
Salí afuera de forma desesperada, y al ver el hermoso paisaje solté un grito de pura impotencia y desesperación... me la iba a quitar, ME IBA A QUITAR A LA PEROSNA QUE MAS QUERIA EN ESTE MUNDO!
Emilio, salió junto a todos, que parecían bastante confundidos. Pero el antes nombrado, al ver donde estábamos simplemente se quedo en shock... recuerdo muy de seguramente, empezaron a llegar a su mente...
Emilio: estamos... estamos en Argentina ~dije en un susurro, que se logro escuchar bastante bien~ Leah: QUE?! Agustín: nos tele transporto a la cabaña donde crecimos... para que estemos lo más lejos posible. Stiles: pero para volver... nos puede llegar a tomar demasiado tiempo... Lydia: no llegaríamos a tiempo...
Mire a mi alrededor, y ahí es donde recordé algo que me hico sonreír en grande.
Me giré en dirección a Emilio, y al intercambiar miradas ambos sonreímos en grande para después gritar...
Emilio y Agustín: ¡El tele transportador de la familia Reyes!
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