Modern family

Alex fuera de control

—Hola guapas—. Saludé a las chicas al subirme en la parte trasera del auto de Haley.

—Hola chica, amo tu outfit—. Haley me halagó, por eso me gustaba pasar tiempo con ella.

—No entiendo porque tanta emoción por un simple festival de música—. Reprochó Alex, también me gustaba pasar tiempo con ella aunque se quejara por todo, así la quería.

—No sabía que venías pero que bueno que lo hiciste, deberías de aprovechar más tu libertad antes de entrar a la universidad—. Le hablé a Alex mientras el auto avanzaba.

—No me interesan esas cosas, solo quiero concentrarme en mis calificaciones—.

—Dime algo que no sepa—. Mencionó Haley.

—Literalmente las tablas de multiplicar—. Su hermana trató de empezar una pelea.

—Niñas cálmense y disfrutemos el día. No pienso ensuciar este vestido si no voy a divertirme—. Hablé y ellas asintieron.

Después de casi hora y media por fin llegamos al festival, bajamos del auto y Haley y yo fuimos por algo de tomar mientras Alex revisaba su teléfono.

—Con base a la caminata que ví, el lado de la bubi es la nueva raya del trasero—. Nos dijo Haley.

—Hay mucha gente aquí que parece que no se baña—. Dije sosteniendo mi vaso. —¿Haley esto tiene alcohol?—.

—Claro que no, pero si quieres le pongo. ¿Quieren ir adelante?—.

—Yo si, aquí hay personas besándose y yo quiero ver el concierto de ahí—.

—Vamos—. Haley y yo empezamos a caminar hasta que nos dimos cuenta que Alex seguía en su teléfono.

—¡Alex!—. La llamamos para que nos hiciera caso.

—¿Qué ocurre?—.

—Por dios, solo bebe esto y se feliz—. Le dije dándole el vaso de Haley.

—¿Tiene vodka?—.

—Claro que sí pero solo hace efecto cuando lo pones ahí—. Su hermana le hizo una señal refiriéndose a tomarlo.

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—Miguel Ángel hablaba sobre hacer esculturas de mármol con cincel. Mi cincel es el té helado de Long Island y lo uso para esculpir a una chica fiestera del bloque de nerds. Con Angie jamás fue difícil hacerla divertirse en una fiesta, ella nació para eso—. Habló Haley con ilusión.

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Habían pasado a penas unos minutos desde el primer trago de Alex, al perderla de vista nos dimos cuenta de que le había hecho demasiado efecto.

—¡MÚSICA!—. gritaba la chica de lentes mientras giraba su chaqueta en el aire.

—¿Cuánto vodka había en ese vaso, Haley?—.

—Lo suficiente para que mi hermana haga el ridículo—.

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—En mi defensa no todas mis esculturas son obras maestras—. Haley confesó con disgusto.

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—¡Alex! ¡Alex! ¡Alex!—. Gritaba tratando de encontrarla, se nos había perdido y lo peor es que estaba ebria.

—Que bueno que eres muy escandalosa cuando gritas, pero creo que jamás nos escuchará—. Haley me dijo preocupada.

—Mira un guardia, dile que ella está perdida—. Sugerí y ella hizo caso.