—Esta es la que te mencionaba; la muerte de Jacinto.

Adrian se detuvo frente al cuadro que era una réplica en tamaño original y ocupaba casi todo el largo de la pared. Tenía unos colores vividos y un marco de oro brillando con la luz que se filtraba por las ventanas.

Rian se alejó hacia su atril para poner un nuevo lienzo y tomó asiento en el banco desde donde lo miró y esperó su reaccionó.

—¿Jacinto es el hombre en el suelo? —curioseó y Rian asintió.

En la pintura se veía a Jacinto, yaciendo en el suelo sobre una manta anaranjada y detrás de él otro hombre, que presenciaba la muerte con cierta angustia en su mirada. Había un grupo de personas presenciando el suceso y una estatua con cierto aire burlón mirando el cadáver.

—Se ve bastante íntimo.

—Lo es, Jacinto y Apolo eran amantes o al menos eso describe la historia —explicó y empezó a organizar los materiales sin percatarse de la atenta mirada que Adrian le había dirigido—. Apolo lo mató accidentalmente y por eso la culpa que demuestra en la pintura.

—¿Apolo y Jacinto ¿amantes? ¿Dos hombres?

—Es bastante común en pinturas antiguas.

—¿Y es tu pintura favorita?

—Tiene mucha historia y la transmite, así que sí —. Liberó el banco para que Adrian se sentara y le entregó un delantal—. Tuve ciertas discusiones con mi padre para que me permitiera colgarla en el salón, según él es inapropiado, así que termine colgándola aquí.

Se sentó con el delantal atado a la espalda y quedó mirando la pintura sin escuchar mucho de lo que Rian le dijo para empezar con sus clases de dibujo. Regresó en sí cuando lo escuchó decir su nombre y entonces forzó una sonrisa y empezó a escuchar su explicación.

27 de octubre 1871

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27 de octubre 1871.
White Oak Lands, Minnesota.

Olivia estaba sentada en el salón aprovechando su tiempo libre para leer un rato, cuando la puerta se abrió y al levantar la mirada vio a Edgar asomando con su firme postura digna de un militar y el elegante traje de mayordomo que siempre mantenía impecable y si una sola arruga. Le agradaba Edgar.

—La señora Cate Morgan ha venido a verla, señora.

—¿Cate? Dile que pase, que pase —. Se enderezó con cierta emoción y fue a recibir a su amiga con un cálido abrazo—. Que agradable sorpresa. Horsfall, ¿nos sirves el té, por favor?

—En seguida, señora.

—Lamento llegar sin avisar, probablemente debí haber enviado una carta o algo.

—Tonterías, eres bienvenida de visitarnos cuando gustes —. Se sentaron juntas en el sofá y Cate retorció los guantes en sus manos y volvió a disculparse—. Tranquila, ¿sucede algo? ¿Estás bien?

Vidas cruzadas: El ciclo. #1 TERMINADA +18. BORRADORWhere stories live. Discover now