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Para la cena, Olivia tenía otro vestido y otro peinado, lo cual la dejó un tanto sorprendida y confundida en un momento. También fue capaz de ver la habitación donde dormiría con los niños; un espacio tan grande como la casa donde habían vivido durante dos meses en Louisville, con la diferencia de que esa enorme habitación era solo uno de los miles de dormitorios de la mansión y además estaba decorado y la cama era muy cómoda.

Bajó las escaleras después de que Betsy la hubiera ayudado a vestirse y la hubiera peinado y se alegró de ver a los niños en la mesa, comiendo los aperitivos que se servían antes de la cena y charlando muy animadamente. Le conmovía verlo limpios y bien vestidos.

Pasó por detrás de sus sillas y le dio un beso a cada uno en la cabeza hasta detenerse junto a Adrian, quien la agarró de la mano y sin que fuera sorpresa alguna, insistió en que ella se sentara a su lado.

—Oh, está bien, Olivia, puedes sentarte junto al pequeño.

Le agradeció a Dalia y cuando se sentó, paso algunos minutos enfocada únicamente en charla con Adrian.

—¿Qué tienes ahí, cariño?

—Un poni —le respondió y dejó que ella agarrara el pequeño caballo tallado en madera—. La señora Morgan me lo ha dado para jugar.

—¿Sí? ¿Le dijiste gracias? —. Adrian asintió y regresó a jugar con su caballo y comer galletas—. ¿Te gusta tu nueva ropa? Te queda muy bien ¿verdad?

—Sí y los zapatos son muy cómodos ya no me duelen los pies.

—Oh, me alegra mucho escuchar eso, mi cielo —. Miró los zapatos cuando él se los enseñó y rio—. Que bonitos zapatos. ¿Te gustan los míos?

—Síí, son lindos.

Jonathan estaba en el rincón del salón, junto a la ventana abierta por donde circulaba una brisa fresca y aunque lo intentaba, sus ojos no podían apartarse de Olivia y su charla con Adrian. Hacía tiempo que no la veía reír, de hecho, dudaba alguna vez haberla visto reír tan genuinamente y si lo había hecho, claramente no se había detenido a apreciar su bella correctamente.

—¿Bonita mujer ¿eh? —curioseó Dalia, deteniéndose a su lado—. Y espera a que la lleve conmigo a la ciudad, tendrá una fila de pretendientes...A menos claro, que alguien se adelante.

—Madre, por favor, Olivia es solo una amiga.

—¿Sí? Bueno, entonces deja de babear sobre ella, cariño.

Para cenar estaban esperando por el padre de Jonathan, aunque el primero en llegar fue su hermano mayor, quien irrumpió por la puerta principal con ojos brillantes de emoción y vitoreó con esmeró al ver a Jonathan asomar en el recibidor.

—¡Hermano mío!

Incluso Jonathan parecía genuinamente feliz de verlo.

Se unieron en un cálido abrazo y Nolan alzó a Jonathan unos centímetros del suelo y rio de alegría.

—Madre siempre dijo que volverías y no creí que fuera posible, pero aquí estas —. Cuando entró en el salón y la vio, se quitó el sombrero y Olivia se puso de pie—. Y veo te has conseguido una hermosa mujer. Un gusto, señora, soy Nolan Morgan.

—Olivia Eades.

—Y no es mi mujer —agregó Jonathan tomando asiento frente a ella en la mesa—. Solo la ayudo con los niños.

—Oh, perdone señora, no pretendía asumir...

Olivia le restó importancia para que el hombre no se sintiera mal y Nolan los acompañó en la mesa.

Vidas cruzadas: El ciclo. #1 TERMINADA +18. BORRADORWhere stories live. Discover now