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Olivia entró en la habitación de Jian y la encontró sentada al borde de la cama sollozando. Ya había imaginado que esa sería la imagen que la recibiría al seguirla al dormitorio, así que no se sorprendió, pero la angustia permaneció en ella por verla en tal estado.

Se aproximó lentamente hasta sentarse a su lado y no hicieron falta palabras, simplemente la abrazó contra su pecho y acarició su cabeza para consolarla.

—Estoy marcada por la eternidad. ¿A quién intento engañar, Olivia? Ellos jamás olvidaran quien soy, quien fui —. Se limpió las lágrimas y comenzó a sollozar más fuerte—. Veo a muchos hombres que solían pagarme cuando estaba en el burdel. Demasiados de esos hombres me reconocen, como el señor Reg y...Y ya no sé qué hacer, intento ignorarlos, pero me miran de esta forma, como si les diera asco o les perteneciera.

—No les perteneces a nadie, Jian. Ningún hombre jamás será tu dueño y tu jamás debes permitírselos —. Sujetó su rostro para que la mirara y limpió sus mejillas—. Eres una joven extraordinaria, valiente y fuerte. Las cosas que has vivido, muchos ni siquiera podrían imaginarlas en una pesadilla y es tu mérito y esfuerzo el cual te ha mantenido con vida todos estos años. Esos hombres, no son más que infelices bastardos y no les perteneces.

—No lo comprendes...Estoy atada a mi pasado, ninguna mujer que haya caído jamás se ha levantado. ¿Por qué yo sería la primera?

—Porque no te rendirás, Jian, no permitiré que te rindas. No pretendo mentirte y decir que será fácil, porque ambas sabemos que este mundo no permitirá jamás que alcancemos el éxito, pero nosotras no nos rendiremos. No importa cuantas veces luchemos y perdamos, seguiremos volviendo a por más y lo lograremos. Sé que lo lograremos.

—Desearía que tengas razón, porque estoy tan cansada...Tan enferma de todo el odio —. Se frotó el rostro con rabia y contuvo sus ganas de gritar—. Me siento tan sucia.

—Shh, tranquila, querida, todo mejorará ¿sí? Dejaremos la ciudad y podrás comenzar de cero en Minnesota, una nueva vida e incluso una nueva identidad.

—¿A qué te refieres?

—Jian Morgan ¿Qué dices? ¿No te parece un bello nombre?

Las lágrimas continuaron derramando por sus mejillas y una sonrisa apareció en sus labios.

—¿Morgan? —. Olivia asintió, comenzando a llorar como ella—. ¿Eso me haría tu...tu hija?

—Sí quieres, para mí sería un placer que lo seas.

Jian se abrazó a sí misma y perdió el habla por un minuto.

—Si...siempre he q-querido u-una mamá.

—Aquí me tienes —. Le acomodó el cabello que se escapaba de su peinado y sonrió—. No volverás a estar sola jamás.

—¿Y Jonathan lo aceptará?

—A su tiempo, pero hablaré con él para ver que piensa ¿sí?

Jian se aferró a ella y la abrazó con fuerza, recostando su mejilla en su pecho.

—Gracias, no tengo palabras para agradecer lo suficiente.

Se quedó consolándola por otros minutos y cuando Jian se hubo calmado, se excusó para poder cambiarse para el baile de esa noche. Cruzó el pasillo hacia su dormitorio y al ingresar, encontró a Jonathan esperándola en el sofá.

Tenía el sombrero sobre su rodilla y una pierna flexionada sobre la otra y miraba hacia el tocador.

—¿La niña está bien?

—Lo estará una vez nos marchemos de aquí —. Se alejó de la puerta y un tanto indecisa tomó lugar a su lado—. Estoy empezando a odiar la ciudad.

Vidas cruzadas: El ciclo. #1 TERMINADA +18. BORRADORWhere stories live. Discover now