Vidas cruzadas: El ciclo. #1 TERMINADA +18. BORRADOR

21

Jonathan no siguió a Olivia a la casa cuando regresaron del viaje, en su lugar se llevó los caballos hacia el establo y se encontró con su padre como habían acordado. Tan solo verlo desde la distancia, parado en el gazebo del jardín con su pipa, le molestaba. Su relación con Wrigth nunca había sido la mejor, pero en esos momentos parecían estar peor que nunca.

Imaginaba que quizás su padre lo pondría a trabajar como pago por mantener a los niños. Probablemente le insistiría para que hiciera su parte en el negocio de la familia y en el proceso lo insultaría unas cuantas veces por el estilo de vida que había perseguido durante los últimos cinco años como un criminal. Pero todo lo que Jonathan imaginaba, estaba lejos de ser tan molesto como la realidad que le aguardaba.

—Buenos días, padre.

—Jonathan —saludó Wright y soltó el humo de su pipa—. ¿Le ha gustado a la señora Eades la escuela para los niños?

—Eso parece.

—Me alegra escucharlo —. Wright se guardó la pipa después de apagarla y recostó su espalda en la barandilla del gazebo—. Entonces, mi hijo, un criminal.

—No deseo hablar de eso, padre, solo me he presentado está mañana para discutir el precio de mi estadía.

—Claramente no quieres hablar de eso... ¿Cómo podrías querer hablar de tu pasado como la escoria de la escoria? Me avergüenza siquiera pensar que eres mi hijo.

Jonathan apartó la mirada y se rio.

—Qué pena, padre... ¿Algo más?

—Sí, he arreglado una cita con la hija de Hale Bertram Pilgrim, un exitoso empresario como yo y con una riqueza asegurada. Su hija es un poco más joven que tú y quizás algo inmadura, pero estoy seguro de que apr...

—No puedes estar hablando en serio —interrumpió y el asombro del momento hizo que retrocediera un paso—. ¿Otra vez la misma historia?

—Necesitas una esposa, Jonathan.

—No necesito nada de eso.

—Muchos podrían diferir. Estás descarrilado y una buena mujer ayudara a ponerte en el buen camino —. Se rio y sacudió la cabeza mientras su padre retomaba la conversación—. Esta jovencita cumplirá catorce en los próximos meses, aunque mi intención es organizar la boda para este fin de semana.

—¿Disculpa? No, ni habla. No me casare con esa mujer, ni con ninguna otra.

—Entonces tú, los niños y la prostituta...

—Olivia no es ninguna prostituía —corrigió con sus dientes apretados y las manos latiendo ante las ganas de golpearlo—. No te atrevas a hablar de ella de tal forma.

—Bien, como tú quieras, Jonathan. Los niños y la mujer con la que viajas deben irse y tú también.

Siempre había sabido que su padre era un hombre frío y muchas veces sin corazón. Toda su vida Jonathan se había preguntado como su madre había llegado a amarlo, sabía que no había sido un acto natural; al igual que con él, los padres de Wright y Dalia habían arreglado su matrimonio y una vez juntos, ambos no habían tenido otra opción salvo aprender a convivir hasta acabar "enamorados", pero a veces dudaba que fuera verdadero amor. Wright era un hombre imposible de amar, especialmente por una mujer tan afectiva como Dalia.

—Nos matarás...No tienes idea de lo que tuvimos que atravesar para llegar hasta aquí...

—No es mi problema, Jonathan.

—Son niños, padre...Adrian tiene tan solo tres años, no puedes echarlos.

—¿Son tus hijos? No, e incluso aunque lo fueran jamás me haría cargo de unos bastardos concebidos con una ram...Esa mujer —. Se corrigió con gran control antes de terminar la oración, pero el desagrado se reflejó en su rostro—. Sí quieres mi protección para esa mujer y los niños, entonces serás un hombre y te casaras para garantizarlo.