O7

344 56 13
                                    

—¿Estás bien? —susurré una vez que nos encontramos dentro de la sala.

ChangKyun colocó la bandeja, que contenía nuestras palomitas y bebidas, sobre sus piernas y asintió, sin embargo no me dirigió mirada alguna y no es que quisiera ser observado por él a cada segundo, solo que prefería comprobar a través de su mirada que aquellas palabras de la dependiente de dulces y snacks del cine no hayan afectado a mi amigo.

«Es muy tierno ver que un joven trae a su hermanito menor a ver una película. No es de todos los días y en verdad es algo admirable... Todos los hermanos mayores deberían ser como tú.»

Tal vez ella no sabía que había dañado indirectamente a ChangKyun al decir aquello, pero lo hizo, y no puedo decir que la incomodidad en Chang fue notable, pues él era una persona tan buena que en vez de corregirle, solo sonrió y caminó lo más rápido posible con la excusa de que estábamos retrasados para la película.

—ChangKyun... —musité, tratando de llamar solo la atención de mi acompañante y no de todas esas madres y padres que estaban aquí junto a sus hijos para ver Los increíbles 2.

ChangKyun no respondió, solo agarró el sorbete y lo colocó en su bebida, para así entretenerse con otra cosa que no fuera yo o así lo veía.

—Kyun... —susurré nuevamente. No recibí ninguna respuesta, por lo que me atreví a zarandear su brazo de un lado a otro, tal y como un niño pequeño, para ser atendido. En esta ocasión, él sí me miró y no estaba del todo alegre.

—¿Qué sucede? —preguntó con el mismo tono de voz.

Estaba indeciso, había captado su atención, sin embargo, no quería decir algo que posiblemente lo volviera a colocar incómodo o qué tal vez solo yo noté y él ni siquiera prestó atención.

—Olvídalo. —fue mi respuesta final. Dejando ese tema aparte, tomé mi bebida y el sorbete que quedaba para así dejar de pensar en cosas que me transformaban en un exagerado de primera y que a su vez me impedían disfrutar de esa película animada que ni siquiera había tenido la oportunidad de ver la primera parte.

La película no fue lo que esperaba y es que en realidad no sabía qué esperar, no había visto la primera entrega y prácticamente no entendí nada, por lo tanto, lo único bueno que podía rescatar de la película animada era el simple hecho de que esta lograba hacer sonreír o reír a ChangKyun, ya sea de alegría, tristeza, sorpresa y hasta cierto punto del simple hecho de estar viendo una escena de acción.

No sabía de la cantidad de sonrisas que una persona podía tener o con las cuales podría demostrar una emoción diferente, sin embargo, con ChangKyun descubrí algunas, desde las sorprendidas hasta la más sentimentales.

No supe en qué momento fue que la película terminó y tuvimos que salir de la sala, escuchando a los niños narrar las partes que más les impresionaron. Fue en ese momento que noté la poca comunicación que estábamos teniendo ChangKyun y yo, y creía saber el porqué.

—¿Cuál fue tu parte favorita de la película? —pregunté sin temor a que algunos padres estén viéndonos o casi diciéndonos con sus miradas que ya estábamos demasiados grandes para contarnos las películas, en especial si estas eran dirigidas a público menor de diez años.

ChangKyun me miró algo sorprendido y pareció pensarlo, hasta que me atreví a tomar confianza y rodear sus hombros con uno de mis brazos, logrando tener una cercanía típica de amigos de muchos años. Solo en ese momento él me sonrió y comenzó a narrarme lo mucho que le gustó toda la película y la cantidad de años que tuvo que esperar para que saliera otra entrega.












pequeño › jookyunWhere stories live. Discover now