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—Mi nombre es Lee JooHeon, tengo 18 años, me he mudado recientemente a un vecindario muy bonito junto a mi familia por el trabajo de mi padre... —me sentía como aquellos animales que se encontraban en los zoológicos que solía visitar de niño en mi antigua ciudad, estaba siendo expuesto tal y como si fuera el animal más sorprendente o el payaso más ridículo del circo. Creo que muchos se sentirían de esa forma al ser el chico nuevo de la clase—. Y mido 1.90, aunque mi hermana siempre dice que creceré más.

Y los comentarios sobre mi estatura fueron dichos con total libertad entre los alumnos -ignorándome por completo a mí y a nuestro profesor- que me sentí realmente un ser invisible.

—¡Silencio! ¡Alumnos, silencio! —gritó aquel hombre, que para mí, era muy bajito.

El silencio se expandió por el salón cuando la regla de 50cm del profesor impactó violentamente contra la fina madera de la mesa.
—Pase a sentarse, señor Lee. —miré a mi nuevo profesor de Química y asentí tomando mi mochila entre mis manos y buscando algún sitio libre.

—¡Aquí! —dijo un chico de tez morena y de cabellos pintados de un color apenas gris cenizo.

Mi vista, sin embargo, se había detenido en el chico que además de tener un asiento vacío a su lado, también contaba con un tamaño muy peculiar ante mis ojos.

—¡Hey! ¡Ven aquí, JooHeon! —el chico seguía insistiendo y por querer hacer amigos, decidí caminar hasta él y sentarme en la silla libre que estaba a su lado—. Bienvenido... —susurró él, mirando de reojo al profesor que ya había comenzando con su clase hace minutos atrás, la cual también se había visto interrumpida por mi llegada—. Soy Son HyunWoo. —dijo y cuando pensaba decirle que prestara atención, él volvió a hablar—. ¿Quieres unirte al equipo de Basket? Somos muy buenos, pero en nuestra mayoría nadie sobrepasa el 1.82m.

Trataba de poner atención a la clase, pero él seguía y seguía hablando de lo bueno que era su equipo y de que me necesitaban a mí para las finales de temporada.

—¿Por qué es que te importa casi nada esta clase?

—¿Eh?  —miro la pizarra y al profesor que daba todo de sí para hacer entender a los alumnos sobre la química orgánica. Una sonrisa apareció en su rostro pocos segundos después de haber analizado la clase y apuntó todo en una pequeña libreta que estaba entre sus manos—. Eso lo estudie el verano pasado en un libro que mi padre me regaló por haber sido el primero de toda la escuela.

Y el asombrado ahora era yo.

Mi padre es profesor de literatura, pero eso no significaba que yo sea bueno en la misma área, y por más que él me insistía en hacer mis tareas y en lograr llegar al primer puesto de, por lo menos, todo el salón, no lo lograba.

—Si quieres puedo ayudarte con algunas de tus tareas, pero acepta entrar al equipo de Basket, por favoooor. —comenzó a suplicar.

—Yo...

—Por lo visto ya hizo amigos, señor Lee. —habló el profesor—. pero le recomiendo que comience a hablar de su vida privada en los recesos, no en mi clase.

Baje la cabeza hacia mi cuaderno y asentí apenado, escuchando como muchos se reían de mí.

hyunWoo, al contrario, estaba con la cabeza bien en alto y asintiendo a cada palabra que decía el profesor.

—Entonces... ¿Aceptas? —musitó nuevamente.

Y como no quería ganarme un castigo u otra reprimenda, tuve que acceder.

—Está bien, pero me ayudarás con esta clase.

Él sonrió y alzó sus manos en alto como signo de victoria.

pequeño › jookyunWhere stories live. Discover now