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Cerré la puerta del casillero y no evité golpear mi frente contra este, por poco y llego al borde, sin embargo eso no importó. Ya casi nada parecía importar en este día. Papá me había regañado anoche por recibir la llamada del director en su nuevo trabajo y por haber sido la causa de las lágrimas de mi madre, sin contar que JiWoo fue la que me trajo a la escuela y durante todo el camino me estuvo hablando sobre el respeto a las personas diferentes. Para ese momento mis palabras estaban muy sobrevaloradas y ya nadie parecía creer en mí.

Cerré mis ojos por unos cuantos segundos, o así lo veía yo, hasta que halaron de mi uniforme. Pensé que tal vez sería algún profesor o autoridad del colegio que preguntaría el porqué de mi actuar, sin embargo al mirar de reojo a un lado, me encontré con ChangKyun. Rápidamente reaccioné y me alejé de él.

ChangKyun se sorprendió ante mi reacción y pude notar un leve sonrojo en sus mejillas. Y ahora el sorprendido era yo, no me había imaginado causar aquella tonalidad en su rostro, mucho menos a él.

—Yo solo quería pedirte una sincera disculpa. —bajó la mirada y en aquella muestra sumisión también podía apreciarse algo parecido a vergüenza. Fue ahí donde todo se unió, sus mejillas sonrojadas y las disculpas que ciertamente, a mi parecer, no venían al caso.

Miré a todos lados y lo único que podía ver era muchos más alumnos que vestían el uniforme de la escuela.

—Mi padre no vendrá hoy. —sus palabras me alivia ron en cierta forma y al plantar mi mirada en él, nuevamente la suya decayó—. En verdad lo lamento, papá no debió haber llamado a tus padres, mucho menos haber amenazado a tu familia. —Sus brazos se aferraron a algunos libros y por un momento parecía querer abrazarse a sí mismo o desaparecer al hacerlo.

Muchos de los alumnos solo pasaron por nuestro lado, algunos nos miraron de reojo, pero todos continuaron con su camino, ninguno se detuvo a prestar la debida atención a nuestro encuentro, por lo que supe de inmediato que en esta ocasión no sería regañado por respirar del mismo aire de ChangKyun o de compartir siquiera el espacio personal.

—No te disculpes. —fue mi respuesta.

ChangKyun alzó su mirada, pero rápidamente la bajó al notar que yo tenía toda mi atención puesta sobre él.

—Levanta la mirada. —le dije, casi ordené, dejando de lado todo temor que fue infundado en mí al llegar a la escuela y pensar que tal vez el padre de ChangKyun me expulsaría. Él lo hizo—. No pidas disculpas a menos que hayas hecho algo malo.

—Pero mi padre estuvo a punto de manchar tu registro con una agresión que jamás se cometió. —Su mirada fue dura al mencionar a su padre y tal vez, solo tal vez me sentí bien al pensar que ChangKyun se encontraba molesto con él.

—Pero no lo hizo, así que no hay nada de que disculparse. —sonreí. ChangKyun solo me miró desde su sitio y suspiró.

—Saldré contigo. —murmuró, tal vez no lo suficiente fuerte como para que algunos chicos que estaban a menos de cinco casilleros lo oyeran, pero sí lo necesario como para que aquella salida quedara entre nosotros.

Iba a responder, decirle que no era necesario hacerlo, no de aquella manera, sin embargo no me dio tiempo de hacerlo, cuando ya se había arrodillado -pareciendo aun más pequeño de lo que era- y extraído de alguna libreta pequeña, que al parecer estaba escondida entre esos libros gruesos y delgados que hasta solo un momento se encontraban entre sus manos, una hoja en la cual ahora estaba escribiendo.

—Está es la dirección de mi casa. —me extendió la pequeña hoja con lo que parecía una dirección y no tardé en tomarla entre mis dedos—. El sábado estaré libre después de mis clases de canto, espero que estés ahí a las cuatro... y nuevamente lo lamento.

Sus disculpas fueron la despedida y el cierre de nuestro corto diálogo.

Por un momento observé la hoja que yacía entre mis dedos, la cual me obligó a extraer de mi bolsillo delantero mi celular, pues era claro que no llevaba ni una semana en esta ciudad y por ende no conocía casi ninguna calle que tuviera de nombre Bukchon Hanok Village*. Estaba a punto de abrir la aplicación de mapas en mi celular, cuando la campana sonó y me ví obligado a correr por los pasillos para llegar a mi clase de Biología.

Llegué prácticamente tarde a la clase, muy a pesar de haber corrido y gastado energías en aquel ejercicio. El profesor me disculpó solo por ser nuevo y también por tener un poco de flexibilidad con alumnos de último año, como nosotros.

ChangKyun yacía en la primera carpeta, tomando algunos apuntes de la pizarra y como siempre, sin nadie a su lado.

Quería sentarme a su lado, estaba a punto de hacerlo, pero una chica del asiento posterior me indicó que mejor no lo hiciera, pues lo más probables es que llegara a cubrir el pizarrón y por ende, ella no entendería la clase. No fue agresiva, mucho menos quiso burlarse de mi tamaño, pero de igual manera me sentí mal y no necesariamente por mi tamaño, sino porque ChangKyun se iba a quedar nuevamente solo.

Me dirigí a uno de los asientos de al fondo, junto a HyunWoo, él no me miró, tampoco me saludó y supe de inmediato que algo andaba mal, no obstante tampoco pude hacerle frente en ese momento.












[...]












Una vez terminada las clases, todos comenzaron a marcharse, algunas chicas comenzaron a hablar entre ellas, otros chicos solo comenzaron a narrar algo sobre el partido extranjero que veían en esos canales satelitales y ChangKyun, él solo fue uno de los que se marchó.

Estaba en mis planes seguirlo, decirle que no quería salir con él si de por medio estaba una disculpa, es decir yo quería salir, pero por su propia voluntad, la de él, no quería forzarlo a nada; al dar el primer paso, me ví interrumpido por una mano que más que detenerme, logró golpear mi pecho.

Era HyunWoo.

—¿Qué te traes con Im ChangKyun? ¿Acaso eres el novio de mi hermano? —sus preguntas pudieron se inofensivas, sí es que él no hubiera prácticamentegritado e impuesto una voz de mando.

*Bukchon HanokVillage es un barrio donde se mantiene las viviendas tradicionales -antiguas- otambién llamadas hanok.

pequeño › jookyunOnde as histórias ganham vida. Descobre agora