37. Chris Evans/Tom Ellis.

Start from the beginning
                                    

—Y, y-yo a ustedes...

Brahms, que observaba detrás de las paredes, sintió enojo al notar ese nerviosismo en tu voz. 

—Perfecto, entonces, te llamamos más tarde, linda, adiós. 

Colgó. 

Sonreíste de forma inconsciente. 

Chris... era de verdad perfecto. 

Por otro lado, el hombre escondido, estaba furioso ahora. No habían llegado de sorpresa, te habían avisado que te visitarían, y accediste a ello, rompiendo las reglas. Esas que eran tan apreciadas por él. Creyó por un momento que tu ser introvertido no tenía ni un solo amigo, y esa idea lo emocionó bastante. Ahora ya no. ¿Por qué?, ¿por qué tenías amigos? No los necesitabas, lo tenías a él, aunque todavía no se había mostrado en su forma física, pero ahí estaba. No te dejaba sola, y te acompañaba a todo, incluso veía tus series favoritas escondido... 

¿No era suficiente? 

Pues lo volvería suficiente. 

(. . .) 

Los siguientes días, fue difícil mantener la calma, las ventanas no podían abrirse del todo, no sabías la razón, pero estaban limitadas, sólo se abrían lo suficiente para que entrase aire, nada más. Las puertas, las únicas que funcionaban a la perfección eran las de adentro de la casa, la principal y la trasera estaban dañadas, tanto que, el chico de la comida, debía darte todo por la ventana, y no podía quedarse demasiado, lo cual ponía feliz al hombre-niño escondido. 

Lo único que hizo que Brahms pensara si era lo correcto asustarte, fue que, cuando dio golpes en las paredes y puertas haciéndote creer que alguien entraría y te dañaría, tu primer reacción fue, tomar al muñeco en brazos, y esconderte. Pero, nunca soltaste al muñeco. Eso lo hizo dudar, pero, al final, era todo por una buena causa, así que, por esa noche te dejó en paz, pero, continúo sin arreglar nada, y, poniendo todo demasiado alto para que no pudieras alcanzarlo, así te sería imposible escapar, o recibir a tus amigos, estaba esperando el momento en que llamaras para cancelar, pero no pasó. 

—¡_____!—saludó Chris entrando primero y dándote un abrazo muy corto. 

—Hola, Chris, pasa—miraste al británico—. Hola, Tommy. 

Ambos se abrazaron de una forma más cariñosa, y Brahms gruñó mirando la escena desde su escondite. 

—¿Cómo es que puedes estar aquí sola? Esto da miedo—opinó Tom dejando su maleta en el suelo un momento. 

—No estoy sola. 

Ambos asintieron. 

—Cierto, el niño al que cuidas—dijo Chris—. ¿En dónde está? 

Ellis ya sabía todo, y no te culpaba por cuidar del muñeco, pero Chris no sabía nada. 

—Ahí—señalaste al muñeco de porcelana. 

Chris lo miró detenidamente por un segundo, pero volvió su mirada hacia a ti, y comenzó a reír, al ver que ni tú ni Ellis lo imitaban, supo que no era una broma. 

—¿De verdad estás cuidado del muñeco?—miró con confusión a Tom. 

—Lo hago, Chris—respondiste mirando con atención a Brahms. 

—Okey... entonces, ¿el muñeco está embrujado o algo así?, o ¿por qué lo estás cuidando? 

Brahms miró con enojó al rubio. No le gustaba por donde estaba yendo la conversación. ¿Qué tal que Chris te hacía ver que cuidar a un muñeco era ridículo?, ¿y si te ibas? En realidad tenía miedo esta vez, no quería que te fueras, es decir, tal vez te atraparía, pero, el solo hecho de que hubieras querido ir... lo mataría por dentro. 

—En realidad no tengo idea, Chris—le sonreíste—. Pero, sus padres quieren que cuide del muñeco, así que, embrujado o no, lo haré. Además, le he tomado cariño. 

Todos sonrieron. Aunque no podías verlo, Brahms también. 

—Bueno, ¿qué haremos ahora?— Chris sonrió. 

Se fueron hacia la sala para poderse ver un maratón de terror. La parte favorita de Ellis, era cuando gritabas y te abrazabas a alguno de los dos. 

Cuando la última parte de Halloween (hasta ahora) terminó, los tres se quedaron dormidos. 

Brahms admiró la escena, la mano de Tom y la tuya estaban entrelazadas. y parecía que quisieran soltarse, luego estaba Christopher, su brazo estaba el tus hombros, descansando con toda la confianza del mundo. No podía con los celos... no, no, no. Ellos no podían tocarte. 

—Rompiste las reglas, ____—habló con voz infantil, y según él, fue en voz baja, pero, de hecho, no fue así, pues abriste los ojos de forma lenta. 

—¿Qué...?—trataste de enderezarte, pero viste a una figura muy alta frente a ti. 

Ya no había vuelta atrás, ahora que él se había dejado ver, no podía volver a esconderse. 

—Fuiste mala, ____. Rompiste las reglas—abriste los ojos aún más. ¿Quién era ese ser tan alto? 

—¿Q-quién eres?—apretaste la mano de Tom para poder despertarlo, pero iba a ser difícil. 

Él intentó acercarse a ti, pero corriste la cara. 

—¡_____!—esta vez gritó, despertando a tus acompañantes. 

Ambos gritaron y se enderezaron. Miraron con temor al hombre, pero sabían que debían salvarte. .

—¿Quién eres tú?—preguntó Chris mientras ayudaba a ____ a saltar del sofá. 

—Es Brahms—respondiste. 

Comenzaron a correr hacia la puerta, que se trababa constantemente, Tom la jalaba con fuerza, antes de que el hombre llegara a ustedes, pero fue algo tarde, ambos actores recibieron un golpe, y cayeron al suelo. 

—¡NO!—gritaste—. Brahms, para, por favor. 

Él te cargó y cuando estaba por llevarte su lugar, un golpe lo hizo tropezar. Te diste cuenta que quien había sido, era Chris. 

—Vámonos, ____...

Tomaste su mano y , luego de ver que Tom estuviera bien, comenzaron a correr fuera de la casa, y hubieras podido llegar al auto, pero esa voz te detuvo. 

—No, ____, no me dejes, por favor—habló con su voz infantil. 

Te detuviste, diste vuelta, y notaste que Brahms tenía un arma en su mano, cerraste los ojos con frustración, no era posible que te pasara eso. Miraste por última vez a Chris, y le diste una última sonrisa a Tom. 

—Corran—les dijiste, y tú comenzaste a correr, pero hacia él. 

Seguía apuntando con el arma, listo para dispararle a alguno de los dos. 

—Espera, espera, Brahms—pediste abrazándolo—. Déjalos ir, por favor. Me quedaré contigo, me quedaré aquí, Brahms, pero no les hagas daño. 

Él asintió. 

Te devolvió el abrazo y no te soltó. 

Habías decidido quedarte con él... no lo abandonaste. Renunciaste a tus amigos, seguramente te diste cuenta de que no eran buenos para ti, tal vez con esa noche de películas, descubriste que sólo querías a Brahms, y que era mejor dejarlos a ellos hacer sus vidas y tú quedarte con él. 

—Eres buena, ____—habló, pero esta vez, con su voz de adulto—. Gracias. 

Dejaste que tus lágrimas salieran, pero, estabas resignada, te quedarías con él, lo que sea con tal de que tus amigos, estén bien. Tu amor por Chris moriría contigo tal vez, pero lo habías salvado, a él y a tu mejor amigo... estarías bien, después de todo, Brahms no te dañaría. 

F  I  N . 

Intenté que quedara bien. Amo mucho a Brahms xd, pido perdón. Habrá algunos de este estilo por las fechas uwu. Bai. :3


Chris Evans. |One Shots, Imaginas|Where stories live. Discover now