Capítulo V

5.7K 821 195
                                    

Capítulo V: Marca

Su respiración agitada, le prohíbe el paso al aire, sus pulmones piden oxígeno, su cuerpo sólo quiere seguir corriendo; escapar de la pesadilla hecha carne, de la locura que le azota, del miedo que le tiene al ente, no está escapando por instinto, está escapando por experiencia, teme que le arrebaten a su tesoro, que le arrebaten a la criatura que está llorando en sus brazos, aquella pequeña criatura que se niega a hablar, que se sienta y observa a la nada cuando nadie está con él, al pequeño Pines que conoce la soledad desde temprana edad.

Tal vez fue esa soledad lo que atrajo al demonio mismo.

Los troncos le hacen tropezar una y otra vez, tentándolo a caer, invitándolo a parar su carrera por sobrevivir, queriendo que entregue al chico de cabellos cafés cueste lo que le cueste, ¡Quiere al nene por dios!, y él no va a permitir que eso suceda, ni en sus más alocados sueños entregaría a un familiar suyo. La cabaña no está muy lejos, y el Cipher tampoco, está seguro de que la barrera que puso años atrás los salvará, el sol ya se asoma, su luz ya les da en la cara, tardó más de lo que creía en cuanto emprendió carrera. Y por más que no parezca, Bill Cipher sólo está consolando al niño, tratando que deje de llorar.

"¿Por qué la criaturita más linda del mundo está llorando?" Le cuestiona con delicadeza, el menor alza su cabeza, frente a él, el ser que la bolita de luz dejó salir cuando lloró por primera vez, más pequeño, de unos 12 cm aproximadamente, con su único ojo sin expresión alguna, cómo detesta portarse blando, recargado en su bastón, el niño parpadea, ¿No era ese ser más aterrador cuando estaban en el bosque?, Bill gira su ojo al leer la mente del chiquillo.

"¿Te comió la lengua el gato, niño?" Dipper vuelve a parpadear, ha dejado de llorar, eso es bueno, pero sigue sin contestarle, el demonio le mira curioso, estira ambos bracitos hacia él, quiere agarrarlo, cargarlo, ¿No es un niño de siete años? ¿Por qué actúa como de tres? Se pregunta el ser, Dipper frunce sus labios, está listo para hacer un berrinche al verse ignorado por aquel coso amarillo que brilla.

"¿Me quieres agarrar?" Vuelve a cuestionar el triángulo bidimensional, el niño asiente feliz de que su capricho sea cumplido, "Y no soy un coso, también tengo nombre" Comenta ofendido, el niño rueda los ojos y le saca la lengua, un dedo negro y pequeño toca su rosadita nariz y esta se frunce. "Bien, bien, Pino" El nene frunce el ceño nuevamente en confusión, "Sí, Pino, acostúmbra-" Se estrelló contra el pino que delimitaba el bosque con el inició del camino que llevaba a la vivienda, Dipper se carcajeó -A su manera claro- y Bill tomó un tono rosa pálido, que contrastaba bastante con su color amarillo.

Su risa era una melodía hermosa, que estaba seguro desearía volver a escuchar.

Ford se giró a ver a su sobrino, ¿Por qué se había reído de la nada?, Cipher chasqueó los dedos, la ilusión que perseguía al anciano desapareció, cuando entraron a la barrera, en las manos de un sorprendido Pino había un peluche de aquel que acaba de hacerle reír, una bella sonrisa apreció en sus labios, apretó con fuerza al peluche contra su pecho, con algo de amor y cuidado.

Era el primer regalo que le daban en mucho tiempo

Cuando entró lo primero que hizo fue sentar al chico en el sillón para revisar si no tenía algún rasguño, pero grande fue su sorpresa ver que tenía un pequeño peluche de aquel ser que le acechaba en las pesadillas, de su forma triangular, esponjado y con su inseparable sombrero, su sobrino lo veía con adoración, con cariño y algo de gracia, jugaba con sus manitos y le acomodaba el sombrero cada vez que este se pasaba a caer, asombrado era poco decir. Trató varias veces de quitarle el peluche, empezando una pelea entre él y el caprichoso niño, ¡Hasta Stanley llegó para ayudarle!, pero no servía de nada, el chico quería al peluche, y había amenazado con llorar, cosa que logró tocar el sensible corazón de los mayores, así que lo dejaron ser, mandándolo de nuevo a dormir. Dipper subió las escaleras velozmente, con muchas cosas que contarle a su hermana cuando despertara de nuevo.

Cuando desapareció escaleras arriba, los adultos Pines se voltearon a ver, con preocupación, firmaron un pacto silencioso, tenían que cuidar a Mabel y a Dipper aún más, el peluche era la marca de aquel diablo, y Bill Cipher no dudaría en ir a por su presa.

HO FHUYDWLOOR

𝐃𝐞𝐬𝐝𝐞 𝐋𝐚 𝐎𝐬𝐜𝐮𝐫𝐢𝐝𝐚𝐝 | 𝐁𝐢𝐥𝐥𝐝𝐢𝐩Where stories live. Discover now