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"estaba pensando que
Nada es para siempre, y
Lo triste que resulta"

Anonimo

—Anonimo

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...

Su katana corto de lado a lado el cuello de aquel demonio, ya no sabía cuántas noches había ido a dormir tan tarde, no se quejaba, pues no le disgustaba del todo. No perjudicaba ni sus clases ni sus notas, sus horas de sueño tampoco eran muy diferentes, su padre solo lo dejaba una o dos horas fuera para que él matara demonios, luego lo buscaba para ir a casa en el mismo lugar de siempre, y si se negaba, solo lo amenazaría sin salidas nocturnas por unas semanas.

Siempre funcionaba.

Y ahí se encontraba, caminado al lugar donde veía a su padre para que esté lo fuera a buscar como siempre. De pronto y sin previo aviso, su teléfono comenzó a sonar, tomo el aparato y vio un número desconocido.

—¿Hola?— dudo en responder, ya que siempre le habían dicho que tuviera cuidado con números desconocidos.

—¿Hablo con Kamado Tanjirō?— la voz del otro lado sonaba como la de una mujer.

—si, ¿Con quién hablo?— nuevamente dudo, si esa persona conocía su nombre, ¿Que otras cosas sabía?.

—soy Akaguro Mia— respondió, de fondo se oyeron unas hojas que estaba siendo revueltas. —lamentablemente acaba de ocurrir un incidente en su hogar, provocado por una fuga de gas.

Su corazón se detuvo, su respiración se agitó y sintió que todo a su alrededor se silenciaba, mientras sentía que sus piernas perdían fuerzas.

—su familia sobrevivió, pero en estos momentos se encuentran en estado grave debido a las quemaduras que sufrieron debido al fuego— la mujer se detuvo un momento tras oír la agitada respiración del muchacho —le daré la dirección del hospital.

Tanjirō rápidamente tomo un lápiz de su mochila y comenzó a escribir la dirección en su mano, sostenido el teléfono solo con su mejilla y hombro. Luego de escribir la dirección y escuchar unas cuantas palabras dichas por la mujer al otro lado del teléfono, cortó y corrió lo más rápido que puedo al hospital

...

Las puertas de cristal se abrieron de lado a lado, todos observaron a un chico peli rojo, el cual se acercaba rápidamente a la recepción.

—soy Kamado Tanjirō— dijo apresurada mente y con la voz entrecortada por el cansancio de correr.

El recepcionista lo miro y volteo a su equipo —familiar de los Kamados— el chico tecleo en su computadora mientras Tanjirō se ponían ansioso. —si, en la habitación 404.

—gracias— dijo antes de correr a donde el recepcionista le había dicho.

Cruzo los pasillos tan rápido como podía, mirando las numeraciones para ver cuál coincidía. Subió al segundo piso, encontrando la habitación en el tercer pasillo a la izquierda.

Punto Y Coma  [giyuutan] «KnY»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora