𝐍𝐞𝐯𝐞𝐫 𝐆𝐨𝐧𝐧𝐚 𝐆𝐢𝐯𝐞 𝐘𝐨𝐮 𝐔𝐩 - ᴘᴇᴛᴇʀ ᴘᴀɴ ʏ ᴛᴜ

𝐶𝑎𝑝𝑖́𝑡𝑢𝑙𝑜 𝟚 "𝑃𝑒𝑞𝑢𝑒𝑛̃𝑜𝑠 𝐷𝑒𝑚𝑜𝑛𝑖𝑜𝑠"

-Quizás nadie en su sano juicio lo haría, pero ¿Cuándo creyó que yo estaba del todo cuerda? - Ambos sonreímos por unos segundos - Y sí, sé lo que hizo ayer, soy voluntaria en el hospital, de hecho así me enteré. Pero eso no me importa. Yo lo conozco, se que si, y no creo que sea tan malo como piensa que es, me gusta pensar que tuvo sus razones para...para hacerlo…

Gold se veía contento con mi respuesta, quizá el hecho de que su madre sin memoria aun sea su amiga le agrade. - De acuerdo - Su voz me trajo a la realidad - ¿Entonces es mi sándwich favorito? Porque muero de hambre.

Sonreí y le acerqué la pequeña bolsa y ambos nos pusimos a comer, con un pacífico silencio a nuestro alrededor.

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Conforme los días pasaban Celia y Malcolm se hicieron los más unidos amigos, ellos eran lo único que el otro tenía en esta vida, todas las tardes se encontraban el bosque y luego de que la muchacha ayudará a Malcom a juntar la leña cortada para llevarla con el carpintero. Juntos se pasaban la tarde jugando y haciendo travesuras por todo el pueblo.

-¡Pequeños demonios!¡Vengan para acá malditos niños! - El panadero del pueblo salió enfurecido de su tienda tras la “inocente” broma, aunque es una reacción lógica cuando un par de niños meten varias ratas en tu cocina.

Ambos chicos salieron corriendo de su escondite en cuanto escucharon el grito - ¿Viste su cara? - Preguntó la castaña entre risas mientras corrían por los callejones.

Malcolm asintió divertido - Ven por aquí - Estiró su mano hasta entrelazarla con su amiga guiándola hasta una carreta que empezaba a moverse, el joven la ayudó, para luego subir él, justo a tiempo la carreta aumento de velocidad impidiendo que el panadero los alcanzara.

Se acomodaron entre la paja y de un pequeño bolso la niña sacó un poco de pan que agarró antes de su travesura - ¿Tienes hambre?

-Sí, me encantaría, gracias Celia, eres la mejor - Las mejillas de la joven se enrojecieron al escuchar las palabras de Malcom.

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Los pondré al tanto de lo más reciente que ocurrió en Storybrook, Katherin la esposa de David, “el chico en coma" para los amigos, desapareciera y su corazón se encontrara en una cajita, declararon como culpable a la profesora de Henry.

¿Y yo?, bueno desde que hace dos semana confirme a nombre de Regina que en verdad si soy Celia, me dedique a intentar recordar algo, pero el pequeño tiene razón, es realmente imposible.

Ahora mismo estoy en el bosque, adoro pasear por aqui, pero tambien estoy camino a la casa de un viejo amigo, Jefferson, cuando hablamos solía referirse a otra tierra y considerando mi nueva informacion, quiza no sea solo un loco solitario.

Di tres golpecitos en la puerta de su enorme mansión y al cabo de unos minutos la puerta se abrió, Jefferson siempre se alegraba de verme. - ¡Ce...Crystal que bueno verte!¡Ven voy a preparar el té!

No puede ser, él…

-Tu..Tu ibas a llamarme Celia ¿Verdad? - Mi voz se escuchaba temblorosa.

Entiendan, no es que no me guste la idea de saber que tengo una familia o amigos es solo...que es demasiado para procesar.

Automáticamente se giró a mirarme dubitativo - ¿Tú qué sabes?

¿Tú qué sabes? - Al ver que no hablaba decidí seguir - Porque yo creo que sé cosas, pero al mismo tiempo ninguna tiene sentido, y en verdad creo que me estoy volviendo loca.